Dante, en "La Divina Comedia", dividía el Infierno en Nueve Círculos, en los que los pecadores eran condenados a pasar- apelmazados como en el bus nº7 en diciembre y sin ni siquiera media hora para el café( hora y media si eras funcionario en la otra vida, la buena)- el resto de su sufriente eternidad. En resumidas cuentas, que en el primer círculo estarían los no bautizados y paganos, en el segundo los lujuriosos y carnales, en el tercer círculo los glotones y golosos, en el cuarto los avariciosos, etcétera.
Yo ampliaría estos Nueve Círculos algo más. Por ejemplo, un posible décimo círculo del averno sería una sala de Cine en la que pasarían perpetuamente películas de Sandra Bullock a gentes castigadas por su pésimo gusto; el undécimo estaría lleno de esa gente hortera aficionada al tuning, los rallyes y que son capaces de leerse enterita una revista de esas de coches tipo Motor 16; otro círculo se aprovisionaría con los programadores televisivos de A3 o T5 y sus descendientes hasta la vigésimo quinta generación... esto hasta llegar a ese círculo en el que se le asignaría una madredelasdeantes- de rulos, bata de boatiné, escoba y zapatilla- a esos adolescentes chillones y zotes que se presentan a Gran Hermano o forman la llamada Generación Ni-Ni.
¿Pero qué es una madre? ¿Cómo se la distingue en una noche oscura? ¿Cuánto pesan? ¿De qué se alimentan?
Yo diría que una de las cosas en las que más se singulariza una madre es en el hecho de ser el único ser conocido en este universo capaz de insertarte- con toda esa delicadeza y cariño del mundo, del que sólo ella es capaz- un supositorio sin ruborizarse y mientras mira con un ojo la telenovela y con el otro está pendiente de la pota de lentejas. Eso es lo que distingue a las madres y las hace únicas y diferentes del resto de los seres humanos pensantes.
Una madre puede estar haciendo muchas cosas a la vez- es como una mujer orquesta- mientras procede a la vergonzante introducción del cono de glicerina(la inserción correcta sería por la parte menos afilada, procedimiento éste que muchos administran de forma errada), pero siempre te lo va a aplicar con sumo cuidado y nunca se va a olvidar de quitarle la envoltura protectora, cosa que habría que agradecerle con lo que me imagino ésta debe de rozar en tan delicada región.
¿ Alquien recuerda a un padre u otro familiar directo haciendo ese trabajito de infausto recuerdo? ¿ Verdad que no?
Claro, porque las madres lo hacen casi todo bastante bien, aunque a veces tengan que encomendarse a San Judas Tadeo, patrón del trabajo y las causas imposibles, para poder sacar adelante a la recua de ineptos que tiene a su cargo y que ella llama- sólo Dios sabe el por qué- ¡¡Familia!!.
La fuerza de la costumbre, digo yo.
Las características de una madre son muchas y variadas, y van mucho más allá de que a menudo tengan que hablar a gritos para hacerse entender:
Una buena madre suele ser contradictoria y además adora los puntos negros:
- Luis José, no te toques los granos, que después te quedan marcas.
- Ven, deja que te saque ese punto negro un momentito, que te afea la cara- te dice cinco minutos después mientras te clava las uñas en la frente y aprieta como la novia de Jack el destripador.
Una madre como Dios manda es un pozo de ciencia infusa y sabiduría:
1) Pero mira que eres idiota... ¿ y si tus amigos se tiran por un puente tú también te tiras?
2) Ese chico no te conviene.
3) Porque lo digo yo y punto, que para eso te parí y soy tu madre, coño.
Tu madre seguro que, como la mía, tenía confidentes muy extraños:
- naaaahh, que estabas fumando el otro día en el portal con tus amigotes...
- ¿ Quién te dijo eso?
- Un pajarito...
Y era muy rápida de reflejos mientras te enseñaba ética:
- Espera, espera, que saco la zapatilla y vas a ver lo que es bueno...
Y hasta son capaces de infundir terror e incertidumbre durante horas mediante ocho únicas palabras:
- Espera que se lo cuente a tu padre.
A pesar de que los tiempos han cambiado mucho en esto de las relaciones madre-hijo, considero una labor enriquecedora la conservación de todo ese acervo tradicional, didáctico y entrañable del "es que pareces tonto, hijo... te lo digo por tu bien... mientras estés en mi casa harás lo que yo te mande...claro, es normal que no te enteres, si es que te entra por un oído y te sale por el otro... pero, ¿tanto subió la leche y los yogures? ¿no me habrás sisado nada, no?... come, ¿cómo que no tienes hambre si estás en los huesos? Calla y come y mas te vale que no vea nada en el plato... a las diez te quiero en casa o duermes en las escaleras... es la última vez que te aviso, la próxima coges tus cosas y te vas... ¿has bebido? échame el aliento..."
Las madres modernas consultan aburridos libros de pedagogía titulados "El Reto de Educar a tus hijos en la Sociedad Moderna" o " Cómo comunicarte con tus hijos", y los recompensan y estimulan mediante complejos sistemas de puntos, premios y castigos, algo parecido a lo de los perros de Pávlov y la salivación.
Una madre de las de antes solucionaría el problema de cómo ejercer la autoridad frente a los hijos de forma mucho más sencilla:
- Te doy una bofetada si lo vuelves a hacer y te estampo contra la pared.
Y lo hace mediante una comunicación directa y mucho más fluida, nítida, sin tanto circunlonquio, para que al receptor no le quede ninguna duda de sus intenciones.
Para mí que había menos niños hiperactivos, deprimidos, peleones, con rabietas y berrinches cada dos por tres, caprichosos hasta límites inhumanos. Y sin tantas zarandajas.
Y lo mismo pasa con el dilema de la educación sexual de los hijos: ahora existen compendios sexuales con fotografías a todo color y libros con cascos y te ponen diapositivas en clase de las trompas de Falopio en 3D y ya hay niños de ocho años que están preparados para defender un discurso con el título de: " El Uso Cotidiano de Enemas en los Clismafílicos. ¿Parafilia o perversión?"
En mis tiempos una madre te daba un único consejo y punto, y todo mientras cargaba la lavadora de ropa sucia:
- Cuidado con las chicas, y si te acuestas con alguna, utiliza precauciones- y programaba la lavadora y se iba a hacer otra cosa.
Y ya está. La educación sexual de parte de una generación en 10 segundos o menos. Sin supernannys ni toda esa elaborada pedagogía moderna que habla de cognotivismo y aprendizaje por descubrimiento y por recepción verbal significativa.
Nada. Os digo yo que no hay nada para el aprendizaje como dormir un par de noches en las escaleras. Ahí sí que aprendes, por descubrimiento súbito y contractura muscular dicotómica, lo incómodo que resulta dormir en un peldaño.
Quien tiene una madre tiene un tesoro y, además, disfruta de una de las pocas personas en este mundo que aunque te vea que duermes debajo de tres edredones y cuatro mantas te va a decir:
- ... ¿quieres que te traiga otra manta y la bolsa de agua caliente? ¡¡Abrígate, que vas a coger frío".
Saludos de Jim a todas las madres del mundo. Os merecéis, se merecen, este homenaje más que nadie, ¿no? Y hasta un tatuaje "amor de madre", si nos ponemos sentimentales y horteras.
¿Pero qué es una madre? ¿Cómo se la distingue en una noche oscura? ¿Cuánto pesan? ¿De qué se alimentan?
Yo diría que una de las cosas en las que más se singulariza una madre es en el hecho de ser el único ser conocido en este universo capaz de insertarte- con toda esa delicadeza y cariño del mundo, del que sólo ella es capaz- un supositorio sin ruborizarse y mientras mira con un ojo la telenovela y con el otro está pendiente de la pota de lentejas. Eso es lo que distingue a las madres y las hace únicas y diferentes del resto de los seres humanos pensantes.
Una madre puede estar haciendo muchas cosas a la vez- es como una mujer orquesta- mientras procede a la vergonzante introducción del cono de glicerina(la inserción correcta sería por la parte menos afilada, procedimiento éste que muchos administran de forma errada), pero siempre te lo va a aplicar con sumo cuidado y nunca se va a olvidar de quitarle la envoltura protectora, cosa que habría que agradecerle con lo que me imagino ésta debe de rozar en tan delicada región.
¿ Alquien recuerda a un padre u otro familiar directo haciendo ese trabajito de infausto recuerdo? ¿ Verdad que no?
Claro, porque las madres lo hacen casi todo bastante bien, aunque a veces tengan que encomendarse a San Judas Tadeo, patrón del trabajo y las causas imposibles, para poder sacar adelante a la recua de ineptos que tiene a su cargo y que ella llama- sólo Dios sabe el por qué- ¡¡Familia!!.
La fuerza de la costumbre, digo yo.
Las características de una madre son muchas y variadas, y van mucho más allá de que a menudo tengan que hablar a gritos para hacerse entender:
Una buena madre suele ser contradictoria y además adora los puntos negros:
- Luis José, no te toques los granos, que después te quedan marcas.
- Ven, deja que te saque ese punto negro un momentito, que te afea la cara- te dice cinco minutos después mientras te clava las uñas en la frente y aprieta como la novia de Jack el destripador.
Una madre como Dios manda es un pozo de ciencia infusa y sabiduría:
1) Pero mira que eres idiota... ¿ y si tus amigos se tiran por un puente tú también te tiras?
2) Ese chico no te conviene.
3) Porque lo digo yo y punto, que para eso te parí y soy tu madre, coño.
Tu madre seguro que, como la mía, tenía confidentes muy extraños:
- naaaahh, que estabas fumando el otro día en el portal con tus amigotes...
- ¿ Quién te dijo eso?
- Un pajarito...
Y era muy rápida de reflejos mientras te enseñaba ética:
- Espera, espera, que saco la zapatilla y vas a ver lo que es bueno...
Y hasta son capaces de infundir terror e incertidumbre durante horas mediante ocho únicas palabras:
- Espera que se lo cuente a tu padre.
A pesar de que los tiempos han cambiado mucho en esto de las relaciones madre-hijo, considero una labor enriquecedora la conservación de todo ese acervo tradicional, didáctico y entrañable del "es que pareces tonto, hijo... te lo digo por tu bien... mientras estés en mi casa harás lo que yo te mande...claro, es normal que no te enteres, si es que te entra por un oído y te sale por el otro... pero, ¿tanto subió la leche y los yogures? ¿no me habrás sisado nada, no?... come, ¿cómo que no tienes hambre si estás en los huesos? Calla y come y mas te vale que no vea nada en el plato... a las diez te quiero en casa o duermes en las escaleras... es la última vez que te aviso, la próxima coges tus cosas y te vas... ¿has bebido? échame el aliento..."
Las madres modernas consultan aburridos libros de pedagogía titulados "El Reto de Educar a tus hijos en la Sociedad Moderna" o " Cómo comunicarte con tus hijos", y los recompensan y estimulan mediante complejos sistemas de puntos, premios y castigos, algo parecido a lo de los perros de Pávlov y la salivación.
Una madre de las de antes solucionaría el problema de cómo ejercer la autoridad frente a los hijos de forma mucho más sencilla:
- Te doy una bofetada si lo vuelves a hacer y te estampo contra la pared.
Y lo hace mediante una comunicación directa y mucho más fluida, nítida, sin tanto circunlonquio, para que al receptor no le quede ninguna duda de sus intenciones.
Para mí que había menos niños hiperactivos, deprimidos, peleones, con rabietas y berrinches cada dos por tres, caprichosos hasta límites inhumanos. Y sin tantas zarandajas.
Y lo mismo pasa con el dilema de la educación sexual de los hijos: ahora existen compendios sexuales con fotografías a todo color y libros con cascos y te ponen diapositivas en clase de las trompas de Falopio en 3D y ya hay niños de ocho años que están preparados para defender un discurso con el título de: " El Uso Cotidiano de Enemas en los Clismafílicos. ¿Parafilia o perversión?"
En mis tiempos una madre te daba un único consejo y punto, y todo mientras cargaba la lavadora de ropa sucia:
- Cuidado con las chicas, y si te acuestas con alguna, utiliza precauciones- y programaba la lavadora y se iba a hacer otra cosa.
Y ya está. La educación sexual de parte de una generación en 10 segundos o menos. Sin supernannys ni toda esa elaborada pedagogía moderna que habla de cognotivismo y aprendizaje por descubrimiento y por recepción verbal significativa.
Nada. Os digo yo que no hay nada para el aprendizaje como dormir un par de noches en las escaleras. Ahí sí que aprendes, por descubrimiento súbito y contractura muscular dicotómica, lo incómodo que resulta dormir en un peldaño.
Quien tiene una madre tiene un tesoro y, además, disfruta de una de las pocas personas en este mundo que aunque te vea que duermes debajo de tres edredones y cuatro mantas te va a decir:
- ... ¿quieres que te traiga otra manta y la bolsa de agua caliente? ¡¡Abrígate, que vas a coger frío".
Saludos de Jim a todas las madres del mundo. Os merecéis, se merecen, este homenaje más que nadie, ¿no? Y hasta un tatuaje "amor de madre", si nos ponemos sentimentales y horteras.
9 comentarios:
Madre sólo hay una y a ti te encontré en la calle...qué sería de nosotros sin esos cuidados, esa educación de la zapatilla, esas frases con poderes videntes ( cuando se lo diga a tu padre...?
Las madres son tu conciencia, tu protección ante las adversidad, la sapiencia hecha carne que renueva tras generación los conocimientos que pasan de madres a hijas desde le principio de los Tiempos...Son el sustento de la familia, económico muchas veces e ideológico casi siempre. Madre no hay más que una y como te quiere tu madre no te quiere nadie, sin duda.
Un amigo me dijo una vez que su madre había depurado la técnica de "lanzamiento de zapatilla" hasta tal punto que juraba y perjuraba que su madre era capaz de lanzar la zapatilla desde el extremo del pasillo, doblar la esquina del pasillo en el aire y alcanzarle en la cabeza sin necesidad de verle.
Supongo que la zapatilla tendría un sensor térmico como "Depredador", pero nunca me atreví a preguntarle directamente a la madre.
Madre no hay más que una porque la naturaleza es sabia. No creo que un cuerpo humano standard pudiera soportar a dos....
mama mía !! Ahora que venga mamá y lea todo esto jeje.
Siempre un gusto pasar por aquí a leerte y echar unas risitas.
Saludos Jim
Te falta la de "lleva una muda limpia por si te pasa algo", como si el 061 no te atendiera por un palomino.
Jajajaja,,,como el amor de madre Jim, ninguno!
Ya lo dicen ellas, pero desgraciao quién te va aguantar a tí.Son únicas, pero que quieres que te diga, tanto como para ir al infierno...
A algunos les gusta la caña que les meten dichas sujetas, poniéndose tattoos con eso de amor de madre.XD
Y si mis hijos leen todo esto?
..Y YO QUE LES RECOMENDÉ TU BLOG!
Verdaderamente Jim tienes mucha razón, así fuimos.
Pero ahora ya nos reimos comentando tu texto.
Muy bueno!
tú limítate a hacer caso!!!
5 palabras que zanjaban cualquier discusión o divergencia de pareceres..... Mi madre de secretaria de organización y sus ibais a enterar...
A las madres hay que protegerlas y subvencionarlas con lo que sea, como a los linces ibéricos.
Con ellas, con vosotras, aprendimos a amar el deporte: tiro de zapatilla, lanzamiento de escoba, carrera de pasillo con obstáculos...
Y el que proteste, a la cama sin postre.
¿ Y qué es eso de comer tantas porquerías antes de cenar? Como quede algo en el plato...
Saludos de Jim.
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