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martes, 15 de marzo de 2011

EL EXPERIMENTO DE LA CÁRCEL DE STANFORD


Como diría Garci, Don José Luis, al comienzo de su coloquio tras la proyección de la consiguiente película en aquel maravilloso programa televisivo llamado "Qué grande es el Cine" : En enero de aquel lejano año 1971, Charles Manson es condenado a cadena perpetua por conspiración, el Apollo 14 regresa a la Tierra y el Presidente Allende nacionaliza la banca privada... mientras que en nuestro País se sanciona al cineasta Juan Antonio Bardem, Francisco Franco nombra sucesor a Juan Carlos de Borbón y también es el año en el que Basilio Martín Patino rueda su excelente "Canciones para después de una Guerra".
Eddy Merckx gana el Tour de Francia, la República Democrática del Congo pasa a llamarse Zaire y es el año en el que se lleva a cabo un experimento psicológico-sociológico (que es realmente lo que aquí nos concierne) liderado por el psicólogo P. Zimbardo, conocido como-tachán, tachán... música de miedo-: El Experimento de la Cárcel de Standford.
Es este Experimento de la Cárcel de Stanford un tema que siempre me ha interesado muchísimo, dado su veraz diagnóstico sobre una parte de la naturaleza humana, la más tenebrosa y sombría.


Crónica de los hechos: 1971, la Inteligencia Militar(la paradoja de siempre... o es militar o es inteligencia, ¿no?) Norteamericana encarga un estudio al doctor Philip G. Zimbardo sobre el comportamiento de los guardias y los prisioneros y la conducta de las personas en determinadas situaciones de cautividad.
Un estudio in situ sobre los roles, el papel de la autoridad, la obediencia, el sadismo, la sumisión...
El experimento de Zimbardo se lleva a cabo en los sótanos de la Facultad de Psicología de Stanford, y consiste en emular y escenificar los roles y circunstancias de una prisión real mediante la división de unos cuantos estudiantes voluntarios- unos cuantos dólares diarios a cambio de participar en el experimento, después de hacer unos test sobre sus capacidades y estabilidad psicológica- en carceleros y prisioneros, de forma totalmente aleatoria y arbitraria, sin entrar a valorar la complexión o características de cada uno.

Zimbardo, en su papel de director de la supuesta "prisión" y conductor del experimento, dio las instrucciones pertinentes a los que asumieron el rol de carceleros:
"Podéis producir en los prisioneros que sientan aburrimiento, miedo hasta cierto punto, podéis crear una noción de arbitrariedad y de que su vida está totalmente controlada por nosotros, por el sistema, vosotros, yo, y de que no tendrán privacidad... Vamos a despojarles de su individualidad de varias formas. En general todo esto conduce a un sentimiento de impotencia. Es decir, en esta situación tendremos todo el poder y ellos no tendrán ninguno"( Philip Zimbardo)


Así que se procede a la detención simulada de los prisioneros, se les toma las huellas dactilares, se les pone unas sandalias y se les mete en celdas.
A los guardas, Zimbardo les provee de gafas de espejo, porras y uniformes.
El experimento estaba previsto para ser desarrollado durante dos semanas, pero...

A los seis días Zimbardo decide detener el conocido Experimento de la cárcel de Stanford.
¿ Cuáles son entonces las razones que llevan al psicólogo a suspender esta interesante investigación?
Pues que el experimento se le fue de las manos al investigador.
Los estudiantes universitarios que fueron elegidos al azar para asumir el rol de guardias, en sólo seis días, se excedieron en sus cometidos. Se incrementaron las actitudes sádicas y humillantes hacia los prisioneros, obligándoles a simular actos homosexuales entre ellos o a realizar ejercicios físicos a altas horas de la noche, cuando los carceleros pensaban que las cámaras no los estaban grabando.
Se les fuerza también a dormir, a los más rebeldes, en el suelo, y a un preso en concreto, el número 416, se le confina en una celda especial de aislamiento, separado de sus compañeros y sosteniendo durante horas los alimentos de la cena que no había querido comer.
Antes de esto, surgió una especie de motín que fue sofocado por los guardas. Los estudiantes que hacían de prisioneros llegaron incluso a mostrar lo que Zimbardo denominó pensamiento desorganizado o a irrumpir en llanto y crisis de ansiedad por sus circunstacias y el trato degradante dispensado por los guardias, y todo a sabiendas de que estaban participando en un experimento simulado.


¿Qué es lo que pasó en esos largos seis días en los sótanos de la Facultad de Stanford para llegar a estos extremos?
Gente como el psicólogo Stanley Milgram o el brillante sociólogo Zygmunt Baumann han elaborado teorías sobre este tipo de situaciones y conductas sociales, grupales. Por ejemplo, La Teoría del Conformismo: "Un sujeto que no tiene la habilidad ni el conocimiento para tomar decisiones, particularmente en una crisis, lo cual llevará la toma de decisiones al grupo y su jerarquía. El grupo es el modelo de comportamiento de la persona".
O sobre el concepto de la Cosificación: " la esencia de la obediencia consiste en el hecho de que una persona se mira a sí misma como un instrumento que realiza los deseos de otra persona y por lo tanto no se considera a sí mismo responsable de sus actos. Una vez que esta transformación de la percepción personal ha ocurrido en el individuo, todas las características esenciales de la obediencia ocurren. Este es el fundamento del respeto militar a la autoridad: los soldados seguirán, obedecerán y ejecutarán órdenes e instrucciones dictadas por los superiores, con el entendimiento de que la responsabilidad de sus actos recae en el mando de sus superiores jerárquicos."

Así pues, lo sucedido en la Universidad de Stanford, treinta años después de la caída del nazismo, nos aporta una serie de datos muy relevantes a la hora de efectuar una interesante aproximación y profundización-más allá de la lectura inicial sobre la conducta de las personas en condiciones de autoridad y obediencia- acerca de la génesis, sostenimiento y desarrollo de los grandes totalitarismos que han sido, son y serán en la Historia de la especie humana.
El propio Zimbardo analiza y saca conclusiones sobre su ¿fallido?, arriesgado y valioso experimento referente hoy en día en psicología social:

"Fue mi intento para determinar qué ocurre cuando pones a gente buena en un lugar malvado: ¿Triunfa la humanidad, o la fuerza de la situación puede acabar dominando hasta al más bueno de nosotros? Mis estudiantes de Stanford, Craig Haney y Curt Banks, y yo creamos un ambiente carcelario muy realista, una "mala cesta" en la que colocamos a 24 individuos voluntarios seleccionados entre estudiantes universitarios para un experimento de dos semanas. Les elegimos de entre 75 voluntarios que pasaron una batería de tests psicológicos. Tirando una moneda al aire, se decidía quién iba a hacer el papel de preso y quién el de guarda. Naturalmente, los prisioneros vivían allí día y noche, y los guardas hacían un turno de 8 horas. Al principio, no pasó nada, pero la segunda mañana los prisioneros se rebelaron, los guardas frenaron la rebelión y después crearon medidas contra los "prisioneros peligrosos". Desde ese momento, el abuso, la agresión, e incluso el placer sádico en humillar a los prisioneros se convirtió en una norma. A las 36 horas, un prisionero tuvo un colapso emocional y tuvo que ser liberado, y volvió a ocurrir a otros prisioneros en los siguientes cuatro días. Chicos buenos y normales se habían corrompido por el poder de su papel y por el soporte institucional para desempeñarlo que les diferenciaba de sus humildes prisioneros. Se probó que la "mala cesta" tenía un efecto tóxico en nuestras "manzanas sanas". Nuestro estudio de dos semanas tuvo que parar antes de tiempo después de sólo seis días porque cada vez estaba más fuera de control"( Parrafo extraído de la entrevista al Doctor Zimbardo http://www.kindsein.com/es/20/1/466)


La película alemana "Das experiment" del 2001, dirigida por Oliver Hirschbiegel, narra la crónica de lo acaecido en 1971 en Stanford.
También recomiendo, sobre el tema, "La Ola" y " El Señor de las Moscas".

Saludos de Jim y cuidado con ciertos experimentos, que no siempre dan los resultados esperados.

1 comentario:

Pablo Franco dijo...

Como tengo esa peli y me gustò, te voy a dar otra oportunidad jejeje.
Eso sí, está mal hecha de carallo. Pero la historia tiene tanta fuerza que al final te engancha.