Un buen día del lejano año 1986 Rafael Díaz Santander y José Luis González deciden dejar de ser solamente apasionados lectores y pasar así a la acción editando en castellano aquellos volúmenes que forman parte de su educación sentimental y arcanos desvelos intelectuales y existenciales.
De esa pasión carnal y licenciosa por la literatura de lo extraño que ambos lectores llevan inoculada en los genes nace la Editorial Valdemar, cuyo germen se plasma en la publicación de sus dos primeros títulos, en unos duros inicios, que los llevan a ambos a la ruina económica y financiera... pero no moral.
Porque no hay empresa pequeña ni imposible para quienes se vuelcan con vehemencia en tratar de transplantar sus deseos y sueños a la realidad, aunque sea subsistiendo a base de duros créditos bancarios, contratiempos técnicos propios del amateurismo inicial y demás sinsabores cotidianos que lastran y finiquitan la mayor parte de los inicios autónomos e independientes.
Pero tanto Rafael como José Luis- como entidades arcanas que son y que parece disfrutan de conexión directa con la energía oscura de los espirítus primordiales de Providence- no cejan en su empeño de invadir y conquistar a la humanidad hispanohablante con sus necronomicones, gorgonas, melmoths, canaanes y demás elementos sobrenaturales que pueblan el imaginario de todos los aficionados a esto de la literatura fantástica, de terror y aventura que el mundo han sido, son y serán.
Así, Valdemar comienza su lenta y oscura travesía sobre las aguas de tinta y alabastro del río Estigia, poblado de criaturas innombrables, para ir confeccionando lo que, a la postre, sería uno de los mayores y mejores catálogos que en estos géneros de lo misterioso e insólito hayamos podido disfrutar nunca(Editorial Minotauro se merece aquí una digna mención por su ingente y previa labor en la producción patria de Ciencia Ficción y fantástica).
De esa pasión carnal y licenciosa por la literatura de lo extraño que ambos lectores llevan inoculada en los genes nace la Editorial Valdemar, cuyo germen se plasma en la publicación de sus dos primeros títulos, en unos duros inicios, que los llevan a ambos a la ruina económica y financiera... pero no moral.
Porque no hay empresa pequeña ni imposible para quienes se vuelcan con vehemencia en tratar de transplantar sus deseos y sueños a la realidad, aunque sea subsistiendo a base de duros créditos bancarios, contratiempos técnicos propios del amateurismo inicial y demás sinsabores cotidianos que lastran y finiquitan la mayor parte de los inicios autónomos e independientes.
Pero tanto Rafael como José Luis- como entidades arcanas que son y que parece disfrutan de conexión directa con la energía oscura de los espirítus primordiales de Providence- no cejan en su empeño de invadir y conquistar a la humanidad hispanohablante con sus necronomicones, gorgonas, melmoths, canaanes y demás elementos sobrenaturales que pueblan el imaginario de todos los aficionados a esto de la literatura fantástica, de terror y aventura que el mundo han sido, son y serán.
Así, Valdemar comienza su lenta y oscura travesía sobre las aguas de tinta y alabastro del río Estigia, poblado de criaturas innombrables, para ir confeccionando lo que, a la postre, sería uno de los mayores y mejores catálogos que en estos géneros de lo misterioso e insólito hayamos podido disfrutar nunca(Editorial Minotauro se merece aquí una digna mención por su ingente y previa labor en la producción patria de Ciencia Ficción y fantástica).
La Editorial Valdemar va poco a poco sumando discípulos a su secta literaria, adquiriendo nuevos títulos, creando colecciones, y todo ello sin dejar de cuidar la calidad de unas ediciones que solamente puede provenir del afecto y de la devoción de personas que aman lo que hacen y que pivotan alrededor de unos nítidos valores y metas, como ellos mismos suscriben: " Hacer dinero nunca ha sido el motor de Valdemar, hemos podido mantenernos fieles a nuestros principios y editar lo que nos gusta".
El catálogo de Valdemar es transversal a muchos géneros: desde misterio y erótica a policiaca, pasando por aventuras, memorias, terror gótico o clásicos literarios(El Club Diógenes, Gato Negro, Planeta maldito, Gótica...), pero siempre con la constante de la calidad y de la disposición a proveernos de esos títulos más excepcionales, oscuros singulares y extraños.
La mayor parte de los cimientos esenciales del género de lo extraño, mistérico e intempestivo figuran ya en el catálogo de Valdemar: las obras de Lovecraft, Robert Erwin Howard, Clark Ashton Smith, Algernon Blackwood, Le Fanu, Maupassant... hasta hermosas y oscuras rarezas del calado de "Los Cantos de Maldoror" , "Cultura del apocalipsis", "Las once mil vergas" o "La noche del zepelín".
Deliciosos y neblosos tesoros abisales que la editorial Valdemar se ha encargado de traer a la superficie para que los adictos a paladear las vaporosas dosis del conocimiento de lo prohibido y de la hermosa perversidad de la imaginación y de la carne no se queden sin suministro existencial.
El catálogo de Valdemar es transversal a muchos géneros: desde misterio y erótica a policiaca, pasando por aventuras, memorias, terror gótico o clásicos literarios(El Club Diógenes, Gato Negro, Planeta maldito, Gótica...), pero siempre con la constante de la calidad y de la disposición a proveernos de esos títulos más excepcionales, oscuros singulares y extraños.
La mayor parte de los cimientos esenciales del género de lo extraño, mistérico e intempestivo figuran ya en el catálogo de Valdemar: las obras de Lovecraft, Robert Erwin Howard, Clark Ashton Smith, Algernon Blackwood, Le Fanu, Maupassant... hasta hermosas y oscuras rarezas del calado de "Los Cantos de Maldoror" , "Cultura del apocalipsis", "Las once mil vergas" o "La noche del zepelín".
Deliciosos y neblosos tesoros abisales que la editorial Valdemar se ha encargado de traer a la superficie para que los adictos a paladear las vaporosas dosis del conocimiento de lo prohibido y de la hermosa perversidad de la imaginación y de la carne no se queden sin suministro existencial.
Editorial Valdemar cumple así a la perfección su doble función de sustentadora de la esencia del género fantástico y de horror y, a la vez, de paladín y baluarte contra esa plaga de mediocridad y pésima letra escrita que nos asola en los rankings de los magazines del domingo, en los escaparates de los centros comerciales y las ferias de verano.
Como muy bien dice Rafael Díaz Santander a este respecto:
"-Yo diría que el 90% o más de los libros que se editan, o que copan las mesas de novedades en las librerías, no me interesan en absoluto. O tienden al bestseller precocinado y deshidratado, o al pseudomisterio conspiranoico, o a algo casi peor, que es la Literatura con pretensiones para domingueros intelectuales. Todo ello me produce un mortal aburrimiento. En fin, que agradezco a las editoriales pequeñas el esfuerzo por mantenernos interesados todavía en la lectura".
Y es que cosas como Editorial Valdemar hacen que merezca la pena que continuemos traspasando todavía el umbral de algunas librerías para dejarnos conquistar por el decadente esplendor de antiguas ciudades en ruinas, por el lejano eco de sus dioses primordiales, de sus terrores que reptan en la oscuridad o para aventurarnos un poco más en todo aquéllo que se agita bajo las aguas inquietas del espíritu e imaginación humana desde su primera noche de los tiempos.
Saludos de Jim a los últimos románticos de verdad.
Como muy bien dice Rafael Díaz Santander a este respecto:
"-Yo diría que el 90% o más de los libros que se editan, o que copan las mesas de novedades en las librerías, no me interesan en absoluto. O tienden al bestseller precocinado y deshidratado, o al pseudomisterio conspiranoico, o a algo casi peor, que es la Literatura con pretensiones para domingueros intelectuales. Todo ello me produce un mortal aburrimiento. En fin, que agradezco a las editoriales pequeñas el esfuerzo por mantenernos interesados todavía en la lectura".
Y es que cosas como Editorial Valdemar hacen que merezca la pena que continuemos traspasando todavía el umbral de algunas librerías para dejarnos conquistar por el decadente esplendor de antiguas ciudades en ruinas, por el lejano eco de sus dioses primordiales, de sus terrores que reptan en la oscuridad o para aventurarnos un poco más en todo aquéllo que se agita bajo las aguas inquietas del espíritu e imaginación humana desde su primera noche de los tiempos.
Saludos de Jim a los últimos románticos de verdad.
3 comentarios:
Totalmente de acuerdo con el tal Rafael Díaz
Muy buen artículo :)
que gran labor hacen desde esta editorial, traduciendo clásicos inéditos en España, trayéndonos joyas clásicas y no tan clásicas. y la colección intempestivas, fundamentales en cultura underground. y además le dijeron NO varias veces a planeta, entre otros. LARGA VIDA A VALDEMAR
cheap jordans
hermes
bape
kyrie 7
supreme new york
hermes
goyard tote bag
palm angels
yeezy 350
jordan 12
Publicar un comentario