"Ella era tímida, bajaba la cabeza para darle a él la oportunidad de acercarse, pero él no podía por falta de coraje. Ella da la vuelta y se va"("In The Mood for Love")
Hace unos días, viendo "Chunking Express", mientras la chica de la gabardina enciende cigarrillos sin parar y el joven policía, recien abandonado por su novia, busca latas de piña que caduquen el 1 de mayo, me dije que tenía que escribir algo aquí sobre uno de los mejores y más personales cineastas que ha parido esto del séptimo arte en los últimos tiempos: Wong Kar-Wai.
Wong Kar-Wai nace en Shanghai, pero a los cinco años se traslada a Hong Kong. Allí desarrolla tareas de guionista y demás labores nutricias para productoras hongkonesas de género(en Hong Kong en particular- y en Cine Oriental en general- el tema de la violencia y las mafias chinas es un género muy prolífico y demandado por los espectadores).
Así que en su primera película, "El Fluir de las Lágrimas", el tipo de las gafas oscuras permanentes se bautiza con una película sobre este género. Es a partir de "Días Salvajes" y, sobre todo, de "Chunking Express", cuando Wong comienza a perfilar su peculiar estilo y a definir el continente y contenido de lo que será, en definitiva, su Cine posterior, al que ya ha legado un par de buenas obras maestras, como mínimo.
Hace unos días, viendo "Chunking Express", mientras la chica de la gabardina enciende cigarrillos sin parar y el joven policía, recien abandonado por su novia, busca latas de piña que caduquen el 1 de mayo, me dije que tenía que escribir algo aquí sobre uno de los mejores y más personales cineastas que ha parido esto del séptimo arte en los últimos tiempos: Wong Kar-Wai.
Wong Kar-Wai nace en Shanghai, pero a los cinco años se traslada a Hong Kong. Allí desarrolla tareas de guionista y demás labores nutricias para productoras hongkonesas de género(en Hong Kong en particular- y en Cine Oriental en general- el tema de la violencia y las mafias chinas es un género muy prolífico y demandado por los espectadores).
Así que en su primera película, "El Fluir de las Lágrimas", el tipo de las gafas oscuras permanentes se bautiza con una película sobre este género. Es a partir de "Días Salvajes" y, sobre todo, de "Chunking Express", cuando Wong comienza a perfilar su peculiar estilo y a definir el continente y contenido de lo que será, en definitiva, su Cine posterior, al que ya ha legado un par de buenas obras maestras, como mínimo.
¿Qué es lo que ha convertido a este hongkonés de gafas ahumadas en uno de los mejores directores de Cine contemporáneos?
Yo díria que un factor determinante a la hora de entender y valorar adecuadamente su cine es tanto la exquisitez como el dominio a la perfección de los recursos narrativos y del lenguaje cinematográfico. Esta distinción formal, la elegancia estética de sus planos, avalada por una perfecta combinación de una intensa poética visual recalcada y acentuada por un diseño de producción y una banda sonora y un puñado de canciones impecables.
Lo que convierte a películas como "Happy Together", "2046" o "Deseando Amar" en clásicos instantáneos, en piezas maestras, es esa yuxtaposición de cierta sobriedad clasicista narrativa del gran Cine de los años 40 y 50 con ciertas técnicas vanguardistas con las que Wong apuntala y aliña sus imágenes. Porque el de Hong Kong hace, más que cualquier otro director, una síntesis brillante entre el mejor noir norteamericano, la nouvelle vague, una composición visual muy moderna, un sentido del tiempo oriental, etcétera.
El tratamiento de la atmósfera adecuada para recrear ciertos puntos cardinales por los que deambula el ser humano contemporáneo: el amor, la sensualidad, el romanticismo tibio y la tensión emocional que precede a la consumación y alivio de los cuerpos, la tristeza dolorosa e inconsolable del desamor...
Abundan en el Cine de Wong Kar-Wai esos silencios que lo desvelan todo mucho mejor que las palabras; las miradas esquivas y fugaces que delatan a los amantes a lo Antonioni, unos primeros planos contenidos y prolongados que recuerdan a aquellos morales que rodaba Dreyer. Hay mucho Cine dentro del Cine de Wong Kar Wai.
Yo díria que un factor determinante a la hora de entender y valorar adecuadamente su cine es tanto la exquisitez como el dominio a la perfección de los recursos narrativos y del lenguaje cinematográfico. Esta distinción formal, la elegancia estética de sus planos, avalada por una perfecta combinación de una intensa poética visual recalcada y acentuada por un diseño de producción y una banda sonora y un puñado de canciones impecables.
Lo que convierte a películas como "Happy Together", "2046" o "Deseando Amar" en clásicos instantáneos, en piezas maestras, es esa yuxtaposición de cierta sobriedad clasicista narrativa del gran Cine de los años 40 y 50 con ciertas técnicas vanguardistas con las que Wong apuntala y aliña sus imágenes. Porque el de Hong Kong hace, más que cualquier otro director, una síntesis brillante entre el mejor noir norteamericano, la nouvelle vague, una composición visual muy moderna, un sentido del tiempo oriental, etcétera.
El tratamiento de la atmósfera adecuada para recrear ciertos puntos cardinales por los que deambula el ser humano contemporáneo: el amor, la sensualidad, el romanticismo tibio y la tensión emocional que precede a la consumación y alivio de los cuerpos, la tristeza dolorosa e inconsolable del desamor...
Abundan en el Cine de Wong Kar-Wai esos silencios que lo desvelan todo mucho mejor que las palabras; las miradas esquivas y fugaces que delatan a los amantes a lo Antonioni, unos primeros planos contenidos y prolongados que recuerdan a aquellos morales que rodaba Dreyer. Hay mucho Cine dentro del Cine de Wong Kar Wai.
"Deseando amar" es una película de roces apenas imperceptibles en estrechos callejones, de susurros y caricias bajo la persistente lluvia, del amor que asoma y lo abarca todo.
"2046" es pura hipnosis fílmica. El espectador queda abducido por la sucesión de imágenes de intensa y poética ingeniería visual, por la poderosa iconografía de su milimétrico inmovilismo preciosista, además de poder estar visualizando uno de los ejercicios más interesantes sobre el dominio del lenguaje cinematográfico al que ha podido asistir en mucho tiempo. Cine en estado puro, que coge al espectador a contrapié y lo sorprende como si estuviese asistiendo por vez primera a aquella proyección de los Lumiere en 1895 en donde unos obreros salían a toda prisa de una gris fábrica.
La sensación de volver a renacer de cero como espectador, de retornar a ese punto de partida virginal en que nuestra capacidad de sorpresa permanece intacta y no condicionada por los millones de estímulos posteriores que han inmunizado nuestra persistencia retiniana.
"2046" es pura hipnosis fílmica. El espectador queda abducido por la sucesión de imágenes de intensa y poética ingeniería visual, por la poderosa iconografía de su milimétrico inmovilismo preciosista, además de poder estar visualizando uno de los ejercicios más interesantes sobre el dominio del lenguaje cinematográfico al que ha podido asistir en mucho tiempo. Cine en estado puro, que coge al espectador a contrapié y lo sorprende como si estuviese asistiendo por vez primera a aquella proyección de los Lumiere en 1895 en donde unos obreros salían a toda prisa de una gris fábrica.
La sensación de volver a renacer de cero como espectador, de retornar a ese punto de partida virginal en que nuestra capacidad de sorpresa permanece intacta y no condicionada por los millones de estímulos posteriores que han inmunizado nuestra persistencia retiniana.
Y no sólo son los recursos visuales y el dominio del lenguaje cinematográfico clásico y vanguardista lo que han hecho de Wong Kar Wai un mago del plano y las secuencias. También hay que contar con un director de fotografía impresionante como Christopher Doyle, un repertorio musical que incluye a Xabier Cugat, Dean Martin, Secret Garden, Nat King Cole, un reparto con actores de la talla de un Tony Leung, Gong Li, Maggie Cheung... solamente hay que ver la clase con que Maggie Cheung viste sus ceñidos y estampados vestidos orientales en "Deseando Amar" o el homenaje a C. Gable y a las grandes estrellas de la edad de oro del Cine Norteamericano que Tony Leung lleva a cabo en "2046" para darse cuenta de que estamos ante actores de una gran calidad.
Si le hacemos un poco de caso a las palabras de Buñuel- "el misterio es el elemento clave de toda obra de arte"- es cuando dejamos de hacer preguntar y comenzamos a dejarnos llevar por la fascinación que supone volver a contemplar la magia del Cine en estado puro y el porqué de la persistencia en la memoria y en la retina de esos planos y secuencias que no los da arrancado ni el tiempo ni el olvido.
"Deseando Amar", "Chunking Express", "2046", "Happy Together"... es volver a dejarse soprender y aprender a amar un poco más la vida y el Cine. Es esa maravillosa sensación que deja Wong Kar-Wai de estar asistiendo a la vez al pasado, al presente y al futuro del Cine... sensación que solamente llegan a conseguir transmitir los grandes artistas.
Los de verdad.
Saludos cinéfagos de Jim.
Si le hacemos un poco de caso a las palabras de Buñuel- "el misterio es el elemento clave de toda obra de arte"- es cuando dejamos de hacer preguntar y comenzamos a dejarnos llevar por la fascinación que supone volver a contemplar la magia del Cine en estado puro y el porqué de la persistencia en la memoria y en la retina de esos planos y secuencias que no los da arrancado ni el tiempo ni el olvido.
"Deseando Amar", "Chunking Express", "2046", "Happy Together"... es volver a dejarse soprender y aprender a amar un poco más la vida y el Cine. Es esa maravillosa sensación que deja Wong Kar-Wai de estar asistiendo a la vez al pasado, al presente y al futuro del Cine... sensación que solamente llegan a conseguir transmitir los grandes artistas.
Los de verdad.
Saludos cinéfagos de Jim.
2 comentarios:
Es cierto que las hipnóticas 2046 y Deseando amar se disfrutan una barbaridad. Pero, la verdad, a mi me llegaron más otras suyas como Chunking Express o Fallen Angels, que suelen tenerse más olvidadas.
No sé, me da que el encanto de ese Wong Kar wai fresco, dinámico y macarra de sus comienzos quedó en cierto modo demasiado relegado por los artificios -maravillosos, por cierto- de su cine de la última década.
Tendré que hacer una revisión completa de su filmografía de todos modos, que lo mismo cambio de opinión :P
Un saludo, Jim.
Te recomiendo sobre todo 2046, Benedetina.
Una de mis favoritas.
Saludos.
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