
Años me he pasado yo creyendo a pie juntillas en el puñetero Triángulo de las Bermudas, esa misteriosa porción de océano entre las Bahamas, las Bermudas y Florida en donde cada año desaparecían por arte de birlibirloque decenas de aviones de la USA AIR FORCE o (todavía mucho más enigmático) se encontraban barcos a la deriva, en perfecto estado y con las provisiones intactas... ¡¡ pero sin nadie a bordo!!!
Para flipar.
Años de lectura impaciente de la mensual Más allá o de Enigmas, de no perderme La Puerta del Misterio con el gran Jiménez del Oso y sus reportajes sobre las pistas de Nazca o los Moais cabezudos de la Isla de Pascua.
Años de engorrosos y complejos debates con los amigos de la calle y el colegio, intentando desenmarañar el enigma de lo que se ocultaba en las aguas del "triángulo del diablo"( ¿ Da miedo, eh?). Una zona de peligro misterioso y misterio peligroso de las de verdad, de esas sobre las que da gusto charlar horas y horas sentado en un portal cuando no se tiene otra cosa más importante que hacer.
Esas historias maravillosas que te activan la imaginación y que comenzaban siempre con un estilo tipo ( leer con esa entonación sobria pero con matices de intriga que pone el comentarista en estos casos): " Era un día magnífico, con sol en abundancia, y un cielo azul totalmente despejado de nubes... un día como cualquier otro. 5 aviones Avenger TBM estaban dispuestos a despegar para una misión rutinaria, un vuelo de entrenamiento al mando del veterano teniente Charles F. Taylor.
Todo el equipo estaba perfectamente, por lo que a las 2:00 del mediodía despegan los 5 aviones con los 15 tripulantes a bordo... pasan dos horas sin novedades, hasta que a la torre de control les llega un mensaje desconcertante cuando éstos están sobrevolando el área de las Bermudas:
- ... torre de control, torre de control, soy el teniente Charles F. Taylor... los aparatos se han vuelto locos, el mar luce un color extraño, no sabemos en dónde diablos estamos pero algo se está... "
Y así cientos y cientos de testimonios de estas mismas características.
Y esto ya era, claro, lo máximo, lo superlativo en materia de posibilidades imaginadas, de divagaciones fantásticas y de invenciones disparatadas y fantasmagóricas.
Que si los supervivientes de la Atlántida tenían unas pirámides bajo el océano con que controlaban la gravedad; que si unas bases de UFOS y extraterrestres (¿ qué carajo harían los extraterrestres en el fondo del océano atlántico?¿ Cómo se les darían por acabar allí?) que secuestraban a los humanos para sus investigaciones o para hacer mantequilla; que si agujeros de gusanos y vórtices electromagnéticos que modificaban el tiempo y el espacio y los pilotos y navegantes aparecerían de repente sobre un drakkar vikingo o desnudos en mitad de una bacanal de Nerón, por ejemplo.
La imaginación al poder, que también vende. Y mucho.
Claro que estos supuestos testimonios reales y teorías elaboradas "científicamente" no lo eran tanto.
Los promotores de todo este gran enredo, Gaddis y el inefable Charles Berlitz (todavía tengo en casa su libro " 1999, El Año del Fin del Mundo", que tomé "prestado" de la exigua biblioteca del Calasanz en su tiempo y me "olvidé" de devolver), parece que se pasaron por el forro toda verosimilitud y vinculación con la realidad con sus historietas de aviones perdidos y barcos a la deriva.
Y un día te enteras de que Berlitz se inventa buques, incluye dentro de las desapariciones en el Triángulo de las Bermudas a barcos que naufragaron a 800 millas de esta zona( incluso cerca de la península ibérica), falsea datos sobre la tormentas, manipula testimonios, etcétera.
El índice de siniestralidad del llamado Triángulo del Diablo es incluso más bajo que el de otras zonas del planeta.
Los científicos argumentan que las altas proporciones de metano, debido a la descomposición de materia orgánica, de la zona pudieron provocar algún siniestro o naufragio, pero nada más.
O sea, que el puñetero Charles Berlitz y su puñetero Triángulo de las Bermudas era esto, ¿no? Lo de siempre.
Una lástima. Yo que había elaborado mi teoría, sólida y muy bien argumentada, alrededor de esos supervivientes Atlantes que habrían desarrollado una nueva civilización bajo los oceános- domesticando incluso a medusas, tortugas marinas y tiburones ballena- y que se habían puesto en contacto, via email submarino, con los extraterrestres para conquistar la tierra mediante la fabricación de cúmulos y nimbos que contenían en su interior puentes de Einstein-Rosen para poder recluirnos a todos los terrícolas macho dentro de la cuarta dimensión y así poder refocilarse con nuestras mujeres y ...
Bueno, otro día os la cuento entera.
Espero que lo del Yeti y Nessi no sea otra coñita más de algunos para vender libros y demás...
Con lo que me gusta a mí todo este mundillo de lo enigmático, lo arcano y lo misterioso.
Saludos de Jim Alegrías, investigador de lo paranormal por CCC.