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martes, 20 de diciembre de 2011

AQUELLOS MARAVILLOSOS JUGUETES



Volvemos a estar en navidad, como cada año por estas fechas, más o menos, aunque las grandes superficies comerciales se empeñen en adelantarlas a los meses de julio-agosto.

La navidad es ese momento mágico del año en el que la mercería del barrio de la señora Carmen pone villancicos a todo volumen y los buzones se empiezan a llenar de catálogos de cestas, cava(antes champán) y turrones; esa etapa de aprendizaje vital en el que uno se da cuenta de que las pilas no vienen nunca incluidas dentro de la caja de los juguetes y además hace un descubrimiento esencial para el resto de su vida adulta: es durante el transcurso de las expectativas, los deseos y la ilusión donde se agazapa la felicidad y el disfrute, y no en la posesión y la pertenencia(a esta conclusión se llega, de forma brutal, cuando el juego o juguete- después de llevar cuatro meses esperando ansiosos por su llegada- nos aburre a la hora y media soberanamente).
También se sabe que es navidad porque en la televisión echan en todas las cadenas a la vez "¡Qué bello es vivir!", porque la mitad de las luces del árbol siempre fallan y porque además los padres se chispean en nochebuena y le dan un pícaro revolcón a su mujer delante de todo el mundo mientras los niños se parten de risa al colocar al niño Jesús debajo del caganet del Belén(yo lo hacía).
A mí me gusta la navidad. Hay olores, recuerdos, gentes, sensaciones... que solamente pertenecen a la navidad y que a uno le acompañarán durante toda la vida. Para mí de una forma muy grata.
También hay que reconocer que esa fe infantil en las navidades se asienta sobre algo indiscutible: los regalos, juegos y juguetes que formaron parte de nuestros desvelos, deseos y goce durante una de las etapas más importantes de nuestra vida.
Cosas a recordar como:



- EL TELESKETCH: El telesketch era una pantalla(rellena por dentro de polvo de aluminio) con dos ruedas en la que los artistas infantiles más avezados podían plasmar allí sus inquietudes. Inquietudes verticales y horizontales, porque las inquietudes en diagonal y circulares todavían estaban proscritas allí, que ya sabían los fabricantes que siempre que empezamos dibujando cosas con redondeces y demás ya sabemos lo qué pasa, picaruelos...
El telesketch era como un Ipad o tablet prehistórico en el se podía conseguir llegar a perfilar, a duras penas y con mucha suerte, una casa con un camino y una chimenea o una frase gótica del tipo de: Mi hermano es tonto, para a continuación ir corriendo a su lado a mostrarle tu arte.
¡¡Mítico y querido telesketch!!


- MAGIA BORRÁS: ¿Quién no ha querido realizar magia alguna vez en su vida y hacer desaparecer a varios profesores, a sus padres y a algún matón de la calle con un sencillo movimiento de una varita mágica? ¿ Quién no ha soñado con echar unos polvos gratuitos y mágicos, timar a los amigos, engañar a todo el mundo? Como un Urdangarín cualesquiera, pero con chistera y clase.
A mí me regalaron un Magia Borrás y aquello fue la revolución cuando llegó el momento de abrir la caja: que si Las Pirámides Mágicas, que si la Baraja Agujereada, que si la Huevera, que si un tocho manual del copón para leer antes de hacer los trucos, que si no me daba salido ninguno, que si aquello era más complicado que ver a un asmático tocando entero el Arabesque de Debussy con una flauta... total, todo un desengaño, de los más duros de mi existencia. No hice ningún truco ni me convertí en un Tamariz de la noche a la mañana y lo único que aproveché fue la varita esa ¿mágica? de plástico que venía para usarla de cerbatana y lanzarle arroz a mi vecina.
Los únicos que hacían magia aquí eran los de Borrás, que se forraban a costa nuestra, los muy trileros.



- XYLOMATIC: "Azul con azul, qué fácil de componer", decía la canción del anuncio. ¿Fácil de componer? La madre que me parió fácil de componer, pues nunca le di cogido tampoco el punto a la Xylomatic ésta. La Xylomatic es lo que se llama un metalófono, instrumento para hacer música que tiene una manivela y unos pivotes que crean melodías al caer sobre unas láminas de metal... o algo así.
Creo que Mike Olfield empezó con uno de estos a componer Tubular Bells.
Otro rollo macareno. Yo no di pasado de cuatro notas de Carros de Fuego, las mismas que tocaría más adelante con el órgano PT-30 que mis padres me trajeron de Canarias.


- EL TOCADOR DE LA SEÑORITA PEPIS: Esas cosas de niñas que maravillaban a los niños, porque cuando íbamos a casa de la vecinita nos quedábamos embobados pensando en cómo les podía divertir aquello de empolvar, pintar y maquillar un busto(una especie de careta de plástico duro) si no había ni tanques ni madelmans ni destrucción por el medio.
¿Quién se podía divertir con aquéllo? ¿Las niñas pertenecían a otra especie no humana? ¿Qué significaba todo ese ritual?
Con las cocinitas y los médicos por lo menos colaborábamos y aprendiamos algo, pero esto del maquillaje nunca nos caló demasiado, excepto a los niños que años después formarían el conjunto tecno conocido como LOCOMÍA.
También había una Tricotosa de la Señorita Pepis, que no sé ni para qué servía, la verdad.




- FUERTE COMANSI: Fort Grant o la magia del lejano oeste en tu salón mediante una figuras estáticas, un fuerte con una torreta y una cantina, y una diligencia con caballos de plástico.
La imaginación hacía el resto.
Después de ver en Primera Sesión todos aquellos westerns en blanco y negro en los que los pérfidos pieles rojas asediaban las empalizadas que los héroes blancos y azules defendían hasta que llegaba el séptimo de caballería en el último momento para salvarlos... ¿quién no querría ser un oficial de una guarnición avanzada que cortejaba a alguna dama(solía ser la hija de algún Coronel)mientras eran asediados por los salvajes emplumados e histéricos?
Épica y lírica colonizadora y racial en estado puro.


- IBERTREN: ¿El juego más aburrido del mundo? Posiblemente, pues había que tener una formación zen o una verdadera pasión por este universo ferroviario de las locomotoras, los vagones, los pasos a nivel... para poder disfrutar de una cosa soporífera y adormecedora como era ver pasar un tren constantemente sobre una maqueta con casitas, túneles y personitas plásticas.
- Joder, es que es... ¡¡A ESCALA!!- te decía algún fan de este rollo para intentar contagiarte la pasión por el hipnótico coñazo.
A escala. A escala de aburrimiento 15:13 hasta el infinito, pensabas tú, porque algo sin tanques, madelmans, explosiones, guerras, muertos, monstruos de otra galaxia, etcétera, no podía ser ni bueno ni sano mentalmente ni, mucho menos, entretenido.
¡Dios, qué aburrimiento existencial, porque, seamos serios... a ver quién en su sano juicio va a ir a ver una película de hora y media en la que solamente se vea entrar y salir trenes de túneles!



- MADELMAN: Atención todos y todas, porque entramos en otra dimensión del entretenimiento masculino: el universo Madelman.
El universo Madelman era pura aventura, a la antigua usanza, y se basaba en aquel lema de: "enviaremos un hombre a Marte, otro al Aconcagua y otro al fondo del océano".
La dimensión madelman- muñeco articulado de acción rodeado de accesorios y complementos- iba desde el Madelman pirata hasta el trampero, pasando por el buzo, el explorador polar, el porteador o el espeleólogo.
Madelman lo era todo, lo abarcaba todo, cualquier deseo o sueño de aventura estaba representado por algún modelo o serie de Madelman, esas figuras de ensueño con ropa y miles de accesorios y complementos que conseguían el milagro de convertir el sofá de casa en un pequeño pedazo de misteriosa sabana del África negra.
Serie aventura, serie militar, serie oeste... fabricación española, equipos individuales, básicos o misiones completas.
Geyperman no tenía este catálogo. Y los Big Jim estaban bien porque rompían tablas con la mano, pero no eran lo mismo.
Hoy en día una caja de Madelman buzo y submarinista básica sin abrir y con sus muñecos y complementos sujetos con aquellas gomitas puede llegar a valer mil euracos y más.
Caviar puro.


- QUIMICEFA: Hace no demasiado tiempo un informe de un laboratorio independiente revelaba que el juego Quimicefa contenía elementos inflamables y sustancias tóxicas que podían desencadenar reacciones violentas.
¿Pero alguien pensaba que podría convertirse en un émulo del Doctor Bacterio sin correr ningún riesgo? ¿Cómo se van a poder crear volcanes con soda, investigar sobre la electrolisis o aprender a liberar calor mezclando dos productos si no asumiendo cierto riesgo personal o, incluso, sobre la estructura del edificio de casa de nuestros padres?
Y es que abrías la caja y veías aquellos tubos de ensayo, vaso de precipitados, ácido tartárico, un mechero de alcohol, barras de gráfito... ¿cómo no soñar e ilusionarse con dominar el mundo, destruir ciudades y envenenar a la raza humana si no era gracias a Quimicefa?
Bienvenido, Quimicefa, los que van a morir te saludan.


- AUTOCROSS: Un coche dando vueltas sobre un imán. Vueltas y vueltas. Vueltas y vueltas. Vueltas y vueltas. Vueltas y vueltas... eso era el autocross.
Un volante, una llave de plástico y una marcha con tres o cuatro velocidades y poco más. No se competía con nadie ni se hacía nada más que pasarse horas y horas y horas viendo dar vueltas y vueltas y vueltas a un coche de plástico.
Eso sí, no se sabe porqué pero era ¡¡¡la hostia de entretenido!!!
Misterios cuánticos de la existencia, como la audiencia de Tele 5 o porqué Ana Rosa Quintana cada vez está más joven.




- CINEXIN: Para mí el Cinexin fue algo más que un juego. El Cinexin fue mi última butaca del cine sin acomodador, que diría Sabina.
Me explico.
Un Cinexin significaba una película de Goofy y Donald en una cocina a oscuras, previo aviso de la exhibición a alguna vecinita cuando mis padres no estaban en casa. Así que esa oscuridad y apartamiento´íntimo animaba a la exploración ajena por debajo de la mesa mientras visionábamos, como si nada, las desventuras de un Donald rodando cuesta abajo por las escaleras de un fantasmal castillo.
Mis primeras incursiones en estas lides amorosas tienen que ver con aquellas viejas proyecciones del Cinexin sobre los azulejos blancos de la cocina, por lo que para mí todos y cada uno de los personajes de Disney me resultan tremendamente evocadores y sugerentes, reavivando en mi interior una serie de sensaciones casi líquidas de goce, descubrimiento y aventura.
Gracias, Walt, por tantas alegrías.


- EL BARCO PIRATA DE FAMÓBIL: Es que tenía que ser el barco pirata el producto estrella de Famóbil. O el fuerte o la caballería. Porque eso de la Granja Famóbil, el Circo o el Zoo... ¿qué es... qué significa? ¿Qué aventuras puede imaginar vivir un niño en un Zoo? ¿Darle de comer a las cebras libera la adrenalina de un infante? ¿Limpiar los excrementos de los elefantes?
La adrenalina de un niño la libera la aventura, la emoción y el riesgo(jugar a ser pirata, espadachín, rey guerrero, vaquero, mercenario...) pero simular que planta rábanos en una granja como que no.
Yo entre los clicks y los airgamboys siempre preferí los clicks, a pesar de resultar los muñecos articulados más inarticulados que se vendían en el mercado. Tenían como más entorno.
Y cuando llegaron las clacks(versión femenina de los clicks en plan enfermeras y animadoras) y los rotuladores para pintarlos ya ni os cuento.
Orgía tras orgía era aquéllo.



- ¿QUIÉN ES QUIÉN? : Juego que consistía en intentar adivinar el nombre de un personaje mediante preguntas del tipo: ¿lleva gafas?¿ Tiene el pelo rubio? ¿Tiene los ojos marrones?
Muy entretenido y recomendable a todo aquel que se quiera acercar al mundo de la política orgánica, pues la pregunta retórica de ¿quién es quién? es dentro de este mundillo uno de los mayores desvelos que padecen aquéllos que desean adivinar e interpretar la naturaleza, los movimientos y posibles posicionamientos de fulanita y menganito, cambiantes y mudables como el zig-zag de una pelota saltarina arrojada contra la pared de una sala.
Y es que la condición humana a menudo es impredecible.


- JUEGOS REUNIDOS GEYPER: La caja tenía más de cincuenta juegos, pero todo el mundo acababa jugando a la oca, el parchís y, como mucho, a la ruleta.
Dentro de la caja venían unos ratones y unos conos de plástico y colores que nadie sabía ni recuerda para qué servían, por lo que algunas madres los utilizaban de adornos para poner en el mueble, al lado de los libros del Círculo de Lectores o sobre la televisión.
Cientos de horas y tardes de invierno y lluvia intentando adivinar para qué servían aquellos tableros raros, ratones y conos mientras deciamos lo de: "de oca a oca y tiro porque me toca".




- EXIN CASTILLOS Y TENTE: Pieza a pieza se podían hacer castillos cutres con fantasmas de plástico o unos cargueros y terminales con silos que te cagabas, dependiendo de si ibas más para Gótico o para ingeniero.
Lo malo de estos juegos fragmentarios para una madre era que aparecían piezas en cualquier sitio y lugar: en la ducha, dentro de la lavadora, debajo del sofá, en un yogur, introducidas en vez del supositorio...
Pero Tente somos todos, porque como decía la publicidad de la época: " Tente es mucho más que un juguete. Tente es un sistema de juegos de construcción, con el que, el niño desarrolla sus habilidades motrices, toma consciencia del espacio, maneja conceptos como grande, pequeño, alto, bajo, conoce formas geométricas y adquiere nociones de equilibrio y simetría".
Igualito igualito que cuando jugábamos a los médicos con la vecina del segundo, digo yo. Y sin tanta pieza desmontable.


- SCALEXTRIC: Nunca fui muy fan de estas cosas de los coches y los motores, y mis recuerdos del scalextric se resumen en, básicamente, dos:
1- Un porsche turbo naranja y otro amarillo que corrían sobre una pista en forma de ocho y que constantemente se salían de ella y había que volverlos a poner en el raíl, lo que suponía un auténtico coñazo, por supuesto.
2- Una mañana de sábado que llevaba mi porsche naranja al colegio Calasanz para participar en una competición y me cayó el coche en un profundo charco de agua y se me estropeó, por lo que no pude llegar a participar nunca en una competición de Scalextric. Este día se truncó mi carrera.
Ni que decir tiene que odio el puñetero Scalextric.


Nos quedarían juegos míticos como el SIMÓN, aquel juego de música y luces con cuatro pulsadores de colores; el PICA-PEZ y el TRAGABOLAS, con los hipopótamos de colores que devoraban bolitas; los coches con cable corto de Payá; los juegos de mesa con vocación de infinitud que eran el MONOPOLY, STRATEGO, CLUEDO...; el LABERINTO CONGOST, etcétera.

Esperamos que este guiño nostálgico haya sido de su agrado y que este año les traigan esa granja de PIN y PON o el PEQUEÑO PONY que le han pedido a sus majestades, si es que han sido medianamente buenos.
Si no, ya saben: carbón del dulce.

Saludos de Jim y ¡¡¡feliz navidad!!

domingo, 4 de diciembre de 2011

EDITORIAL VALDEMAR Y OTROS CUENTOS DE HORROR Y MISTERIO


Un buen día del lejano año 1986 Rafael Díaz Santander y José Luis González deciden dejar de ser solamente apasionados lectores y pasar así a la acción editando en castellano aquellos volúmenes que forman parte de su educación sentimental y arcanos desvelos intelectuales y existenciales.
De esa pasión carnal y licenciosa por la literatura de lo extraño que ambos lectores llevan inoculada en los genes nace la Editorial Valdemar, cuyo germen se plasma en la publicación de sus dos primeros títulos, en unos duros inicios, que los llevan a ambos a la ruina económica y financiera... pero no moral.
Porque no hay empresa pequeña ni imposible para quienes se vuelcan con vehemencia en tratar de transplantar sus deseos y sueños a la realidad, aunque sea subsistiendo a base de duros créditos bancarios, contratiempos técnicos propios del amateurismo inicial y demás sinsabores cotidianos que lastran y finiquitan la mayor parte de los inicios autónomos e independientes.

Pero tanto Rafael como José Luis- como entidades arcanas que son y que parece disfrutan de conexión directa con la energía oscura de los espirítus primordiales de Providence- no cejan en su empeño de invadir y conquistar a la humanidad hispanohablante con sus necronomicones, gorgonas, melmoths, canaanes y demás elementos sobrenaturales que pueblan el imaginario de todos los aficionados a esto de la literatura fantástica, de terror y aventura que el mundo han sido, son y serán.
Así, Valdemar comienza su lenta y oscura travesía sobre las aguas de tinta y alabastro del río Estigia, poblado de criaturas innombrables, para ir confeccionando lo que, a la postre, sería uno de los mayores y mejores catálogos que en estos géneros de lo misterioso e insólito hayamos podido disfrutar nunca(Editorial Minotauro se merece aquí una digna mención por su ingente y previa labor en la producción patria de Ciencia Ficción y fantástica).


La Editorial Valdemar va poco a poco sumando discípulos a su secta literaria, adquiriendo nuevos títulos, creando colecciones, y todo ello sin dejar de cuidar la calidad de unas ediciones que solamente puede provenir del afecto y de la devoción de personas que aman lo que hacen y que pivotan alrededor de unos nítidos valores y metas, como ellos mismos suscriben: " Hacer dinero nunca ha sido el motor de Valdemar, hemos podido mantenernos fieles a nuestros principios y editar lo que nos gusta".
El catálogo de Valdemar es transversal a muchos géneros: desde misterio y erótica a policiaca, pasando por aventuras, memorias, terror gótico o clásicos literarios(El Club Diógenes, Gato Negro, Planeta maldito, Gótica...), pero siempre con la constante de la calidad y de la disposición a proveernos de esos títulos más excepcionales, oscuros singulares y extraños.

La mayor parte de los cimientos esenciales del género de lo extraño, mistérico e intempestivo figuran ya en el catálogo de Valdemar: las obras de Lovecraft, Robert Erwin Howard, Clark Ashton Smith, Algernon Blackwood, Le Fanu, Maupassant... hasta hermosas y oscuras rarezas del calado de "Los Cantos de Maldoror" , "Cultura del apocalipsis", "Las once mil vergas" o "La noche del zepelín".
Deliciosos y neblosos tesoros abisales que la editorial Valdemar se ha encargado de traer a la superficie para que los adictos a paladear las vaporosas dosis del conocimiento de lo prohibido y de la hermosa perversidad de la imaginación y de la carne no se queden sin suministro existencial.



Editorial Valdemar cumple así a la perfección su doble función de sustentadora de la esencia del género fantástico y de horror y, a la vez, de paladín y baluarte contra esa plaga de mediocridad y pésima letra escrita que nos asola en los rankings de los magazines del domingo, en los escaparates de los centros comerciales y las ferias de verano.
Como muy bien dice Rafael Díaz Santander a este respecto:
"-Yo diría que el 90% o más de los libros que se editan, o que copan las mesas de novedades en las librerías, no me interesan en absoluto. O tienden al bestseller precocinado y deshidratado, o al pseudomisterio conspiranoico, o a algo casi peor, que es la Literatura con pretensiones para domingueros intelectuales. Todo ello me produce un mortal aburrimiento. En fin, que agradezco a las editoriales pequeñas el esfuerzo por mantenernos interesados todavía en la lectura".

Y es que cosas como Editorial Valdemar hacen que merezca la pena que continuemos traspasando todavía el umbral de algunas librerías para dejarnos conquistar por el decadente esplendor de antiguas ciudades en ruinas, por el lejano eco de sus dioses primordiales, de sus terrores que reptan en la oscuridad o para aventurarnos un poco más en todo aquéllo que se agita bajo las aguas inquietas del espíritu e imaginación humana desde su primera noche de los tiempos.

Saludos de Jim a los últimos románticos de verdad.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

MIGUEL ARES RUA Y LAS COSAS QUE PERMANECEN


Ha llegado la mañana.
Veo un sol brillante incrustado en algún lugar del cielo azul y cómo las últimas y casi extintas gotas del rocío se desintegran por entre los laberintos- sin Minotauro ni Teseo- que calcetan las arañas gordas, amarillas y peludas entre las ramas.
Es una mañana diferente a todas las otras mañanas que yo he visto. Cada nueva mañana siempre es diferente a la mañana anterior.
Irremediablemente distinta.

La luz inaugural del día gotea sus diamantes sobre el lomo madrugador de los gatos y endereza un poco la artrosis renqueante de algunos viejos y sabios árboles, que han vivido y visto tanto que ya no necesitan decir nada .
Llueven unos pétalos rojos sobre un caballo. Se abre como una lúbrica ninfa adolescente una flor blanca. Una columna de polen, polvo y todo tipo de vida diminuta arrasa el oxígeno, la luz y el aire sobre los caminos.
Es la vida, joven e intensa, que sabe que, con o sin nosotros, debe y tiene que continuar.
Es la vida, sabia y prudente, que nos ofrece todo tipo de señales para que nos demos cuenta de que solamente tenemos que pararnos un poco y saber mirar adecuadamente a nuestro alrededor para que lo comprendamos casi todo.
Por lo menos casi todo lo necesario.

Porque es entonces ,y sólo entonces, cuando uno descubre que resulta muy tranquilizador darse cuenta de que la vida continuará sin nosotros. Resulta tranquilizador saber que otros ojos que no serán los nuestros contemplarán otra renovada y distinta mañana, otras flores blancas abriéndose, otros árboles sabios, otras bandadas de nubes que unas veces parecen hechas de yogur y otras de plomo.
Resulta tranquilizador pensar que alguien volverá a ver todo esto y pensará en lo que nosotros estamos pensando y en lo que mi amigo Miguel Ares Rua ha conseguido capturar de forma tan extraordinaria con su singular mirada: que todo aquéllo que permanece- flores, plantas, pájaros, peces del mar, hongos, condensación de vapor de agua, paredes celulares, esponjas, algas...- de alguna forma también nos perpetúa a nosotros, pues estamos contenidos dentro del mismo flujo generador.

Miguel consigue que volvamos a habitar con sus fotografías esos lugares silenciosos y cálidos donde la vida siempre se desparrama y permanece, en una infatigable y perenne estación.
Y ahí radica su habilidad y mirada, en el hecho de conseguir que cada nueva imagen y mañana nos emocione y sobrecoja, porque lo peor de esta vida sería que ya nada nunca nos volviera a sorprender.

















Saludos de Jim.


miércoles, 9 de noviembre de 2011

LA GRAN NOVELA AMERICANA TAMBIÉN ERA UN CUENTO


La antigua y anhelada pretensión de muchos autores norteamericanos de escribir eso que llaman La Gran Novela Americana viene a ser un poco cómo tratar de capturar a la gran ballena blanca de Melville para meterla en la diminuta pecera que tenemos sobre el hule estampado en la mesa de la cocina, intentando de paso que el mitológico cetáceo comparta estrecho piélago con esa carpa marmórea y medio putrefacta que flota sobre los diseminados restos de comida.

Esa utopía literaria inviable de intentar condensar en unos cuantos cientos de páginas el ambicioso cometido de testar y radiografiar con éxito toda la complejidad- en ocasiones mítica; la mayor parte de las veces vulgar y cotidianamente mítica- de esto que se ha venido en llamar modernidad(desde la post-revolución industrial hasta la sociedad líquida de Bauman) ha resultado la mayor parte de las veces un ejercicio interesante de estilo y técnica literaria contempóranea, ciertamente rupturista en algunos aspectos con respecto a la novela conservadora tradicional, pero incapaz de aprehender por sí misma, en un único tomo o en un par de ellos, toda la sustancia, naturaleza y huidiza complexión de los tiempos que nos ha tocado vivir, por eso para tener una perspectiva mínimante sustancial del asunto es necesario un sumando de muchos títulos.



Así que el concepto de Gran Novela Americana me resulta particularmente interesante-más allá de la cuestión de marketing del mercadeo cultural y las ventas- por varias razones:

1- A pesar de tener un cáracter nacional y un espíritu eminentemente norteamericano, hay rasgos específicos de esta exploración literaria que adquieren la condición de universalidad, pues no hay que olvidar que parte de los patrones y esquemas mentales, éticos, políticos, culturales, etcétera, en los que nos movemos actualmente nos remiten a esa cosmovisión mítica y pragmática( a partes iguales) de los EEUU como epicentro influyente y colonizador de eso que hemos dado en llamar modernidad: democracia, liberalismo, liberación de la mujer, sociedad de consumo, idealismo, derechos civiles, rebeldía, multiculturalismo...
La complejidad de las nuevas relaciones humanas, la soledad y la pérdida (y búsqueda) de una nueva identidad grupal y/o personal, o la alienación del individuo en la recién inaugurada sociedad industrial y tecnológica forman parte del mismo itinerario mítico e imaginario occidental que exporta el país de las oportunidades y de los patriotas satisfechos al resto del mundo.
Las antiguas fórmulas conservadoras quedan superadas gracias a la asunción uniforme de estos principios por la mayor parte de naciones occidentales, compartiendo sustrato moral, ético, cultural, científico e ideológico básico.

2- La Gran Novela Americana tiene que ver, como ya he dicho, con la modernidad. Y la modernidad tiene muchísimo que ver con lo que Paul Ricoeur ha dado en llamar los tres maestros de la sospecha: Marx, Nietzsche y Freud(aquí yo también incluiría a Darwin, otro adalid de la modernidad).
Los cuatro revolucionaron con sus teorías el pensamiento y la concepción que de sí mismo tenía hasta la fecha el ser humano, como anteriormente lo habían hecho Sócrates, Descartes o Hegel:
"Los tres tienen una visión materialista y evolucionista del ser humano. Puede decirse que los tres son naturalistas: ven al hombre como producto de la historia (Marx), de la evolución de las especies (Darwin), o condicionado por sus instintos y el ambiente (Freud)"(Paul Ricoeur).

Así que entiendo que gran parte de esa condición que la Gran Novela Americana tiene de denuncia de la falsa conciencia, de la ideología burguesa, del análisis de las relaciones humanas desde la actividad inconsciente, las represiones, los sueños, las frustraciones, la pérdida de Dios, la huida constante hacia adelante, la búsqueda de algo inasible, la nostalgia de un futuro improbable... tienen que ver con estos maestros de la sospecha, rupturistas en su momento con el adocenado y conservador orden de pensamiento pre-industrial.


3- En la cuestión estrictamente literaria, lo que se ha dado en llamar por la crítica la Gran Novela Americana tiene que ver con el riesgo, con la superación de las viejas fórmulas. Una literatura exploradora y experimental que revela las contradicciones íntimas de la sociedad moderna y de sus personajes, amenazados siempre por el vacío cotidiano, la falta de puntos de fuga y asideros existenciales. Un artefacto narrativo audaz que, sobre todo, habla de los anhelos indefinibles que forman parte de la naturaleza del ser humano en el marco de esta fugaz modernidad huérfana de dioses y de sus constantes: violencia, ruptura, inocencia, deriva, amor y desamor, sacrificio, huida...
La riqueza y complejidad de las narraciones y sus personajes, la superposición de niveles de lectura y la experimentación con el lenguaje y la técnica narrativa forman parte de los ingredientes de esta novela norteamericana contemporánea y la podemos encontrar en numerosos maestros, desde Melville y Twain hasta Kerouac, Faulkner, Capote, Salinger o Steinbeck, pasando, como no, por el medio de Dos Passos y los más actuales David Foster Wallace, Franzen o Don DeLillo.



Novelas referenciales como "El lamento de Portnoy", "Reflejos en un ojo dorado" o "El gran Gastby" son esenciales a la hora de tratar de formarse una idea sobre de qué va esto, aunque yo siempre he sostenido y sostengo que las más nítidas, detalladas y acabadas radiografías de las relaciones humanas y sus anhelos indefinibles están encartadas en minúsculas piezas de orfebrería literaria de artesanos como Raymond Carver, Richard Yates, John Cheever, Richard Ford, Lorrie Moore, Flannery O´Connor o Capote(aquí también incluiría ese gran recopilatorio de cuentos amateurs de Paul Auster que es "Creía que mi padre era Dios").

El gran físico de la cuántica Max Planck dejó establecido que la energía se radia en unidades pequeñas denominadas "cuantos".
Y los cuantos y los cuentos, de lo micro a lo macro, tienen también mucho que ver con La Gran Novela Americana, porque algunos de los signos sensibles e imágenes indivisibles que contienen solamente veinte páginas nos dejan la íntima certidumbre de que la lógica interna de los universos esféricos y perfectos no siempre tienen que ver con el tamaño de su ambición.
La pretensión de exhaustividad no entiende de páginas y acumulación de signos. Esto de la Literatura, de la exploración de la realidad circundante y no circundante, funciona de otra manera.
Mucho más cuántica y, por supuesto, muchísimo menos predecible. La culpa la tienen esas partículas subatómicas que son las letras y los fenómenos impredecibles que su unión y fusión desencadenan.


Saludos de Jim y ¡¡viva el gran cuento americano!!

jueves, 3 de noviembre de 2011

LAS DESPEDIDAS DE SOLTER@: ¡¡EL HORROR!!


"La casa la decoramos con luces rojas, cortinas rojas, todo rojo. Parecía un puti que te cagas. Además Alberto nunca estuvo en casa de Aitor, no se llevaban muy bien, así que entre cuatro vueltas que dimos, y el ciego que llevaba se pensaba que estaba a punto de echar el polvo de su vida cuando llegó la striper y...".

Yo reconozco que soy maniático con mis semejantes, algo extemporáneo y drástico en mis opiniones y que generalmente-como canta el Loco- "me siento en la fractura de valores que no cuentan", pero a mí es que esto de las despedidas de soltero y soltera "modernas" me ha parecido siempre una cosa como muy chabacana y, con perdón, paleta, además de-como diría mi abuela si estuviese viva- "un sacacuartos para catro parvos que teñen máis diñeiro que sentido común".
Esta generación Nespresso(ya hablaremos de ella en otro artículo) desactivada ideológicamente, conservadora, programada por sus predecesores para el ultraconsumo y la deriva vital que éste genera, sin más luces en el horizonte que la evasión constante, frívola e insustancial a través del tobogán de lo lúdico y el placer de lo inmediato- aquí ya me parezco un poco al "moralinas" de De Prada- ha convertido un hermoso ritual de compromiso vital en una suerte de festival hortera y vulgar de dimensiones cósmicas.
¡Y es que da un gusto ver a las manadas de ajadas cuarentonas paseándose por las calles dando gritos con sus viseras con penes de goma, a talluditos treintañeros portando esas camisetas en las que se lee "Tú sigue leyendo, mientras yo te miro las tetas"... o a las amigas divorciadas babeando entre tíos hipertrofiados y con el escroto depilado que se ponen un anillo en los testículos para que el "salchichón" se levante un poco y se les note más bulto!

Dice mucho de la especie humana que mientras unos pocos se dedican a imaginar Colisionadores de Hadrones y a escribir hermosas óperas, otra parte muy numerosa de la misma raza en esos momentos le esté dando cuerda a pollas(con perdón) saltarinas, y comiendo postres en forma de panochas, almejas y chirris, como se denomina técnicamente- es que aquí técnicos en esto somos todos y todas, pues no hay casi nadie que se salve de la manipulación- a este órgano o instrumento de placer humano con que la evolución ,a lo largo de millones de años, nos ha obsequiado.
Hablar aquí de pundonor y dignidad cuando tienes 45 tacos y más pistoleras que J. Wayne y llevas un Kit de Diablesa lasciva o eres un contable de banco calvo, barrigudo y separado que vas disfrazado de preservativo luminoso es, a todas luces, complicado.

Hace unos años-si os fijáis, yo siempre reivindico la sencillez como una de las virtudes y placeres cardinales de la existencia- llegaba con salir a cenar un churrasco con chumichurri y chinchulines con los seis buenos amigos de toda la vida(pocos más se logran en esta vida, y los mejores suelen ser los de la infancia-juventud) y después unas cervezas y cubatas de ron y ginebra a algún pub cercano. En cambio hoy en día- ¿inconsciencia, tedio, derroche...? ¿todo junto?- la generación Nespresso alquila limusinas blancas, le paga 300 euracos -por enseñar nalga y genitales- al mandril depilado o conejita de turno para poner palote a algún gañán pajillero y salido o regenerar los humedales de alguna casada/separada con más hambre atrasada que un comensal habitual de El Bulli y esas cosas deshidratadas en forma de nube que dicen que comen.
Esto cuando no se les da por pagar un dineral para irse de deporte de aventura a descender un río o jugar a eso del Paintball, tirarse en paracaídas desnudos o planificar una bacanal romana en un chalet alquilado de fin de semana.
Los tiempos modernos más que líquidos, que decía Bauman, están hechos a base de fluidos, humores y mucha estupidez galopante para acabar gastándose los cuartos en pajitas de penes de colores, tangas con forma de trompa de elefante o trivials sexuales.

O sea, que para el que esto escribe la cosa ésta de las despedidas de soltero y soltera es una cosa muy similar a tener un disco de Chayanne, un perro de porcelana en el pasillo o un elefante de Lladró con sombrero rojo encima de la tv: una horterada astronómica, fuera de cualquier posible cuantificación humana, merecedora de muerte o destierro.
De muerte, si nos ponemos estrictos. Garrote vil, a poder ser.

Y ahora me tengo que ir, no sin antes ponerme mi camiseta con el lema "Josete, te casaste y la cagaste" y realizar mi juramento de la noche:

"Juro solemnemente como Hombre que honraré
y respetaré a mis Amigos aquí presentes.
Juro que no revelaré los secretos de esta noche.
Entiendo que romper este juramento implicaría la
castración de mi miembro viril con un cuchillo oxidado.
Si alguien me pregunta sobre lo ocurrido esta noche,
responderé: Comimos pizza, nos emborrachamos
y vimos películas porno".

Saludos de Jim, amigos demenciales del inframundo.


jueves, 27 de octubre de 2011

EL SUEÑO POP-ART DE UNA NOCHE DE OTOÑO EN EL METRO DE TOKYO

Mi padre era zapatero, delgado como el brazo de una lámpara y además tenía una especie de tupé grasiento que se fijaba cada mañana untándose uno de sus dedos en una pegajosa gomina de bote y pasándoselo después por el cabello muy despacio, como un rodillo.
Mi padre trabajaba desde la mañana al atardecer, casi sin parar para comer, cosiendo los cueros abiertos, remendando botas, quitando suelas viejas y poniendo otras nuevas.
Nunca salió de su ciudad, de nuestra ciudad.

Cuando yo era pequeño, mi padre me llevaba todas las mañanas al colegio... y cada una de esas mañanas(lo recuerdo perfectamente) a mi me atenazaba una profunda e hiriente vergüenza por el hecho de que los demás niños me vieran acompañado por aquel pobre padre zapatero, grasiento y remendón, que nunca había logrado reunir el dinero suficiente para salir de su ciudad, de nuestra ciudad.
Un día le comenté a un amigo del colegio el insufrible bochorno que yo padecía al tener el padre que tenía. Ese amigo se lo dijo a su madre. Su madre se lo hizo llegar a mi madre una tarde que merendábamos todos juntos en su casa, y mi madre se lo confesó a mi padre esa misma noche después de hacer el amor.
Mi padre no me acompañó al colegio a la mañana siguiente... ni a la siguiente, ni a la otra. Nunca me volvió a acompañar al colegio.


Pasaron los años.
Cuando mi padre enfermó a mí ya no me daba vergüenza mi padre, aunque hubiese sido toda su vida un zapatero grasiento y remendón que nunca había salido de su ciudad. Pegado a su cama en sus últimos momentos, me confesó el enorme dolor que le había causado el hecho de enterarse de la vergüenza que su único hijo sentía hacía él, hacia su pobreza y su trabajo, hacia su ausencia de bagaje y conocimiento del mundo, así que me contó que desde ese mismo día se había dedicado cada noche en la intimidad de su habitación a la lectura y estudio metódico de las guías y libros de viajes que iba comprando, a un precio muy asequible, en una tienda de libros de segunda mano que había de camino a su pequeño taller de zapatero.
- ... así que ahora, hijo, ya estoy preparado: pregúntame por mis viajes...

Y yo le dije París. Y mi padre me habló de una exposición de Cézanne que había visto en el Barrio Latino y de cuando casi se cae al Sena con mi madre. Y yo le susurré Londres y me comentó el tamaño exacto de la estatua de Darwin en el Museo de Historia Natural y cómo casi pisa una ardilla en el parque de Kensington... New York, Oslo, Lima... hasta que ambos nos quedamos dormidos en el silencio de aquella larga noche de ciudades y viajes invisibles mientras le pedía perdón por mi infantil estupidez y le recordaba lo orgulloso que me sentía ahora de haber tenido un padre zapatero, grasiento, remendón y... viajero... como él.

Aquella noche de hace ya siete años aprendí dos cosas: una, que también se podía viajar en un sentido que no era el estrictamente físico y convencional; y dos, que había tardado demasiado tiempo en aprender a juzgar correctamente a las personas y a lo bueno que contenían más allá de su apariencia.
Ambas cosas me las enseñó mi padre.

Hoy me he levantado en Tokyo. En el metro, entre carteles de Pop-Art de los setenta y ochenta. Fue mi padre el que me dijo que me iban a gustar, pues eran coloridos y hermosos recordatorios de cosas tan sencillas como tratar de no dejar olvidados nuestros paraguas, evitar tirar chicles al suelo, no fumar o no invadir espacio de los demás en los asientos de los vagones... porque las mejores historias siempre nos hablan de cómo las mejores cosas de la vida suelen ser siempre las más pequeñas y sencillas y las que más desapercibidas pasan ante nuestros ojos.




















Saludos de Jim.

miércoles, 19 de octubre de 2011

SEGUNDO DE CHOMÓN Y OTROS PIONEROS DE LOS EFECTOS ESPECIALES EN EL CINE


Hasta llegar a películas como Parque Jurásico, Terminator o Avatar, el Cine de efectos especiales ha tenido una progresiva, lenta y sorprendente Historia de hallazgos y descubrimientos.
Hay que remontarse hasta el lejano siglo XIX para bucear en los orígenes del trucaje cinematográfico con una proyección de la Edison titulada "La ejecución de María Estuardo, Reina de Escocia"(1895) para poder observar como la cabeza de la reina se separa del tronco ante la atónita mirada de los hipnotizados espectadores de la época.
El primitivo truco consistía en unir a la secuencia original con actriz real otra con un maniquí como si fuese un plano continuo y transmitir la ilusión de conjunto.
Se había descubierto algo- que ahora nos parece tan elemental- como la parada de cámara, efecto mágico en aquellos inocentes tiempos de primer Cine.

Posteriormente fue el gran Meliès con su "Escamoteo a una dama"(1896) o "La Luna a un metro"(1898) el que utiliza el recurso de la doble exposición y la fotografía sobre fondos negros, creando gracias a ello nuevas y complejas ilusiones ópticas. Así que mientras Meliés coqueteaba con sus fundidos y encadenados, el británico G. A. Smith jugaba- creador también del movimiento invertido: una persona se cae desde una ventana e, inmediatamente, vuelve a ascender como si nada- a realizar varios cortes dentro de una misma secuencia, dotando a la escena de coherencia y continuidad sin problema.
Ya en "Viaje a la Luna"(1902), de George Meliès, está recopilado todo este repertorio de trucajes y efectos ópticos del embrionario arte del Cine: dobles exposiciones, parones de cámara, sobreimpresiones, etcétera.

Segundo Víctor Aurelio Chomón y Ruíz(Segundo de Chomón, para entendernos) nace en Teruel en 1871 y es uno de los pioneros en esto de los primitivos efectos especiales de las películas. Se le considera uno de los grandes de la técnica del Stop- Motion o Paso de Manivela, que consiste en la encadenación y engarce de imágenes fijas para transmitir la sensación de movimiento. Este turolense trabaja para la Pathé francesa y para la Itala Films de Turín después de jugar con las maquetas en "Choque de trenes"(1902) o de contribuir con sus sobreimpresiones en filmes como "Gulliver en el país de los gigantes"(1903), precediendo al maestro Harryhausen varias generaciones.
Pero si hay que citar la piedra angular y obra cumbre del aragonés pionero de los FX, ésta es una joya de 1905 que lleva el título de "El Hotel Eléctrico", en la que Segundo de Chomón desarrolla y perfecciona su famoso paso de manivela de forma extraordinaria, dejando establecido ya un temprano punto de inflexión(un antes y un después) en la forma de acercarse a las técnicas del trucaje cinematográfico de la Historia del Cine.
Pura arqueología cinematográfica.

Antes de degustar "El Hotel Eléctrico" en toda su espléndida dimensión, habría que tratar de ponerse un poco en la piel de aquel virginal espectador de principios de siglo que está asistiendo incrédulo al nacimiento de un nuevo arte, de una insólita forma narrativa(la más realista de todas, pues incluye movimiento e incluirá posteriormente sonidos y voces) que rompe con todo lo anterior; habría pues que imaginarse el impacto visual que tendría en aquella retina estos objetos animados que se trasladan de un lugar a otro de la habitación y que se introducen solos en aparadores y cajones.
La fascinación y magia primitiva del Cine en estado puro en los ojos de aquellos afortunados primeros espectadores del siglo XX:



Saludos de Jim y ¡qué grande es el Cine!

sábado, 1 de octubre de 2011

451 º F


El joven delincuente estaba tan harto de su vida que decidió ahorcarse con un viejo cinturón esa misma tarde de invierno. Pasó la soga por encima de la viga de madera del techo y apiló un montón de libros- que había robado de una casa la semana pasada- para encaramarse sobre ellos y así anudar el cinturón al cuello cómodamente.
Antes de subirse encima de la pila se le ocurrió abrir uno de los libros, al azar. Allí dentro leyó las siguientes palabras:

"... A la mañana siguiente se despertó tarde, tras un sueño agitado que no lo había descansado. Se levantó bilioso, irritado, de mal humor, y consideró su habitación con odio. Era una jaula minúscula, de no más de seis pies de largo, y tenía un aspecto miserable con su papel amarillento y lleno de polvo colgando en jirones de las paredes".

Al joven delincuente le picó la curiosidad. Aquéllo podía no significar nada pero también podía significarlo todo, así que comenzo a leer muy intrigado la historia del estudiante Raskolnikov y le pareció tan entretenida que en todo el invierno no se volvió a acordar más de su vocación de suicida en ciernes.
Así que cuando llegó la primavera ya había devorado a Twain, Aldecoa, Saint-Exupéry, Balzac, Colette, Ray Bradbury... y leyó tanto que al final se sacó dos carreras y una plaza de auxiliar en una biblioteca municipal de su ciudad.

Y el joven delincuente fue tan feliz que vivió hasta los 451º F, la misteriosa edad en la que desaparecen en las cálidas noches de otoño los buenos lectores, entre montones de hojas secas que arden al más leve contacto de la imaginación y se elevan en una casi invisible columna de humo, sueños y ceniza hasta el asteroide B 612(en el que hay tres volcanes) para así fertilizar la única rosa que hay en todo el planeta.

Fin.

Saludos de Jim y a leer mucho y bien este otoño.


viernes, 16 de septiembre de 2011

LA CORUÑA FRONTERIZA: FAUNA Y FLORA EXÓTICA



Nos metemos ya en el otoño sin casi apenas darnos cuenta mientras termina esta semana loca de arrebatos, pasiones y desencuentros, de ombligos más enormes que las cabezas, de calculados saltos cuánticos y de maniobras orquestales en la oscuridad.

Benito Pérez Galdós realiza en su novela realista "Misericordia" una radiografía deliciosa y certera del mundo del lumpen y de los bajos fondos, con su tropa de pilluelos, mendicantes y limosneros de la España del XIX. Pícaros, bribones y tunantes como Benina, la Pitusa, Luquitas o el ciego Almudena que recorren las tabernas, callejones, cementerios, escaleras de iglesia y casas de dormir del viejo Madrid de los barrios de la Inclusa y la Latina.
La supervivencia pura y dura de unos personajes fronterizos y en el limbo social que deambulan por las calles de Madrid cohabitando íntimamente con la tragedia, la dulzura, el amor, la brutalidad, el hambre y la enfermedad.
Particularmente siento una simpatía vital y natural por la llamada anormalidad, por esos personajes desplazados, marginales y excéntricos que alteran la rutina gris y regular de la uniformidad cotidiana.
En la ciudad de A Coruña, donde dicen que nadie es forastero, mi ciudad, también existen- como en todas las ciudades que en el mundo han sido, son y serán- una nutrida cohorte de estos persons entrañables, excéntricos, peculiares... casi mitológicos.
Aquí van unos cuantos(mis agradecimientos a los amigos Kico, Nacho y Miguel que una noche entre copas me sugirieron la idea y yo prometí desarrollarla):


- EL PERCHAS: El perchas(+) era todo un clásico de la fauna urbana fronteriza coruñesa. Tenía una malformación- el hombre era algo cheposo- y por ahí ,y también por su elegancia innata, parece que viene lo del mote. El perchas vestía siempre impecablemente. Lo podías ver un martes cualquiera de octubre con su traje beige de americana cruzada y botones de ancla, su camisa de seda granate y unos zapatos Martinelli más limpios que los dientes de una presentadora de Teletienda, paseándose con garbo y chulería por los alrededores de la Plaza de Pontevedra y tomando algo en el Manhattan, el lugar de referencia y copeteo de la acomodada generación Cocoon de la zona centro.
Cadena de oro, pañuelo en el bolsillo, esclava con su nombre... un dandy muy aficionado también a las señoritas de faldas muy cortas que fumaban en las esquinas de esa zona del Orzán que ahora se llama el Soho Coruñés.
Un día lo vi( lo juro por la Virgen de Guadalupe) luciendo imponente y asimétrica figura en la playa del Orzán, con su cadenón grueso de oro, un cigarrillo sobre la oreja y un tanga de leopardo con un peine metido en un lateral.
No quedé traumatizado, pero fue una visión impactante que creo que pasará por mi cabeza en forma de película el día de mi óbito, que espero que tarde todavía un poco.
Genio y figura hasta la sepultura el gran Perchas.


- CHUSMI: Chusmi(+) era uno de esos tipos tarados y peligrosos que parecen salidos de una peli de Tarantino. Tatuado, agresivo, ido de la olla. Medio legionario, vigilante, portero de discopub, follonero, de los que las dan pero también las llevan... paraba por las calles del Agra del Orzán y frecuentaba mucho locales como La Reserva o el Pes-k-2.
Poseedor de una voz de ultratumba que te dejaba petrificado y con perfil de participante en una gang bang o de secundario en una película de motoristas pandilleros locos.
No había mucho más, la verdad.

- EL GIGOLÓ RUBIO: Nadie conoce su verdadero nombre y todos lo llamamos El Gigoló Rubio, porque un buen amigo mío me dijo que había vivido mucho tiempo de las mujeres. Un tipo que hace pesas, de cuarenta y muchos años, melena rubia oxigenada al viento que se pasea en un bmw descapotable, con pantalones ceñidos de cuero y camisas blancas de algodón abiertas hasta el ombligo enseñando collares y cadenas.
Un hortera mítico coruñés que se parece un poco al badulaque que canta en esa parodia de banda de rock que se hace llamar Maná.
Del tipo de esos horteras grimosos que uno se pregunta cómo le pueden gustar a una mujer, aunque también aquí el Creador fue lo suficientemente previsor como para evitar que el hortera no anduviese solo por el mundo sin poder disfrutar del roce de una hembra, y por eso creó a la mujer petarda.
Y así todos los aculturales rubios y morenos de ambos sexos pueden acercarse juntos a Santa(Cristina) o al Rialto y al Dux en sus BMW y Mercedes descapotables a bailar salsita y música discopub para ir a copular después como mandriles con sobredosis de viagra a sus apartamentos amueblados por la sección muebles, diseño de interiores, de El Corte Inglés.


- DONATO: Mítico Donato, con sus muletas gritando al aire por la calle de los vinos y por las rues vacías durante la semana.
Un clásico de la noche coruñesa que da un poco de pena, porque éste sí está zumbado de verdad y algún hijoputa pandillero y juvenil lo puteaba cuando el sábado surgía de una esquina a grito pelado. Entre el desvarío producido por el alcohol y la falta de lucidez congénita continúa Donato poniendo la Banda Sonora a muchas noches coruñesas.
Gran y querido Donato.





- EL VAQUERO: Situémonos. Europa. España. Galicia. Coruña. Plaza de la Sagrada Familia. Tarde calurosa de julio. Bajo los esqueléticos árboles de la plaza, bebiendo una cerveza caliente del supermercado Día, se puede ver a un tipo que lleva botas vaqueras con espuelas, pantalón ceñido, chaleco sin nada debajo(solamente la pelambrera) y un sombrero de cowboy.
Así siempre, llueve, truene o abrase la canícula.
Un mito salido directamente de un espaguetti western de Leone y la Rosa Púrpura del Cairo.
Se puede ver al vaquero en la cola del Día con un par de latas de cerveza XL y regateando con la cajera o sentado en un banco de la plaza de la Sagrada con su sombrero tipo Stenson y su chaleco de cuero mientras mira para el infinito y se fuma un trócalo con otros dos excéntricos de la droga del lugar.
Solamente les falta un casete de los 80 acompañándolos con música de Kenny Rogers. The Coward of the Country, por ejemplo.
¡¡Por mis pistolas y muescas que sí!!


- EL LANGOSTINO: El langostino se recorre la city de arriba a abajo vendiendo relojes Rolex falsos y gafas "rainba". Una vez fue testigo de Jehová. Yo lo vi con un traje y una americana tipo austriaca sin solapas y con una biblia marrón en la mano pululando por el barrio, hasta que el demonio de la droga lo volvió a tentar. Parecía un predicador psicótico.
Un pequeño consejo publicitario: La droga es mala y muy viciosa, niños. Uno al que llamaban "Peque", recién salido de un centro de desintoxicación hacía apenas un par de días, me contaba que ya se había desenganchado completamente en aquel centro aunque el día anterior, para celebrarlo, se había metido un poco de coca por vena.
Y me enseñó una vena muy muy azul que le había quedado mientras me contaba que celebraba drogándose que había dejado la droga.
Bueno, pues el langostino un día me intentó vender una lámpara de techo de brazos de bronce con sus dos lamparitas para las mesillas, como si fuese un vendedor de Ikea.
Y así, entre subida y bajada a Penamoa, continúa ejerciendo de comercial y autónomo.






- CHANDALMAN O EL ENTRENADOR: Uno de mis superhéroes coruñeses favoritos. Lo de Chandalman o El Entrenador viene porque siempre(y cuando digo siempre lo digo en la plena extensión del significado del término) viste de chándal, igual que su mujer, y además entrenaba a un equipo de fútbol.
Chandalman forma parte del mobiliario de un local de la calle Barcelona llamado "Golden". Una hamburguesería muy conocida en el barrio. Allí está siempre con su chándal, con su gorra, bigote y con su mujer, también vestida con chándal. Siempre en la misma mesa, siempre de chándal, siempre hablando de fútbol. Cuentan los rumores del barrio que cuando cierra el local por las noches, Chandalman y Chandalwoman continúan allí sentados en la oscuridad, en silencio, acoplados con las luces de neón, conectados con el cosmos.
Nadie los ha visto nunca con ropa de calle, zapatos o pantalones vaqueros. Siempre con su chándal puesto: invierno, verano, lunes, domingo, abril, diciembre...
Una vez oí que le decía a un joven que parecía pedirle un consejo, como en el Padrino o en una peli de los Cohen:
- Nunca dejes que una mujer te coja en fuera de juego, chaval...

Grande entre los grandes. La sabiduría de la vida y el fútbol. Grande ¡¡¡Chandalman!!!



- EL SUPERGRUPO DEL BAR KING: Como Los Vengadores o La Patrulla X, pero en versión cañí y drogodependiente. El hombre metadona y la mujer speed.
Otra vez la Calle Barcelona, ahora con un supergrupo que se reúne allí las veinticuatro horas del día y del año y que está formado por superhéroes de la droga muy conocidos como Tuset, la búfala( una gitana gordísima y grotesca que un día le pidió un cigarrillo a un amigo mío a cambio de enseñarle una teta), Juanito, el mencionado Langostino... todo el lumpen de la Coruña tiene allí sus tertulias, como la intelectualidad las tenía en el Café Gijón.
No se hablan de técnicas narrativas modernas ni del estado de la nación en este cenáculo de la vida coruñesa, pero sí de a cuánto está el gramo, quién salió del trullo la semana pasada y a qué hora pasa el bus de la metadona.
Tino, el dueño del Bar King, es dueño también del edificio, por lo que les alquila habitaciones a los superhéroes de la droga, marineros borrachos, camellos, mujeres de mala vida, a cambio de que el día del cobro del Risga(Renta de Integración Social) le dejen a él el dinero de aval.
Allí se los puede ver con los litros de Águila en la terraza, discutiendo sobre la calidad de la canela fina blanca, vociferando, dando tirones a los turistas franceses, preparando alguna falcatruada, etcétera...
Una portuguesa a la que habían encerrado en una habitación para que pasara el mono allí, intentó bajar por el patio descolgándose por las cuerdas de la ropa hasta que se estampó contra el suelo del patio y allí acabó su calvario para siempre.
Si Cela escribió La Colmena- crónica de la vida discurriendo dentro del microcosmos de un bar- Bukowski tendría que haber escrito El King.


- EL GRIGUI: Recuerdo cuando se nos juntaba en un bar de la Calle Barcelona y no paraba de hablar, diciendo que él había hecho FP de electricidad, que conocía a Stalin, que teníamos que ir a Fenosa a reivindicar nuestros derechos democráticos, que la sociedad estaba corrupta porque en los bares la cerveza estaba adulterada por los norteamericanos y contaminaba el cerebro... y miles de historias psicodélicas más a cambio de un café o un corto, que la verdad es que después de tanto despliegue de medios, el pobre Grigui se lo merecía.
A lo mejor iba por la calle tan tranquilo, cuando de repente se acercaba a la oreja de alguien y le gritaba cosas del tipo: ¡¡CUIDADO CON LA KGB!!! ¡¡¡SOY MINISTRO DEL AGUA!!! ¡¡¡VIVA LA INDUSTRIA DE LA PAZ!!!
Y así discurre la existencia.


Quedarían grandes personajes de la historia coruñesa como Churruca, un andrajoso artista que vivía en un callejón cerca del observatorio, Cañita Brava y sus tardes de ligoteo sofisticado en Chaston, Murdock y su eterna cazadora A-Team de borreguillo en el cuello, Tony el muerto que nunca moría(y mira que le tenían dado palizas en la cárcel y en la calle) hasta que feneció un día por enfermedad, el gitano loco que se masturbaba en la biblioteca de la Sagrada Familia y te miraba fijamente mientras leías, el hombre de las rastas y el pelo lleno de bosta que andaba en compañía de una mujer muy elegante que siempre iba detrás de él... o el mismísimo Paco Vázquez, con su pinta de indiano henchido y orondo paseándose por su ínsula barataria- porque era solamente de él- coruñesa, mientras hablaba del Guerrero del Antifaz y de los chinos con las señoras de la generación Cocoon que tomaban una cañita en el Manhattan sin quitarse su abrigo de visón o de piel de testículo de mico.
Grandes personajes fronterizos para la Historia. Flora y fauna exótica.

Saludos de Jim y a rañarla.


viernes, 2 de septiembre de 2011

DAVE MCKEAN, LOS PINCELES DE SANDMAN

Tuve conocimiento de la obra de Dave McKean ,hace ya bastantes años, gracias a su trabajo en las portadas de Sandman- la excepcional obra maestra de Neil Gaiman- y tengo que decir que fue un amor a primera vista.
Todo el vasto y complejo universo que Gaiman desarrollaba en el interior de esa maravilla fantástica que es la serie de Sandman estaba, de alguna manera, bosquejado y perfilado en las inquietantes y extrañas ilustraciones de McKean.
Después vendría la novela gráfica Arkham Asylum, Orquídea Negra, Mr. Punch...

Hay un ingrediente en la propuesta de McKean que me intrigó desde el primer contacto visual: la incomodidad.
La agradable incomodidad y perturbación íntima que me transmitían aquellas imágenes que brotaban del inmenso y oscuro talento de Dave McKean. Esa capacidad, poco frecuente, que posee el genio del misterio y el horror para trasladar mediante una simple de sus ilustraciones, fotografías o collages(y otras técnicas mixtas que Dave utiliza) todo el desasosiego que contiene un relato de Lovecraft o Clive Barker.
Dave McKean tiene el talento de la tribu genial y oscura. Sabe cómo compendiar los miedos más íntimos, adentrarse en las pesadillas más tenebrosas e indescriptibles, remover el agua profunda, negra y viscosa en la que apenas flota el alma humana.
Y todo alejado de los tópicos del género.
Hay algo conmovedor y fascinante en las ilustraciones, alejadas de la luz, de Mckean. Perdón, algo conmovedor, fascinante y hermoso. Muy hermoso.
Espero que las disfrutéis como yo lo hago. Y, por cierto, siempre es temprano para volver a leer Sandman, una de las obras maestras del cómic de las últimas décadas. Y si puede ser a la luz tenue de la luna y las viejas estrellas mucho mejor.



































Saludos de Jim y en otoño recuperaremos la normalidad en el blog, después del asueto estival.