"EL BLOG MÁS LEÍDO EN CÁCERES SEGÚN EL ÚLTIMO EUSKOBARÓMETRO"

lunes, 28 de junio de 2010

LA BIBLIOTECA DE LOS JÓVENES CASTORES



¿Sabíais que los posos de café mezclados con tierra de cultivo resultan un excelente abono para plantas y flores y de paso mantienen alejadas a las orugas?
¿ Domináis el arte de hacer tinta invisible con jugo de limón?
¿ Qué haríais si estáis en mitad del campo y os habéis olvidado el reloj y queréis saber la hora exacta que es?
¿ Queréis que os diga cómo se adivina el número que piensa un amigo?

Pues todo este enorme caudal de conocimiento, y muchísimo más, estuvo al alcance de muchos niños y adolescentes durante varias generaciones en forma de asequibles y coloridos manuales, lo que contribuyó a formar a esta nutrida prole setentera-ochentera en temas muy didácticos del tipo de "Consejos para dar unas malas notas a los padres" o "No metas al perro en el motor del coche".

Hoy en día artefactos y engendros Lovercraftianos de la catadura moral de El Diario de Patricia, Belén Estebán o la MTV han sustituido en estas labores pedagógicas vitales a los entrañables Jorgito, Jaimito y Juanito. Y por una parte es lógico y previsible, pues en este mundo de facebooks, ciudades tomadas por los coches, la velocidad y el asfalto; playstations 4 y esas tertulias televisivas a las cuatro de la tarde- antaño llamado "horario infantil"- sobre la cantidad de coitos que tal o cual famosillo o famosete le ha dedicado a alguna felatriz siliconada que ha salido del GH... con todo lo anterior, ¿a qué niño le puede interesar ya cómo se hace un arco de madera, saber que la leche es un alimento y no una bebida o cómo se vuela una cometa?
Es triste, pero cierto.
Hemos involucionado desde La Clave a La Noria, que manda truco.

En fin, que La Biblioteca de los Jóvenes Castores casi podría rivalizar en su momento con la Biblioteca de Alejandría. Este compendio de saber viene siendo a los españolitos de los ochenta lo que las Larousses a los franchutes o La Enciclopedia Británica a los hijos de la gran... Bretaña.
El primer manual para desenvolverse en la vida como pez en el agua , que yo hasta diría que McGyver se lo leyó de una tirada a los cuatro años de edad y gracias a él pudo llevar a cabo la serie cuando fue más mayorcito, porque sino no se explica que con un kleenex usado, un bastoncillo para sacarse el cerumen y dos tomates podridos, el McGyver se construya una lancha para escapar durante doce millas río abajo de la persecución implacable de los villanos de turno.
El tío ha tenido que leer algún Manual de Los Jóvenes Castores a pelotas.


Los Jóvenes Castores lo sabían todo y más. La naturaleza, Dios, el cerebro de los políticos y el universo apenas tenían secretos para ellos. Y todo ello muy instructivo, sustancioso para los infantes, narrado con un estilo tremendamente ameno y trufado de un excelente sentido del humor( "con vaqueros ajustados siempre se tiene buen tipo, aunque haya quien empiece a decir que están pasados de moda. Es sólo envidia de los que no los pueden llevar")
Cada tomo era una especie de marciano y primigenio blog donde convivían artículos alternativos de todo tipo y pelaje. Desde el clásico "Cómo construir un iglú" ("hay que tener como mínimo, al alcance, una pala para la nieve y una sierra para el hielo"); otro en el que se nos enseñaba a comunicarnos en morse con el vecino, hasta el típico de consejos tipo: "No le tires de la cola al gato que se enfada".
La verdad es que algunos de ellos no eran muy prácticos, no.

Artículos Prácticos: Cómo perfumar el armario de la ropa, Cómo hacer caramelos verdes de menta, Saber interpretar un mapa topográfico, Cómo orientarse con el reloj de pulsera en el campo, Cómo reparar una cinta de cassette, Cómo hacer granizado de limón o plastilina con harina, sal y agua...

Artículos no demasiado prácticos: Nadar en la nieve, Cómo construir un iglú, Cómo llevar a cabo la danza sioux de la serpiente, Cómo hacer un tótem... o Consejos para encontrar oro.

Yo llegué a hacer un futbolín con una caja, corchos y unos palitos de madera que venían dentro de los zapatos. Gracias a Jaimito aprendí que hay que llevar un imperdible en el bolsillo por si a una patilla de las gafas les cae el tornillo; Juanito me ilustró sobre la diferencia entre el nudo cruzado, el de doble cruz y el de calafate mientras Jorgito me enseñaba a leer e interpretar las posibles señales de humo indias que me podía encontrar esa tarde si salía a jugar algo más lejos de lo habitual. A alguna reserva india de Colorado, más concretamente, que los niños en esas épocas caminábamos mucho y bien.
¡Hasta teníamos una tabla sinóptica de vitaminas para mantenernos en forma... e incluso aprendimos cómo sacar agua del desierto, por si acaso fallaba nuestro avión y nos pasaba lo que al Principito de Exúpery!Pues sí, damas y caballeros, hubo un tiempo en el que las cosas más y menos importantes de la vida las aprendíamos a la par que nos divertíamos , y además esas cosas las hacíamos nosotros, como émulos aprendices de Ungenio Tarconi. Cosas para hacer cuando se salía al campo, juegos para divertirse en casa, consejos para estar en forma, anécdotas sobre Pascal o quién inventó los ascensores, etcétera.
Si todavía tenéis esta Biblioteca de Los Jóvenes Castores en casa intentad conservarla- y así dejársela en herencia a las siguientes generaciones- para que todo este impresionante capital de conocimientos y sabiduría no se escurra por el desagüe del olvido(¡qué divino y aleccionador me ha quedado esto último!)

http://www.flickr.com/photos/valentinvn/sets/72157624007287112/show/with/4585222242/


Le dedico este post del Bazar de Jim a todos los que piensan que los helados de fresa son siempre muy pequeños, a los que entienden el idioma de los gatos y, sobre todo, a los que saben qué hay que decir para hacerse invisibles cuando sacan malas notas.
Y a los que duermen la siesta después de comer mientras sueñan con osos polares y cebras que corren delante de leones en vez de encender la televisión vespertina y sus insalubres vomitonas, claro.

Saludo de Jim y recordad llevar siempre suero antivíbora en vuestras excursiones por el campo, jóvenes castores, aunque no paséis del parque de San Pedro de Visma.

jueves, 24 de junio de 2010

LAS COSAS, DE GEORGE PEREC


"En el mundo en el que vivían, era casi de rigor desear siempre más de lo que se podía adquirir"

Las Cosas es una novela breve, apenas 150 páginas, que radiografía con punzante lucidez el arquetipo de sociedad occidental de consumo que se habría ido conformando durante todo el siglo XX.
George Perec disecciona- a través de una mecánica narrativa precisa, limpia y sencilla- todo un sistema de vida basado en el poder alienante del mercado, de sus espejismos en forma de deseos siempre insatisfechos y de las constantes expectativas de cambio interior que depositamos sobre nuestras capacidades de adquisición de objetos, de bienes, de cosas.

- ¿Me suicido o me tomo una taza de café?, que decía Camus.
Pues de esto, más o menos, va esta pequeña gran novela: de que vivir es una gran casualidad; de la encrucijada de elecciones y de los respectivos costes de oportunidad que supone la existencia humana en las sociedades modernas e hiperconsumistas.
Jérome y Sylvie sueñan desde su diminuto apartamento parisino con rodearse de divanes Chesterfield, plátinas Clement, camisas de Doucet, etcétera. El mundo está lleno de cosas bellas que les hará mejores personas; su existencia está condicionada por los escaparates, los delicados grabados, por la ropa elegante y exclusiva, por los tricot de seda de Cornuel o los zapatos italianos de piel trenzada... en definitiva, sus deseos pasan por ese "el tener promete el ser" con el que a diario les bombardean( ¡y estamos en los años sesenta!) desde la televisión, los paneles publicitarios y las revistas.
Una banal búsqueda de belleza, de ansiada perfección, condenada a la rutina de la insatisfacción entre una multiplicidad cada vez mayor de estímulos a la que Jérome y Sylvie son sometidos por el ininterrumpido zumbido ambiental.
El tobogán machacón que solamente tiene una salida prevista: la frustración.

"Otras veces no podían más. Querían pelear y vencer. Querían luchar, conquistar su felicidad. Pero, ¿cómo luchar? ¿Contra quién? ¿Contra qué? Vivían en un mundo extraño y tornasolado, el universo espejeante de la civilización mercantil, las prisiones de la abundancia, las trampas fascinantes de la dicha"

El ansia de poseer devora a Jérome y Sylvie, que no conocen la llamada "ley de utilidad marginal decreciente" como la conoce Perec, sociólogo de formación, por la que conforme los ricos se hacen más ricos, cada unidad adicional de riqueza les satisface menos. Jérome y Sylvie son ejemplo perfecto de "maximizadores": sólo quieren lo mejor( "quiero lo mejor para mi hijo... en vez de pensar más eficientemente: " simplemente quiero lo bueno para mi hijo"), les frusta carecer del supuesto refinamiento y exquisito existir de la gente que posee cosas caras y bellas; compiten en su imaginación- en su escala de satisfacción vital fantaseada- por ser los mejores. Su meta es llegar a la felicidad a través de las cosas.
Desconocen Jérome y Sylvie que cuando se cruza el estadio de la pobreza para llegar al de una subsistencia adecuada y digna, los incrementos posteriores en el nivel de renta no tienen casi ningún efecto sobre la felicidad.
Así que vivir en una sociedad repleta de opciones ilimitadas les produce indefensión, infelicidad, parálisis, un trágico y doloroso sufrimiento que los perennes insatisfechos verbalizan demasiado a menudo, como un mantra: ¿ y si hubiéramos...?
Esa adecuada combinación de buenas elecciones que supuestamente hubiese cubierto sus altas y hedónicas expectativas.
Pero la multitud de posibilidades de elección los paraliza.

George Perec es un gran novelista. Merece la pena leer otras obras suyas como "Un hombre que duerme" o "La vida instrucciones de uso". Un tipo peculiar con buen pulso narrativo, de una medida prosa directa y dotado de una precisión providencial a la hora de encadenar descripciones pormenorizadas de personas y objetos con el fin de representar, de forma sutil e irónica, el mundo en el nos ha tocado vivir con sus lacras y plagas modernas a cuestas.

"Les habría gustado ser ricos. Creían que habrían sabido serlo. Habrían sabido vestir, mirar, sonreír como la gente rica. Habrían tenido el tacto, la discreción necesarios. Habrían olvidado su riqueza, habrían sabido no exhibirla. No se habrían vanagloriado de ella. La habrían respirado. Sus placeres habrían sido intensos. Les habría gustado andar, vagar, elegir, apreciar. Les habría gustado vivir. Su vida habría sido un arte de vivir".

En cuatro líneas Perec lo dice casi todo.
Jérome y Sylvie, personajes de Las Cosas, y representantes por antonomasia del llamado "pensamiento contrafactual" o hecho de pensar constantemente sobre un mundo que no es real pero podría serlo... o haberlo sido.

Una joya de la Literatura. "Las Cosas", de George Perec.

Saludos de Jim.

lunes, 21 de junio de 2010

LA CIUDAD INVISIBLE: "A PARRA"


Inauguramos nueva sección en el Bazar de Jim. Una radiografía o mapa inclasificable de aquellos ángulos y anfractuosidades dignos de ser mencionados de esta ciudad marinera y mágica- sutilezas y peculiaridades fantásticas que muy acertadamente captó Urbano Lugrís(artículo en ciernes sobre este grandísimo pintor coruñés) en sus lienzos y murales- que tanto admiramos y amamos.

Cada ciudad y cada persona tiene sus rincones, recovecos, guaridas favoritas, arterias y conductos en las que uno es algo más feliz, se siente más cerca de sí mismo y- si cabe y nos ponemos algo mitológicos- de la diosa romana Fortuna.
Podemos diferir un poco en este trazado imaginario y mítico de A Coruña, pero entre la gente inteligente y elegante los gustos, aunque opuestos, suelen convivir y complementarse, no se superponen.
Las ciudades que habitamos definen, en cierto modo, nuestro carácter, aspecto, pasiones y sueños. Las ciudades que habitamos nos alimentan con sus paseos, colores, avenidas, luz, espacios, bares, parques, gentes, arboledas... Como escribía Ángel Ganivet en sus excelentes "Cartas Finlandesas": " las ciudades son el centro de nuestras almas, donde se encuentra el eje de nuestra vida secular y el secreto de nuestra historia".

Y A Coruña es esa encrucijada mítica y fantástica en la que conviven Lugrís, el atlántico, Gerión, Pucho Boedo, Doña Pardo Bazán... una pequeña ínsula de ensueño cercada por el océano. Una ciudad alegre, luminosa, que se suelda en las noches de verano con el cielo estrellado y que fue levantada con la clara vocación de ser admirada, querida, paseada, vivida... plenamente por nuestros seis sentidos. Los cinco de siempre más uno nuevo que suele descubrirse sólo cuando se llega a esta ciudad.
Así que el itinerario fragmentado de esta Coruña fantástica y seductora comienza ahora en verano. Justo hoy, el primer día del verano. Y nada mejor que disfrutarlo en "A Parra".

San Amaro, justo donde comienza la cuesta de Santo Tomás, con una cervecita y una tapa de lengua en la terraza de la media tarde, bajo la parra, mientras el verano expulsa a los niños y a las pelotas de nuevo a las calles y los gorriones buscan la sombra.
Los gatos se apelmazan adormilados contra algún muro, pasa alguien en bicicleta silbando una de Georgie Dann, las adolescentes se quitan la ropa mientras a los ancianos que las ven pasar les invade la nostalgia de la juventud huida.
Atardece en "A Parra" entre cervecita, risas, luz difuminada, amigos y el ritual cadencioso del paso del verano en A Coruña, que es algo así como la antesala del paraíso en pleno noroeste peninsular.
No le hagáis mucho caso al poeta y volved a visitar de vez en cuando los lugares en los que fuisteis felices.
O hacedme caso a mí y a Urrutia- bares que lugares tan gratos para conversar, no hay como el calor del amor en un bar- que hasta puede ser mejor.

Saludos de Jim, desde la ciudad de la luz y el color. Feliz primer día de verano.


viernes, 18 de junio de 2010

FELICES COMO ASESINOS


Jaime es un tipo gordito y simpático que sonríe mucho los fines de semana.
Jaime tiene un impecable Audi color azul cielo despejado de junio y una casa grande en el campo de dos plantas y cinco o seis cuartos de baño.
Si lo conocieras te parecería un tipo muy agradable. De verdad. Es locuaz, jovial, tiene una conversación amena. Resulta tan agradable como meter la mano en un cajón ordenado. Como acostarte a las once en punto, recién duchado, dentro de una cama grande de sábanas blancas y limpias.
Ahora Jaime vive en Madrid pero no le gusta. Dice que gasta mucho y que él es más de ciudades pequeñas.
- Lo que pasa es que por mi trabajo tengo que andar de un lado para otro, pero mi intención es quedarme definitivamente por aquí. Estoy cansado de salir por las noches por esos pubs y discotecas de Madrid y derrochar una pasta para nada en alquileres y comidas... siempre es lo mismo, tan aburrido... además, allí la gente no tiene tiempo para nada, en cambio aquí...

La última vez lo vi en una comida que hicimos en la finca de unos amigos. Dicen que gana bastante dinero. Yo no lo sé. ¿Cuánto es bastante dinero? 1000 euros. 2500 euros. 12000 euros. ¿Y comparándolo con?
Bueno, lo único que parece es que gana lo suficiente para tener un Audi, una gran sonrisa de fin de semana y una casa en el campo, que ya es bastante, aunque esto de "bastante" es un concepto algo vago y relativo.
Por ejemplo, a veces lo que parece bastante o mucho nunca es suficiente. Y viceversa, pues también hay gente que con muy poco lo aparenta y lo es todo. No necesita nada más para llevarse bien consigo mismo, que al final es lo único que importa: llevarse lo mejor posible con uno mismo.

Bueno, al grano, que lo que os iba a contar ahora era que Jaime no tiene novia aunque se parece un poco a George Clooney. Vamos a ver... físicamente no se parece mucho, para nada. Dejad que me explique... ¿visteis "Up in the air"? Sí, esa película en la que Clooney es un tipo experto en despedir a gente, un profesional al que contratan las empresas para reducir el personal y que llega un martes cualquiera a tu oficina - en la que llevas 15 años trabajando- con una carpeta verde con gomas y te choca las cinco mientras te trata de usted con suma educación y respeto.
Sí, hombre, ese tipo con actitud amigable que hasta parece afligido cuando te suelta lo de:

- ... es una decisión muy desagradable que a nadie le gusta tener que tomar, pero la dirección de su empresa ha llegado a la conclusión de que su puesto ya no está disponible. Oír la frase "prescindimos de usted" nunca es sencillo. El cambio siempre asusta, pero ya verá cómo al final va a ser para mejor... y además, le ayudaremos a gestionar la búsqueda de otro empleo y también...

Bueno, pues ese es el Jaime que te sonríe mucho los fines de semana y te acerca a casa en su flamante Audi azul cielo despejado de junio mientras te cuenta chistes de americanos, franceses y españoles.
Y también es el Jaime que elabora planes de viabilidad con el noble objetivo de aumentar la rentabilidad y eficiencia de una firma dada y que algún martes podría estar llamando a tu puerta con el rostro más agostado y seco de lo normal para comunicarte la buena noticia de que ya dispones de tiempo libre para llevar a tu hijo pequeño al colegio por las mañanas. Esta vez sin chistes de americanos.

Ahora cuando veo la sonrisa de Jaime pienso en almohadas, en camas, en si será capaz de dormir bien por las noches(que seguro que sí, que hasta los asesinos pueden llegar a ser felices si se lo proponen) y en personas recogiendo sus cosas para marcharse a su casa un martes a las doce de la mañana mientras él les sonríe impasible.
Y, si os digo la verdad, sus chistes de gordito simpático nunca me hicieron demasiada gracia y además siempre he preferido volver a casa en bus a hacerlo en Audi, que por lo general pasan más cosas y uno va más entretenido escuchando las conversaciones ajenas.

P.D: Y te contesto sin ningún problema a lo del otro día: no, ni loco, no le cambio mis mil y poco por sus cuatro mil. Las matemáticas no siempre resultan en la vida una ciencia exacta.
Deberías saberlo a estas alturas, amigo mío, que yo estoy acostumbrado a vivir en pisos pequeños y a coger muchos autobuses.
Pero eso sí, los apacibles y sosegados sueños que te proporciona una conciencia tranquila que no me los toque nadie.

Saludos de Jim.

lunes, 14 de junio de 2010

¡TRÁGAME TIERRA! LAS SITUACIONES MÁS INCÓMODAS




La vida es larga- a veces y para lo que se merecen algunos demasiado(léase Augusto Pinochet)- y está atiborrada de esos engorrosos momentos por los que tod@s pasamos alguna vez mientras pensamos: ¿qué hago yo ahora? o ¡Trágame tierra!.
Esos momentos en los cuales lo que nos gustaría sería estar muy lejos de lo que está sucediendo delante de nosotros, pues la situación nos supera y nuestro sentido del ridículo y la vergüenza nos colapsa el sistema límbico en un enojoso y bizarro momento.
Al grano o ¡Vísteme despacio que tengo prisa!

- BOSSA NOVA EN ENTIERRO- En mi flamante móvil Nokia modelo no sé qué no sé cuánto tengo como tono de llamada una evocadora bossa nova de esas que te transportan al instante debajo de una palmera con hamaca y caipiriña. Pues bien, hace poco estaba yo en un entierro(por fin que no era de nadie muy cercano), con el sacerdote recitando su plegaria de adiós eterno por 200 euros y con todos los asistentes en lógico recogimiento, cuando alguien me llama y me doy cuenta de que no había apagado el móvil.
Mi móvil estaba en un bolsillo del pecho mientras comienzan a sonar los alegres arpegios brasileños bajo la mirada sancionadora del cura y los familiares a la vez que se estaba introduciendo la caja del fenecido dentro del nicho... y yo que me digo: ¡Trágame tierra, pero hasta el centro, como Julio Verne!
Sólo me faltaba la camisa hawaiana anudada al ombligo y ponerme a bailar con una piña colada en la mano entre aquella pobre y apesadumbrada gente.
Vergonzoso.

- NO ACORDARTE DEL NOMBRE DE TU INTERLOCUTOR- Ésta sí que es una situación incómoda de la leche. Te encuentras con X por la calle y te dice:
- ¡ ... hombre, Luis, cómo estamos, tío, qué tal tu vida!!
Y tú que nada, que tu cerebro formateado y dañado por tu incorregible tendencia al onanismo nocturno apenas guarda información de aquel tío que estudiaba contigo en 2º de BUP en el Masculino y que a duras penas reconoces, porque además está calvo, con una tripa del carajo, viste como un señor mayor y lleva de la mano a un crío.
- ¿¡¡Qué tal, hombre... cómo te va, que ya veo que estás hecho un chaval...!?- le mientes. Todos somos un poco hipócritas cuando nos conviene. Son estas pequeñas mentiras piadosas las que mantienen viva a la especie.

En estos casos nos queda el recurso-muletilla de "chaval", "hombre", "tío", etcétera. Yo lo que hago es repasar de memoria el abecedario a ver si doy con el nombre mientras hablo con él... ¿comenzará por a, por b, por c...?
También pienso mientras tanto en lo mal que envejecen el 98% de los viejos conocidos con los que me encuentro y, por supuesto, que me alegro interiormente de lo bien que a mí me ha tratado el tiempo, aunque supongo que ellos pensarán lo mismo de mí.
Y justo a los cinco minutos de dejarlo con un titubeante: "- Hasta luego, tío..." vas y te acuerdas de su nombre.
Miguel, se llamaba Miguel.
Y qué mal se conserva el Miguel, coño.


- TRIPAS EN CONCIERTO- Tuve una temporada en la que estaba en clase por nocturno- éramos muy pocos por aula, con lo que se amplificaba el eco- y a eso de las ocho de la tarde de mis entrañas surgía una especie de jam session de bebop estruendosa y con una sonoridad y fraseos verdaderamente desafinados y marcianos.
Acojonaba. Tenía que toser o mover la silla haciendo ruido para intentar disimular un poco el conciertazo que cada tarde se montaban a su aire, on-line, mis tripas y vísceras. Lo que pasaba dentro de mi intestino no era humano. Si me lo hubiese montado bien, tendría que haber cobrado entrada, porque alguno hasta se daba la vuelta para ver de dónde surgía aquella atronadora cacofonía.
Y yo que nada, que sonreía como un idiota mientras intentaba mantener bajo control aquellos gases o el tremendo alien con trompeta y bongos que vivía dentro de mi vientre.
Y tal como vino se fue, pero lo pasé muy mal por aquel entonces.


- EL SEXO Y LOS PADRES- Para un hijo los padres son siempre completamente asexuados. Uno no se puede imaginar a sus padres desnudos jugando al tren chuchú o practicando el sexo oral con pasión y vehemencia. Es cómo algo tabú, como un bloqueo preventivo que te instalan en el cerebelo- una especie de filtro tipo canguro.net- al nacer.
Los padres no tienen sexo, y menos eso de disfrutar enloquecidamente de él mientras se dicen cosas guarras al oído.
Lo malo es cuando un sábado se dejan la puerta de su habitación entreabierta y los ves sin querer y ellos te ven a ti durante un fugaz instante, como pasaba en aquel cuento de Bradbury con el efímero encuentro entre un humano y un marciano por entre los canales del planeta rojo.
Es uno de esos entrelazamientos cuánticos de la existencia-coincidencia aleatoria de dos partículas elementales, ajenas a las leyes de los mandatos físicos, que pueden alterar tu realidad- que es mejor olvidar para siempre para poder volver a dormir en paz, sin pesadillas, por las noches. Situación engorrosa que te produce una intensa y aguda sensación de incomodidad en el estómago durante unos días, hasta que te das cuenta de que papá y mamá también tienen sus necesidades fisiológicas y que no se han reproducido por esporas y colores, como en los dibujos animados.
Intercambian fluidos y saliva como todos. Tú eres el mejor ejemplo de lo que puede surgir tras ese intercambio de líquidos.
Tampoco se os ocurra revolver en los cajones de sus mesillas de noche. Por lo que podríais encontrar. Consejo de amigo.


- EL CALCETÍN ROTO- Supongo que os ha pasado alguna vez. A mí sí. La última vez vi unos zapatos que me gustaban en un escaparate y entro a probármelos. La dependienta me trae la caja con mi número 40-41 y me dice ¿pie derecho o izquierdo?
Digo derecho por decir algo y me saco los Reebok marrones que llevaba dejando a la vista... ¡un tremendo agujero en el calcetín por el que sobresalía el dedo gordo del pie!
La chica que sonríe y yo que me sonrojo mientras me excuso con la archisabida excusa del "cuando salí de casa estaban bien, no tenían agujero".
No es verdad. Ya los tenía un poquitín rotos y ni cuenta me di. Pero el agujero se fue haciendo cada vez más grande, como un agujero negro de Hawkings, y ahora, a los ojos de la dependienta, ya parezco Protasio, el amigo de Carpanta.
¡¡Trágame tierra otra vez!!!


- ¿TIENE HORA, SEÑOR?- Ésta más que una situación engorrosa es una circunstancia deprimente y desalentadora donde las haya.
Que vayas andando por la calle un martes y se te acerquen dos chavales de quince años y te digan eso de:
- Por favor, ¿tiene hora, señor?
Bufff... ¿señor?¿Quién es aquí el señor, hijoputillas, bastardillos...? Que me entran ganas de decirles. ¡Que tengo treinta y tantos, coño, que visto juvenil con camisetas de Hong Kong Fui, no con austriacas y polos Lacoste con jersey al hombro...!
Aquí se te viene encima, de repente, la cruel constatación de que el tiempo pasa a velocidad luz( ¡pero si todavía ayer estaba celebrando los 20 y tomando leche de tigre con los amigos en el Alpa!!)y que de nada sirven las camisetas con dibujitos y demás chorradas retro y alternativas.
Ellos te ven como lo que eres, por mucho Dorian Gray(después de vender tu alma a Hanna Barbera) que intentes disimular que eres.

Ya ni os cuento lo que debe de sentirse cuando algún día alguien se levante en el autobús para cederos su sitio.
Ese día me hago el harakiri, como Zapatero con esta contrarreforma laboral que se ha sacado de la manga para satisfacción de neoliberales, de los muy ricos y del gran y voraz empresariado que desea volver a tener a Dickens como cronista de actualidad.


- ERECCIÓN, EXHIBICIÓN Y POLUCIÓN NOCTURNA- Madres que tenéis hijos, hijos que tenéis madres, sabed que en un momento dado de vuestro/su desarrollo de niños a adolescentes, habrá una etapa en la que tendréis lo que se llama popularmente como Poluciones nocturnas(eyaculación involuntaria de semen que tiene lugar durante el sueño).
O sea, que vuestros hijos se levantarán muchas mañanas con el mapa de Francia o Alemania dibujado en el pantalón del pijama de cochecitos. Forma parte del proceso natural de maduración sexual del infante y tenéis que intentar comprenderlo y no otorgarle demasiada importancia, pues él se sentirá avergonzado de esta suelta inconsciente de fluidos que le está sucediendo cada dos o tres noches.
Yo intentaba camuflar los mapas seminales empapándolos en agua, metiéndolos directamente en la lavadora junto con otra ropa, escondiendo el pijama, etcétera.
Pero la policía no es tonta y las madres saben lepe y no se las engaña tan fácilmente. Eso sí, tened piedad con los niños con bigotillo y acné, que lo están pasando ya bastante mal con esos procesos que la naturaleza les ha incorporado en su organismo con el objetivo de ser válvulas de escape de esa sexualidad todavía en ciernes.
La mecánica sexual es como la cuántica: imprevisible.


- INTERMÓN OXFAM, TESTIGOS DE JEHOVÁ, SALVAD A LAS BALLENAS... - Es una situación que me hace sentir especialmente mal por la precipitada alevosía con la que sucede, más allá de las abnegadas y filantrópicas intenciones de los abordantes.
Yo es que no puedo decidir en doce segundos si me hago socio de Médicos Sin Fronteras, de Intermón Oxfam y si pasaré a rezar a John Smith o a Jehová el resto de mi vida por mucho que insistáis. No nos podéis abordar con la calle y esperar que os firmemos un papel y demos nuestros números de cuenta a unos perfectos desconocidos mientras apeláis a nuestro lado más generoso y altruista.
Eso es jugar sucio, muy sucio, aunque las intenciones puedan ser las mejores del mundo.
Es poner a alguien contra la pared, abordarlo de repente por la calle mientras va pensando en sus cosas, jugar con su sentimiento de culpa, hacerle sentir mal(¿Qué, o sea que no puedes pagar 20 euros al mes para vacunar a los niños de Ghana?) para pretender que en un microsegundo tome una decisión que, por lo menos, merece cierta reflexión previa y una disposición y vocación voluntaria que requiere de la menor presión ajena posible y que se debe de tomar en completa libertad de pensamiento, palabra, iniciativa, obra y omisión.
Me hace sentir violento e incómodo, acorralado. En mí tal precipitación provoca el efecto contrario que supuestamente se pretende. Me tensiona tanto apremio y tiendo a la cerrazón y al bloqueo.
Así no se hacen las cosas en los tiempos que corren, chic@s, aunque yo también sufra como el primero por la progresiva extinción del Panda Rojo de Birmania.
Son muchas noches sin dormir por este motivo y vosotros venís a joderla todavía más.


- ¿QUÉ TAL TU MARIDO?- Otro momento sumamente incómodo o engorroso pero clásico donde los haya.
- ¿Qué tal Andrés, tu marido, tengo que llamarlo un día para tomar algo, que es un tipo cojonudo y me río mucho con él y...?
- Mi ex-marido, dirás... pues el cojonudo hijoputa de tu amigo hace ya ocho meses que me dejó por otra más joven...

Ejem, cof cof, trágame tierra, lo siento, ¿qué se le va a hacer?, ¿y los niños qué tal?, la vida es así, tampoco era tan cojonudo el Andrés, tenía sus defectos, ¡qué cabronazo!, un hijoputa de tomo y lomo, ya te digo, bueno, pues nada, que voy con prisa que tengo que coger el 12-A y ya sabes que pasa como el cometa Halley y bueno, para todo hay remedio menos para la muerte, jajejijoju...
Y me voy silbando la del río Kwai y a pasito rápido, pensando que hay momentos en los que debería dejar hablar primero a la otra parte y no anticiparme tanto.
En la próxima ocasión será. Tiruriruriru...


- TARTA DE QUESO EN CRISTAL PUERTA DE LAVADORA- Hoy domingo comí en casa de mi madre.
Bien. El caldo estaba en su punto.
Llegan los postres. Hay cerezas, fresas, melón, sandía y tarta de queso.
- Coge un trozo de tarta de queso, que es casera...
- Vale- digo yo cogiendo un buen cacho. Está rica.

Pasan cinco minutos y mi padre dice:
- ¿Esa tarta de queso no es la de la tapa de la lavadora?
- Sí- y mi madre se ríe.
-¿Cómo la de la tapa de la lavadora?- pregunto yo algo inquieto.
- Bueno, la hizo Isabel, la vecina del primero, y como no tenía una tapa de cristal para meterla en el horno, pues cogió la tapa de la puerta de cristal de una lavadora vieja que tenía y se la puso encima a la tarta para cocerla- dice mi madre.
- Pues mecago en... que podías habérmelo dicho antes, ¿no? que sabe Dios la de mierda de jabón y suavizantes y demás partículas que llevaba ahí la mierda ésta...
- ¿Estaba rica, no? ¿Qué más da con qué tapa esté cubierta la tarta...?

Y yo que ya no sé si la anterior es una situación incómoda, engorrosa o directamente surrealista.
Sólo sé que he comido por la tarde una tarta de queso hecha con la puerta de cristal de una lavadora vieja y estaba rica de carallo. Los detergentes y suavizantes a lo jabón de Marsella le dan un toque.
Buena receta esta de la "Tarta de queso en puerta de cristal de lavadora vieja". Apúntatela, Ferrán, que no la tienes.

Otro día hablaremos de más situaciones engorrosas del tipo de cuando tienes que meterte debajo de la cama de tu novia porque aparece su padre-que estaba en la aldea- para recoger unas cosas; o del tío que en los aseos públicos del Carrefour se puso a mi lado en los urinarios y no paraba de mirarme la zona genital mientras me guiñaba el ojo con una sonrisa.
Tactos rectales, caídas estúpidas en plena calle que provocan las risas de varios desconocidos, aquellas vergonzantes, persistentes e incontrolables erecciones que se disparaban cuando tenías que ir al instituto por la mañana y tu madre te despertaba diciéndote que porqué seguías tapado y no te levantabas... ponerte a vaciar la vejiga de noche en alguna solitaria calle cuando llevas varias cervezas encima y no puedes aguantarte y justamente ahí, en ese momento, pasan un grupo de chicas en actitud vacilona...
O esa ocasión en la que un domingo de invierno con las calles vacías un amigo está descargando en una esquina el alcohol que había estado trasegando durante todo el día y, al darse la vuelta, se encuentra a un coche con el motor encendido, las luces de emergencia puestas y una puerta abierta que lo espera.
Era su padre, que casualmente pasaba por allí en ese preciso instante en el que su hijo regurgitaba los cubalibres y los licores de orujo.
Y no era un amigo. Os he mentido. Era yo. Como ya he dicho, las mentiras piadosas son las que consiguen que la especie sobreviva.
La sal de la vida.

Saludos de Jim y a ser buen@s, que ya está ahí la navidad y los Reyes os vigilan.

domingo, 6 de junio de 2010

¡NO ME SEA USTED TAN ANTIGUO, HOMBRE!


Esta tarde me he sorprendido a mí mismo pensando en que, muy a mi pesar, nunca he sido lo que llaman un "moderno".
¿Y qué es un "moderno", os preguntaréis, en estos tiempos vertiginosos, multimedia y variopintos en los que ya hemos visto de todo? ¿Alguien que se pone piercings hasta en la córnea, se tatúa un tribal en las palmas de las manos o se lima los dientes con papel de lija para parecer un ofidio?
¿Un tipo o tipa que se viste con plataformas de gamuza, jeans, camisas vintage, collares con dijes y gafas grandes de esas horteras que apenas dejan ver un poco de piel del rostro... y que luce un mp3 con incrustaciones doradas para escuchar el último LP de Mika, por ejemplo?
Pues no sé exactamente qué es ser moderno, aunque yo creo que la ecuación de los modernikis puede definirse mediante varios coeficientes a los que le he estado dando vueltas:

- Para un moderno no tiene sentido vivir con arrugas, celulitis o sin una Blackberry a mano. El manual del buen moderno dice que hay que intentar ser/parecer siempre joven y estar actualizado constantemente.

- Frecuenta habitualmente restaurantes japoneses y pide siempre sushi. También le van las vinotecas y, sobre todo, esos locales fashion donde tú llevas la botella de vino y ellos te cobran un pastón por descorchártela. Si te lo llevas a ese local del barrio con mantel de cuadros verdes para tomar unas raciones de chicharrones y jamón se autodestruyen. Están programados para ello.

- El buen modernete va customizado los lunes con unos Converse envejecidos con pantalones pitillo y últimamente se peina con tupé-retro, como los alemanes esos revival que cantan "umbrella".

- Van a todos los conciertos de Belle & Sebastian, al Sonar y frecuentan cócteles de festivales de Cine periférico e indie. También se pirran por dejarse ver por las inauguraciones de algo, de lo que sea, aunque cuelguen jamones fluorescentes de las paredes firmados por un yonqui psicótico y ágrafo.

- Les gusta alardear de su elaborada androginia y adoptan una actitud cool incluso para decirte la hora o si le preguntas dónde puedes comprar pan con pasas para hacerte un bocata anchoas.

- Les encanta Berlín, aunque no hayan estado nunca. Berlín es la ciudad más fashion del ancho mundo. Tiene locales de música industrial y la gente allí se viste de negro por las noches y lleva tatuajes hasta debajo de la lengua.

- Estos flamantes bigardos siempre van a la última. Son esclavos de las new tendencias. Si estamos a jueves, lo del lunes ya está como "out", "obsolet"... igual el lunes estaban de moda los piercings en el escroto y era lo más "IN" lucirlo, pero el jueves como continúes llevando esa perla en la envoltura testicular te compararán con el Paco Martínez Soria de "El Turismo es un gran invento".

- Desde hace algún tiempo los modernos llevan como complemento un perro o alguna comadreja tipo hurón. El bulldog francés suele ser el can. Un moderno sin bulldog francés es como un filólogo escribiendo "aciendo el hindio".
Duele a la vista. Algo falla.

- El moderno modelo nunca veraneará en la casa del pueblo de sus abuelos en Retortillo a comer los chorizos de la matanza con su pashmina puesta y su Tablet Apple a cuestas. Lo suyo es Berlín o Japón. Los alemanes y los japoneses son la rehostia en esto de la modernidad. Referentes mundiales.

- Sólo consumen tecnología Apple. Ahora con el Tablet están que no mean. Apple es lo más.

- Les gusta lucir "piel de monja" y estar en los huesos(léase Mario Vaquerizo, está blanquito y cadavérico).
Los vigoréxicos y tanoréxicos entre los modernos vienen siendo lo que los antiguos punkis de crestas mohicanas de colores al verdadero punk tipo País Vasco de imperdibles oxidados que escuchaba Eskorbuto. Una estafa.

- Tienen piercings, perforaciones y tatúas para enseñar en los festivales de verano. El piercing en el labio y la ceja todavía no ha pasado de moda. Los tatuajes de su nombre en japonés o chino tampoco.

- Los futbolistas que salen por la televisión, Bowie, los japoneses, las pintas de los Bohemian Chic o urban fashion de las pasarelas... son los modelos a seguir por el moderno, que prioriza siempre el continente ante el contenido y por eso tiende al disfraz y a ese dinámico aturdimiento de las tendencias.
- etcétera.



Pues eso, amig@s, que lamentablemente todavía algunos pertenecemos a esa tribu global de los que nos vestimos con lo que pillamos en las rebajas del Pull&Bear; de los que nos parecemos más a Alfredo Landa que a Bowie y disfrutamos en las verbenas del pueblo viendo a La París de Noia o a Barón Rojo.
Comemos queso de berza en las tascas, no tenemos piercing de anillo en el labio o de perlita en la lengua, bebemos la cerveza por la botella, si vamos a La Toja traemos algún Recuerdo de esos de conchas, y además carecemos de la sofisticación y el tiránico glamour que supone el hecho de pretender estar siempre "IN", a la moda y ser tendencia.
Clásico a mucha honra. Algunos dicen que el moderno es el eslabón perdido entre los monos y el ser humano. Lo que está claro es que estar a la última requiere tiempo, energía y mucha dedicación, sacrificio éste al que muchos no estamos dispuestos sin ningún tipo de contraprestación a cambio.
Pues va a ser.
Saludos de Jim, gente fashion.