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martes, 17 de marzo de 2009

JOHN CHEEVER


John Cheever nace en Massachusetts en 1912 y forma parte de esa excepcional generación de escritores norteamericanos- John Fante, Richard Yates, Hubert Selby...- que dinamitan elegantemente, mediante su prosa afilada y precisa, los refulgentes caminos del " way of life" yanqui y del sueño americano, tan en boga en los años de la postguerra como reclamos capitalistas e ingredientes esenciales de lo que se conoce como "excepcionalismo americano"... o sea, la percepción de muchos norteamericanos de que EEUU es un país cualitativamente superior al resto. Una especie de etnocentrismo machacón y ombliguista que todavía se estila entre los grupos ultraconservadores yanquis.

Pero Cheever es un outsider, un rebelde, un maestro de la literatura que describe en sus cuentos y relatos toda esa ansiedad, descarnada tristeza y decepción que supone nacer en un país cuyos valores fundamentales se articulan alrededor de la violencia, la riqueza y la ostentación de bienes materiales.
Cheever fue expulsado de varios colegios durante su adolescencia, y su vida adulta estuvo marcada por la depresión y el alcoholismo. Cheever ejemplifica la trayectoria vital común a cualquier inadaptado, esa huida hacia adelante que siempre acaba en fracaso. Forma parte de aquéllos cuya única ciudadanía es el exilio permanente, el margen de todo, y gracias a ello su visión del mundo no está lastrada por ninguna sofisticación amable ni tics condescendientes y acomodaticios.
De ahí su excepcional lucidez como cronista del tiempo que le tocó vivir, con la incómoda y lacerante perspectiva del que no está a gusto nunca en ningún sitio.

El alcohol , el desencanto, la lucha diaria por salir a flote, la abulia, la depresión, la alegría implícita en cosas como saber reparar un calentador o tumbarse al sol toda una tarde de junio... suburbios, alcohólicos, parados, amas de casa agonizantes ante la rutina, nadadores que atraviesan todo un pueblo de piscina en piscina como termómetros vivientes de la supurante axfisia y deriva que nos consume aunque nos esforcemos en aparentar lo contrario , etc...
John Cheever es uno de los grandes cuentistas norteamericanos del siglo XX. Lo que ya es decir mucho.
Un maestro de las pequeñas historias que nos pasan desapercibidas , un inadaptado que sabe aprehender como nadie, con inusitada y metafísica intensidad, el valor de lo cotidiano, de la batalla muda del día a día por salir adelante. Poner voz a lo que no la tiene.

“Nuestro país es el mejor país del mundo. Nadamos en prosperidad y nuestro presidente es el mejor presidente del mundo. Tenemos manzanas más grandes y mejor algodón y máquinas más veloces y hermosas. Todo esto nos convierte en el país más importante del mundo. El desempleo es un mito. La insatisfacción es una fábula. En el colegio, Estados Unidos es siempre hermoso. Es siempre la gema del océano y está muy mal que así sea. Está mal porque la gente se lo cree. Porque se vuelven indiferentes. Porque se cansan y se reproducen y votan y no saben nada. Porque el periódico está siempre de buen humor y pasa el tiempo mirando al cielo raso para no ver la suciedad del suelo. Porque todo lo que ellos saben y conocen es lo que les dice el periódico siempre de buen humor. Pero no diré más. No estoy en situación de hablar. Y ahora es agosto. Los campos de orquídeas apestan de maduros. El arroyo color té corre entre las piedras. Hay algo de musgo en ellas y no sopla el viento detrás de los sauces. Todos se preparan para regresar al colegio. Yo no tengo colegio adonde regresar. No estoy triste. No estoy para nada contento. Es extraño ser tan joven y no tener un sitio donde ocuparse a las nueve de la mañana. Eso es lo que la educación ha sido siempre. Cortesías de encaje y perfumadas puntualidades. Pero ahora ya no es nada. Es algo simétrico con mi vida. Estoy perdido en ella. Por eso no me encuentro en situación de hablar. Están lavando las ventanas del colegio. Los suelos están duros de cera fresca. ...pronto será la temporada de las nieves y de las sinfonías. Será la época de Brahms y de los vientos fuertes y secos”( John Cheever)

Planeta ha reeditado sus relatos completos en una buena edición, que como el mismo Cheever reconoce:
"A veces parecen historias de un mundo hace tiempo perdido, cuando la ciudad de Nueva York aún estaba impregnada de una luz ribereña, cuando se oían los cuartetos de Benny Goodman en la radio de la papelería de la esquina y cuando casi todos llevaban sombrero. Aquí está el último de aquella generación de fumadores empedernidos que por la mañana despertaban al mundo con sus accesos de tos, que se ponían ciegos en las fiestas e interpretaban obsoletos pasos de baile, que viajaban a Europa en barco, que sentían auténtica nostalgia del amor y la felicidad, y cuyos dioses eran tan antiguos como los míos o los tuyos, quien quiera que sea"( John Cheever)

No os los perdáis.

Saludos de Jim.


1 comentario:

klimtbalan dijo...

Indagando en este autor he llegado a tu espacio!! me gusta la frescura que le das a tus textos.
Me quedo por aquí un ratico!
Saludos.