"EL BLOG MÁS LEÍDO EN CÁCERES SEGÚN EL ÚLTIMO EUSKOBARÓMETRO"

miércoles, 17 de junio de 2009

LA MUDANZA, ESA GRAN AVENTURA

Tod@s, más o menos, nos hemos mudado alguna vez a otra residencia y techo en busca de un nuevo cobijo, trasladando así nuestras pertenencias (piano de cola, colección de iconos bizantinos, lámparas de mesilla de noche con forma de balón de fútbol, pósteres enmarcados de Samantha Fox...) a otro hogar dentro de cajas, bolsas del Carrefour, palanganas, etcétera.
Yo llevo varias mudanzas: de la zona de Peruleiro a Monte Alto; de Monte Alto a la Villa de Negreira; de la Villa de Negreira a Os Mallos... y en cada nueva mudanza he aprendido algo nuevo y valioso.
Si estamos lo suficientemente atentos, durante las mudanzas se pueden aprender muchas cosas nuevas que nos serán de ayuda y utilidad para el resto de nuestras vidas. Ejemplos:

1) Limpieza e higienización: durante una mudanza uno se da realmente cuenta de la multitud de cosas estúpidas e innecesarias que llegamos a acumular con los años en cajones, vitrinas, muebles, estanterías: ropa que no pones desde que dejaron de emitir La Clave, recibos del agua de 1920, llaveros y agendas de regalo del Banco Pastor o de Seguros Mapfre que fuiste amontonando en un cajón... puros de boda húmedos, preservativos de sabor de fresa caducados en 1990, figuritas de resina de ositos y perritos sentados con parasol en un banco que comprabas en los Cadena Cien para llenar los espacios vacíos entre los libros de las estanterías, etcétera.
Deshacerse de estos objetos suele ser algo terapéutico, diurético, una liberación de cierta sobrecarga que nuestra saturada cultura material trae aparejada... una liberación espiritual en toda regla que nos hace más leves y sencillos.
Digan lo que digan, la cultura ocupa lugar.
¿ Qué prefieres bajar y subir 2000 libros en cajas o subir y bajar con un e-book debajo del brazo, dando saltitos, las escaleras? De ti depende.

2) Distinguir a los amigos de los conocidos: una mudanza cuesta trabajo, requiere tiempo, esfuerzo físico, capacidad de orden. Cuando llega ese temido fin de semana de traslado de enseres, sabrás diferenciar con toda seguridad a tus amig@s incondicionales de tus, más o menos, conocidos sustituibles.
¿ Cómo?
Pues muy fácil: los que aparezcan el sábado por la mañana son tus amigos. Los demás, los que se excusaron diciéndote que justo ese fin de semana se iban a un balneario en León, que tenían un Congreso Extraordinario sobre La Historia del Origami en las afueras de Guadalajara o que se habían caído en la ducha y roto la muñeca por doce partes... estarán bien para tomar una cerveza, ir al cine o echarte unas risas, pero desengáñate, no son tus amig@s ni de lejos.
La verdadera amistad, la de toda la vida, se mide en la convocatoria de una mudanza y sus asistencias, bajas y altas.
Haz la prueba. Una mudanza es el mejor cedazo para separar a los amigos de los impostores y saber con quiénes te estás jugando los cuartos.

3) Aprendes a valorar cosas como un ascensor: yo que he llevado a cabo todas mis mudanzas entre pisos sin ascensores, sé lo que me digo.
Mi última mudanza, de un 5º a otro 5º sin ascensor fue una odisea comparable a la de Marco Polo. Yo diría que incluso bastante más sacrificada.
Quien haya subido, por ejemplo, una lavadora a un 5º sin ascensor en pleno julio sabrá de lo que estoy hablando. Eso no se paga con dinero.
También te das cuenta de la importancia que las cajas, las bolsas del Carrefour y la cinta americana tienen.

4) Tu coche se hace más grande: durante una mudanza tu Ibiza o Corsita se prolonga y alarga de forma misteriosa. Donde antes entrabais justitos tres personas y una maleta, ahora entran docenas de cajas y bolsas con lámparas e incluso un tresillo y el ficus grande del salón.
Cosas de la física cuántica y de los autos modernos, que pasan en un tris de ser reducidos utilitarios a amplios monovolúmenes.

5) Se redecora completamente el nuevo hogar: de repente, el sofá, el cuadro de los ciervos y la vitrina que llevaban veinte años contigo ya no sirven para la nueva vivienda. A nadie se le había ocurrido deshacerse de ellos antes, pero durante la mudanza siempre hay alguien que comenta:
- ¿ Y vais a llevaros eso... ? ¡¡¡Por favooooooooor!!!!
o - Cari, yo ya quería deshacerme de esta máscara africana hace tiempo... me da yuyu, pero como tú te empeñaste... pero lo que sí te digo es que en la nueva casa no entra...
Lo que antes lucía y quedaba bien, ahora, por arte de birlibirloque, ya no.
Tendré que volver a llamar a mi colega Tito el día que me mude para que se lleve los sofás con lamparones, las estanterías combadas, la colcha hortera de la cama o los cortinones verde botella de raso que me había regalado mi madre, con toda la buena intención del mundo, claro.

6) Te vuelves un experto en bricolaje y desmontaje y montaje de mobiliario moderno: esos muebles nórdicos de "fácil montaje" que traen 34.567 tornillos raros y que te costó tres tardes montar( hasta tiene una parte abollada en un lateral de la patada, causada por la impotencia, que le metiste la segunda tarde) tienen que ser desmontados de nuevo, por lo general.
La putada es que no sabes en dónde metiste los planos para volver a montarlos en la nueva casa, por lo que la aventura promete, siempre oscilando entre el drama y la comedia.
El mueble tiembla cuando te ve entrar con la llave inglesa y sin planos, pues ya había sido maltratado por ti anteriormente ¡¡ pero con los planos de montaje!!!

Para finalizar, deciros que una mudanza es una experiencia arriesgada, una tarea ingrata, una peripecia y viaje interior del que no saldréis nunca igual que como entrasteis.
Saldréis mucho más cansados, probablemente con alguna contusión y lesión lumbar de cierta importancia, pero siempre algo más sabios.
Como después de leer a Fante o a Sartre.

Saludos de Jim y recordad que os llamaré para mi próxima mudanza, a no ser que tengáis que asistir a un rally de tortugas en Kuala Lumpur, cita ineludible donde las haya.

6 comentarios:

Gerardo dijo...

Me quito el cráneo amigo Jim. Me parece cojonudo el artículo. En casa nos partimos de risa leyéndolo.
Y qué razón tienes.
Mi última mudanza fue no igual pero equivalente a la tuya, de un 6º a un 4º sin ascensor (o sea la media viene a salir lo mismo).
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Tito estará eternamente agradecido por aquellas estanterías. Pero la próxima vez seguro que agradecerá todas las tapas de yogures que le puedas dar. Él es así.

xan de couzadoiro dijo...

la ultima mudanza fue en san caetano, culpa de ....

salud y republica

TEMIS dijo...

Yo soy experta en mudanzas. Si rememoro las veces que me he cambiado de casa me salen 7 en toda mi vida y lo has clavado. Es la cosa más estresante del mundo, porque bien es cierto que nunca pensaste que tu casa era un almacén chino ni que tuvieras tantas cosas almacenadas dignas del síndrome de Diógenes. Completamente de acuerdo que por razones de salubridad, uno debería cambiarse de casa de vez en cuando. Me temo que ésta no es la última ( aún me queda cuando me den mi piso), pero cambio una entreplanta por un 4º con ascensor y con trastero, cosa bueno, al menos la trapallada se expande también al sótano. Te animo a que recopiles tus escritos y los lleves a una editorial, eres más costumbrista que Larra !!!

Jim Alegrías dijo...

Gracias, Gerardo, lo tuyo parece que también fue duro.
Estamos contigo.

Tito es un crack.
Cuando subimos un día a su casa y lo vimos tomando dos petitsuisse( en un tío inmenso como él aquello resultaba ridículo) y nos estaba vendiendo que estaba a dieta y que ya no cenaba más por hoy, cuando oímos a su madre que sale gritando por la puerta de casa:
- Tito, me voy... te queda el cocido en la nevera para cenar... pones la pota al fuego y punto... y échale canela a la fuente de arroz con leche!!!!!!!!!!

Xan, voltaremos.

Saludos de Jim.

Verónica dijo...

Realmente es verdad mucho de lo que dices en este artículo. Yo ya me he mudado varias veces y ahora estoy por hacerlo nuevamente, pero esta vez estoy decidida a contratar una empresa de mudanzas y guardamuebles en Cadiz, quiero que se ocupen de todo y mudarme sin preocupaciones. Saludos.