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martes, 16 de febrero de 2010

¡QUE VIENEN LOS PLÓMEZ!


Los Señores Plómez son ese entrañable matrimonio de gorrones y pesados que aparecen en los tebeos de Zipi y Zape, del maestro Escobar, autoinvitándose a merendar y a pasar la tarde en el saloncito de Don Pantuflo Zapatilla y de Doña Jaimita, los papás de los hiperactivos gemelos, un doble trabajo de infantes insoportables lo bastante complejo como para desquiciar hasta a la Supernanny de Cuatro.
Los Plómez no sólo acudían a merendar al domicilio de los Zipi y Zape y a dar la paliza a los desesperados sufridores que allí estaban, sino que tomaban posesión de la zona como los yanquis o los rusos cuando salen de sus fronteras para "misiones de paz y de confraternización puntuales", que las llaman... ¡y después no te los sacas de Polonia ni de Nicaragua ni poniéndoles Kryptonita en los bolsillos!

Y de Señores Plómez- no siempre entran por la chimenea cuando les cierras la puerta- está lleno el mundo, mucho más allá del sugerente universo de las viñetas. Por ejemplo, un Plómez puede ser tu hermana, tu cuñado, un sobrino, un amigo y su mujer... esa gente que no se despega del sofá y que vienen para quedarse una tarde de julio y, al final, no sabes ni cómo ni por qué, pero los tienes durmiendo en el sofá-camá dos semanas después.

LEYES DE LOS PLÓMEZ:

1) Los Plómez aparecen cuando menos te lo esperas y más agobiad@ estás o justo cuando te disponías a descansar un par de horitas libres en el sofá, con pijama y orinal.

2) Suelen aparecer al mediodía o a la hora de merendar y lo primero que dicen al entrar por la puerta es:
- ¡¡¡¡ ... primo, que bien que huele eso que nos estás preparando, oye, con las ganas que teníamos de verte!!!!
o(si es la hora de la merienda):
- ... si tuvieras algo por ahí, mujer, es que los niños traen hambre después de tanto viaje...

3) Tienen niños espeluznantes y malcriados, émulos de Pelotos Chivátez, que llegan y revuelven cajones de dormitorio y pintan en las paredes y saltan en el sofá mientras los padres se sonríen diciendo:
- ... tienen que jugar... son niños...
Si tienes parqué la cagaste. Entrarán en tu casa con patines. A mí me ocurrió.

4) Son los primeros que se sientan a la hora de comer, y casi nunca echan una mano. Es más, siempre piden palillo para hurgarse los "paluegos"( restos de comida que se te queda entre los dientes y/o muelas y que sueles deglutir luego, más tarde, cuando se caen o los quitas con la punta de la lengua) y preguntan tras los postres si hay café de pota y chupito, como si fuese la parrillada Buenos Aires.

5) "La única manera de descubrir los límites de lo posible es aventurarse hacia lo imposible". Aquí se acogen rápidamente a la segunda de las Leyes promulgadas por Arthur C. Clarke, pues estos chupópteros también intentan descubrir los límites de lo posible cuando se hacen dueños y señores del mando a distancia, como si tal cosa, silbando la del Río Kwai, para ver el fútbol o Luar en tu sofá favorito...¡y si es verano en calzoncillos o ropa interior, como si estuvieran en su casa!!(creedme si os digo que no exagero mucho).
O se cortan las uñas de los pies y te las dejan haciendo dibujitos en una esquina de la mesa... y se duchan y no recogen ni la toalla y te queda toda la pelambrera en la bañera sin haberle pasado ni siquiera un agua, como si un oso hubiese estado hibernando allí.

6) Y nunca traen regalos o el más mínimo detalle para nadie.

Seguro que la mayoría os estáis acordando de algún/a Plómez que tenéis cerca y con el que os entra como un extraño amago de congoja y angustia sólo de pensar en su llamada o visita. Los peores son los que viene de otra ciudad(suelen ser familiares) y en verano, pues siempre entran por la puerta diciendo lo mismo:
- ... bueno, es que pasábamos por aquí y pensábamos en haceros una visita y teníamos la intención de quedarnos un par de días para llevar a los niños a... pero claro, está todo ocupado y tan caro, ¡¡80 euros una noche en una habitación!!!... hasta que nos dijimos: ¡¡Al carajo, nos vamos a casa de tu hermana y le damos así una sorpresa y seguro que por un par de días nos tiran allí en el suelo un colchón en la sala esa que tienen vacía y otro para los niños y punto... ¡¡uhmm, por cierto, hermana, que bien huele eso que estás preparando...!!!

Y en dos semanas no los mueven de allí ni los GEOS.
La solución: dejadles dormir un par de noches en esos colchones RestForm que anuncían en Teletienda y ya veréis cómo no les quedan ganas de volver a gastarse la pasta en fisioterapeutas para pagarse la reestructuración de ese sufrido y contracturado espinazo de gorrones y pesados que arrastran.
O haced como en Covasna, centro de Rumanía, ciudad en la que sus habitantes les dan a los osos kilos de bizcochos y chocolate para que no se paseen por sus calles revolviendo en los contenedores de la basura.

Saludos de Jim y comed muchas orejas y filloas para no quedaros churrismiquis.

5 comentarios:

Charly dijo...

Jim, mañana voy 2 días a Coruña, no podía quedarme en tu casa? Por favor? no tendrás una cama libre, verdad? Y vete preeparando algo, no sé, algo rico, rico y si tienes unas cuantas cervezas se agradecería

HELGA Y SU FAMILIA dijo...

Pero bueno...y yo que pensaba que toda esa sonrisa, que todo ese derroche de amabilidad, toda esa generosidad era real.

Y que decir de tu alegría cuando los niños patinaban por tu maravilloso pasillo..

...Y yo pensaba que estabas feliz!!!

...Y al verte tan Feliz, pero tan Feliz, nosotros volvíamos...

Tú bien sabes que a nosotros nos gusta hacer felices a los demás. Y que la mejor caridad era hacerte feliz a ti.

Pero como somos bien pensantes, sabemos que tú escrito es uno de tus maravillosos y fantásticos cuentos, que nada tiene que ver con nosotros.

Eres fantástico! Qué imaginación tienes!!. Al principio.. me asusté. Pero ya pasó.


Tenemos que volver por tu casa..Tenemos que leer tus poesías. Nos recibirás con buen Cava...Eso espero. Y tendrás buen caviar.

Bueno, ya miraré por la nevera...Tú por eso no te preocupes. Con tener lo suficiente basta.

Serás muy feliz..!

P.D. Mientras leemos tus poesías a los niños los podemos dejar patinar por tu maravilloso pasillo y tal vez les llevemos una pelota para que puedan jugar al baloncesto.

¿No tienes un clavo para poner una canasta?

Te vas a morir de risa de lo bien que encestan.


Saludos de un Plómez, pero que no es un Plómez... Vamos a disfrutar contigo y te haremos feliz!!!!!

Bolita dijo...

Me dan miedo los Plómez...se expanden como una plaga por tu casa, se apropian de lo tuyo sin pudor y acabas siendo el invitado de piedra en tu propio hogar.
Me dan miedo porque, cuando vienen son, como una plaga resistente a la fumigación, infestan con sus pelos, sus uñas, su ropa sucia..todos tus espacios vítales para desbaratar tu orden- desorden tan familiar y querido. Y encima no les digas nada o eres un mal anfitrión.
La solución es no tener cama de invitados, ni sofás cómodos, vivir en un apartamento de un dormitorio, y por supuesto, una tarjeta con la dirección de un hostalito modesto, barato y limpito, para que pasen su estancia en tu preciosa ciudad lo más cómodo posible, para ellos...y para tí.
Cuidado con las invitaciones a los amigos, pueden hacerse realidad.

Pablo Franco dijo...

Ayyyy Jim, ¿por qué crees que vivo en un loft?

Jim Alegrías dijo...

Charly: Tengo una lata de sardinas y una alfombra. ¿te vale?
Y ya sabes que puedes quedarte los días que quieres, que no molestas.

Helga y su familia: Tengo un clavo justo para esa canasta, y ya sabes que para ti y tu familia el cava y la poesía estarán siempre fresquitos.
Y los niños, si vienen limpios y repeinados y se sientan cuando les dices sit!, serán siempre bienvenidos, que diría Miguel Ríos.

Bolita: Sí, y lo ideal es ya no tener ni muebles y dormir en un saco en medio del pasillo.
Y los habrá que aún así se queden.

Pablo: Mira que me eres práctico, Pablo. Dichosos vosotros, los ricos y modernos, que podéis vivir en lofts de esos mientras los demás habitamos infraviviendas de 50 metros cuadrados.

Saludos de Jim.