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martes, 23 de marzo de 2010

LOS PEQUEÑOS PLACERES COTIDIANOS




Hace unas semanas me compré una TV LCD de 40" a un precio bastante decente( apenas 600 euracos). Una calculada inversión, sobre todo, para disfrutar del dvd y de películas sin otro filtro que el de mi caprichoso criterio personal... y sin interrupciones publicitarias. Desde entonces ya he visto films como "Moon", "500 Días Juntos", "El Secreto de sus ojos", " El Tiempo del Lobo"... y la verdad es que se disfruta y para un amante del Cine supone todo un placer el poder visionar sus películas en un formato casero adecuado.
Cuando desempaqueté la pantalla de la gran caja(ahora la tengo de mesa de centro con unos cómics haciendo de patas) que la contenía, y después de montar la tele, inconscientemente, me puse mientras la probaba a hacer estallar esas burbujitas de plástico del papel de embalar que la protegía... y cuando me di cuenta del placer que me suponía aquel mínimo e instintivo acto me vino a la cabeza aquella frase de Paul Valery que dice: " Las guerras son masacres entre gentes que no se conocen para el provecho de gentes que sí se conocen pero que no se masacran"... ¿¿¿??? No, no, perdón, que me equivocado, que la frase que me subió a la testa en aquel momento no era la anterior sino ésta de Ortega: "para quien lo pequeño no es nada, lo grande tampoco es grande".
Espero que en la siguiente muestra de pequeñas cosas que proporcionan gozo os sintáis un poco reconocidos. Placeres personales, intransferibles, mínimos; gestos y usos que uno lleva a cabo con la única intención de disfrutar de sí mismo y sus circunstancias, aunque también suelen ser algo comunes a la especie humana.


- EXPLOTAR PAPEL BURBUJA: Coño, es que esas burbujitas de plástico rellenas de aire que sirven para embalar lo están pidiendo a gritos. ¿ Alguien se puede resistir a tan viciosa tentación? ¿ No os apetece ya retorcer ese plástico para "hacer la metralleta"? Imagínate que te sentaran en una habitación con el suelo y las paredes empapeladas con burbujas sin estallar, pero alguien te obligara a no hacerlo... ¿ no sería una tortura en toda regla? ¿ No delatarías a tus amigos y familia porque te dejaran estallar unas cuantas?
Yo, que soy débil, sí que lo haría. El papel burbuja me puede y me convertiría sin dudarlo en un delator.
Hasta me vicio con el virtual: http://www.gustavoguimaraes.com.br/arquivo/images
/papelbolha.swf


- COSTUMBRES CASERAS E ÍNTIMAS: Deleite no reconocido públicamente el que proporciona a much@s el tomarse el vaso entero de Nocilla de dos sabores a cucharadaditas, los polvos del ColaCao con cuchara grande o beberse el almíbar directamente del bote de melocotón. ¿Quién no ha lamido golosamente la tapa de un Dalky o unas natillas mientras un gusanito de placentero regusto le recorría las papilas gustativas?
¡ Que tire la primera piedra el que no haya metido el dedo en la tarrina de nata montada y se lo haya llevado a la boca entre gemidos y suspiros de satisfacción!


- EL OLOR DE LIBROS, CÓMICS, PERIÓDICOS... : Muchas veces sorprendo a mi nariz olfateando la tinta fresca de todo tipo de publicaciones. Es comenzar un libro nuevo y oler sus páginas, como si mediante el olfato, y no la vista, se fuese a desentrañar parte de su trama o a desvelarnos algunos apuntes sobre su pretendida calidad.
Esa cata primera tendrá que ver con la tinta utilizada, el pegamento, el papel... pero la verdad es que supone todo un placer oler y leer libros, porque cada uno huele distinto al otro. Dicen que los de Cortázar huelen a club de Jazz, los de Delibes a perdiz estofada y los de Conrad a mar.

- ORDENAR ARMARIOS; HACER LIMPIEZA; TIRAR COSAS: Ordenar armarios está bien. Es algo terapéutico el hecho de deshacerte de la ropa( toreras granates con hombreras, sudaderas "Amarras", pantalones lavados a la lejía...) que ya no vas a volver a poner nunca más y que no hace más que crecer y reproducirse compulsivamente en el armario, sin orden ni concierto, desembocando con el paso del tiempo en una suerte de entropía incontrolable. La mente nos engaña con lo de:
- No lo tires, mujer, que igual lo vuelves a poner o estará de moda dentro de cinco años.
La acumulación de prendas y objetos inútiles es un formidable adversario íntimo que causa estragos en nuestra salud mental y tiende a desbocarse, con la pérdida de control del entorno que supone estar cercado por aludes de cosas inservibles. La producción y acumulación de bienes tangibles, la cultura material, terminará por sepultar al hombre.
Una profunda limpieza a tiempo siempre te deja una sensación de ligereza en el espíritu, de feliz levedad. Tirar cosas, vivir frugalmente, deshacerse de continentes, se está convirtiendo en sinónimo de espiritualidad en los tiempos de acopio irracional que corren.


- LA SIESTA: Éste es un producto nacional que los españoles exportamos a toda la galaxia con orgullo y satisfacción. Hay varios tipos de siesta:

a) La siesta con babilla- Genial. El fluido rodando por la barbilla es sinónimo de intensidad y disfrute, de estar muy a gustito entre la manta y el sofá.

b) La siesta con Documental de la 2 de gacelas y leones- Las gacelas y los leones tienen propiedades somníferas, está demostrado. Es ponerse un documental con estos intérpretes persiguiéndose por la sabana y quedarse profundamente dormido a los 2 minutos. Hay quien dice, un ruso, que ha conseguido ver un documental de estos de las cuatro de la tarde entero... ni caso, ¡os está mintiendo! Es imposible. No hay organismo humano que lo resista, por muy de la tundra que sea.

c) La siesta "mala leche"- La siesta "mala leche" es un riesgo que hay que correr. Te quedas dormido media hora y no te cunde nada, pues te levantas con una mala leche del copón sin comerlo ni beberlo. Algo de los husos del sueño o de unos movimientos oculares indebidos. Que no te hablen hasta las seis de la tarde, por lo menos.

d) La siesta erótica- No sé qué pasa durante esta siesta pero la líbido y las hormonas se disparan y te levantas con ganas de un cameo en alguna peli porno. La siesta erotiza, y dicen las estadísticas que a primera hora de la tarde aumenta la concepción de nuevos infantes. Si la dormís solos, ya sabéis lo que os queda.

e) La siesta profesional- Un verdadero profesional se calza su pijama, sus zapatillas, pone la radio y se mete en la cama hasta las siete, por lo menos, que se levanta para ver El Diario de Patricia. Se ríe de los aprendices de la "siesta media hora" en sofá y con postura incómoda. Un profesional está a años luz del aficionado a dormirla cada tarde de manera forzada, defectuosa e incorrecta.


- APRETAR PUNTOS NEGROS: A las madres y a las novias les encanta esto de apretar espinillas, exprimir el pus, estrujar puntos negros... debe de ser su sádico bocato di cardinale. Vale, es un placer que duele un poco, pero a ver quién no ha sentido un poquito de regusto al reventarse una espinilla y ver salir como un misil, contra el espejo, ese molesto hilillo blanco y viscoso(puaj, ¡¡qué vulgaridad!!).


- VIDA DE HOGAR, DE VEZ EN CUANDO: No tener la necesidad hormonal de salir cada jueves, viernes y sábado por pubs estúpidos- apiñado entre la multitud, oliendo al humo y sudor ajeno y en donde además te cobran un pastón por un mísero cubalibre- a ver si ligas o alguien te mira es un motivo de intenso placer. Cuando llevas diez años o más saliendo cada fin de semana, como que te acabas hartando y una buena peli nocturna con pizza o cena tranquila con amigos en casa el sábado lo disfrutas el triple, sin aglomeraciones, música estridente y gente paramecia que parece salida de un capítulo de Sin Tetas no hay paraíso o de Star Strek...
Horrible. De vez en cuando está bien, pero con los años y por costumbre... aburre soberanamente.


- ZAPPING: Llegas a casa de noche, es viernes y mañana no madrugas. Estás cansand@. Te pones las zapatillas de loneta o cuadros escoceses y el pijama de Hello Kitty!! Coges un yogurt de fresa Larsa. Te sientas en el sofá y enciendes la tele y vas haciendo zapping, pasando de una secuencia con Bruce Willis a un debate chillón de T5 sobre la última amante de un torero. Alguien anuncia en otra cadena un extraño aparato vibrador con el que bajas 10 kilos de golpe mientras en la CNN están con imágenes de un terremoto y en otra te echan vídeos cutres latinos con caribeñas en bikini y una película erótica softcore.
Y, lo más raro, es que estás bien dándole al mando. Descansado, feliz, tranquilo, como en un estado kármico profundo, sin procesar ni siquiera un poco lo que está pasando por delante de tus ojos. El zen televisivo, que yo le llamo, estado de profunda y placentera abstracción deleitosa por la que hay que dejarse llevar de vez en cuando.


- CATÁLOGOS: Soy un fan de los catálogos: desde los básicos 3X2 del Carrefour hasta los más elaborados- con papel reciclado e información abundante del producto- del Eroski. Los voy incluso cogiendo de los buzones. La Fnac, los rojos de Mediamarkt en formato periódico, los amarillos de San Luis, los tochos de navidad del Corte Inglés o del Toys R Us... disfruto mirando las cestas de berenjenas, el precio del kg de las naranjas de zumo, comparando el precio de los calefactores, observando cuánto han bajado los pendrive de 16 GB y las pantallas LCD... ¿ Qué le voy a hacer? Cada loco con su tema. A mí me hacen bien.


- VER TRABAJAR A LOS DEMÁS: Los jubilados son unos suertudos. El placer de ver, con el periódico gratuito en el bolsillo, cada mañana cómo los demás trabajan levantando un edificio o cavando zanjas no tiene precio. Sin tiempo ni prisas, con las manos en los bolsillos y la nariz entre una reja, después de tomar el café con leche y las galletas, a las once de la mañana de un martes, antes de ir al ambulatorio a por recetas para tu mujer... eso es impagable.
¡¡Prejubilación forzosa a los cuarenta ya!!


- DOMINGO DE INVIERNO POR LA MAÑANA: Llueve y hace frío ahí afuera. Miras el despertador y son las ocho, te levantas al servicio, y vuelves a meterte rápido debajo del edredón mientras el agua corre por el cristal y el viento ulula sobre las fachadas. En la cama no hace frío y vas cogiendo rápidamente otra vez el sueño, y en ese estado de duermevela piensas en que te levantarás a las doce a tomarte un colacao, un zumo natural de naranja y unas tostadas con mermelada de albaricoque y que igual hasta vuelves a la cama, con el gustito que da.
Total, para el día que hace fuera... ¿ dónde se va a estar mejor que en casa y debajo del edredón?


Saludos de Jim y recordad que los pequeños placeres proporcionan, a menudo, esas cotidianas y grandes satisfacciones que son las que hacen que esto del vivir merezca un poco la pena. Me olvidé de comentaros el placer de recorrer los bazares chinos y cadenas 100 y poder contemplar en riguroso directo los aberrantes productos que viven en sus pasillos( el gato que mueve el brazo o el perro de porcelana). Otro día, amig@s.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me apunto a lo de la siesta con babilla incluida y en lo de oler los libros, revistas y cómics.

De hecho llego a oler los cómics antes de comprarlos, a menos que estén forrados de plástico. Hay tintas que tienen un olor muy especial. Supongo que alguno de alguna tienda se habrá pensado que aparte de leerlos me los como, pero no me importa.

En lo de las mañanas de los domingos (que normalmente ya no son las mañanas propiamente dichas) yo incluiría zumo de naranja recién hecho, y el olor del café recién hecho :)

Queda mucho para el otoño, pero algo me gusta hacer cuando caen las hojas secas al suelo es pisarlas para oírlas crujir. Cuando era pequeño y esperaba el bus del colegio me pasaba el rato pisando todas las hojas de la parada, y lo convertí en una pequeña manía

Virgina Wolf dijo...

La siesta...qué gran invento, el mejor de la Humanidad, después de comer, te tumbas en el sofá, te tapas y te quedas tan a gustito...incomparable placer, el summun del placer...yo me apunto a lo que decía Cela, con pijama, orinal y padrenuestro...bueno, el padrenuestro y orinal casi que lo omitimos, pero el pijama noooooo!!!!

Azra dijo...

Hombre la siesta,,,fartaría más!no hay cosa con que más disfrute además de los magnums que con las siestas matutinas.
Que grande tú la peli de 500 días juntos, que ganas de repetirrr....
Saludos!

Jim Alegrías dijo...

"500 Días Juntos" y un magnum después de una buena siesta, Azra... ¡¡eso es vida!!