Un 24 de octubre de 1929, en plena euforia desarrollista bursátil del mundo civilizado, se ponen a la venta en la Bolsa Norteamericana 13 millones de títulos, a bajo precio, que no encuentran comprador.
La Bolsa Norteamericana, con la mundial tocada, se colapsa. El mercado de valores se desploma. Se instala la desconfianza. La fragilidad del sistema queda al descubierto, a la intemperie, y el débil armazón sobre el que pivota la gran estructura económica se tambalea.
Inflación, endeudamiento interno y externo, sobreproducción, empresarios en bancarrota, trabajadores a la cola del Paro, suicidios de inversores, caos, devaluación imparable del dólar... la teoría del aleteo de la mariposa en Londres y el tifón en Hong Kong se cumple en su inevitabilidad económica y arrastra con ella a una buena parte de seres humanos, obligados ahora a deambular entre las colas de racionamiento y los trabajos precarios de a cuatro horas para sacar adelante a sus malnutridas familias.
Así que, ¿qué satisfacción instantánea le queda al ser humano cuando todo lo que le rodea no va demasiado bien... o, directamente, va mal, pero que muy mal?
Pues el recurso a una de las formas de escapismo de la realidad más básica y elemental de todas y al que pocos y pocas le hacen ascos: el sexo, con el aumento de la tasa cardíaca y la sudoración que la contemplación de sus imaginativas actividades amatorias trae aparejado.
Lo que se ha denominado Biblias de Tijuana es quizás el primer cómic underground de la Historia, si por underground entendemos un producto de elaboración casi clandestina(del tipo artesanal, con muy pocos medios); de distribución encubierta en barberías, colegios, mercadillos y que contiene un material incómodo y claramente subversivo para los parámetros morales y/o sexuales de la época.
La Biblia de Tijuana- a los norteamericanos lo de Tijuana y México debía de sonarles un poco a Sodoma y Gomorra, de ahí el calificativo- eran unos tebeos baratos y apaisados de unas ocho páginas y de 10x15 que llevaban a cabo "artistas anónimos"(aunque parece que tipos como W.Morse- el creador de la famosa tira "Bazooka Joe"- podían estar detrás) y que versaban sobre unas explícitas aventuras y hazañas sexuales que llevaban a cabo todo tipo de héroes del cómic( recordar que las tiras de prensa eran todo el cómic que existía por aquel entonces) y el Cine de la época: desde Popeye y el Pato Donald hasta La pequeña huerfanita y Greta Garbo.
Felaciones, cunilingus varios, actos de feliz sodomía casera, tríos, lesbianismo... todo el catálogo de posturas, acoplamientos y hábitos generadores de placer sexual y voyeur eran reproducidos abiertamente en aquellas páginas de pésimo papel y peor impresión que circulaban entre jóvenes y adultos.
La popularidad de las Biblias de Tijuana, como os podéis imaginar, fue inmediata en aquellas circunstancias de abatimiento y depresión generalizada. Un rayo de luz, de felicidad, de efímero placer contagioso e hipnótico en los rostros contraídos de una Betty Boop o un Popeye( ¿el efecto de las espinacas era éste?)en pleno disfrute de su coito u orgasmo parecía una de las recetas infalibles para combatir toda aquella grisácea melancolía que de pronto se había instalado en lo que quedaba de los precarios hogares yanquis.
El sexo idealizado y explícito- a través de la parodia social y/o de personajes de la época- como válvula de escape de los sinsabores cotidianos.
Hoy en día lo que se llama Biblia de Tijuana pertenece a la arqueología de la Historia del Cómic, una pieza esencial en el itinerario fundacional del noveno arte, que prologa el underground posterior de los sesenta y setenta y que es ya un género reconocido por los aficionados al que incluso Alan Moore en su inmenso "Watchmen" hace guiños-homenaje como el que lleva a cabo con su personaje de "Silk Spectre", a la que hace aparecer en una de estas Biblias de Tijuana.
Resumiendo, que en los lejanos años 30 ya se apuntalaba el cómic como un medio de expresión independiente, autosuficiente, y que ya daba muestras ejemplares de su potencial capacidad para torpedear con ingenio e inteligencia la moralina rígida y tradicional de aquellos lejanos años de cracks, guerras mundiales y holocaustos y exterminios que se nos echarían sólo un poco más tarde encima.
Y todo mediante la simple utilización de esas tres armas de construcción masiva más importantes con las que cuenta el ser humano: su imaginación, su sentido del humor y su sexualidad.
Saludos de Jim, tijuaneros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario