
Baby Pin Up declara sin rubor:" Mi trabajo y el de la industria del sexo en general es artístico y no tiene nada de vulgaridad. Son espectáculos eróticos y artísticos... consiste en sacarme por abajo 150 metros de banderas y 90 metros de collares de perlas "
O sea, que ríase usted del Impresionismo, de Circo Del Sol, de Shostakovich, de los Clásicos Literarios Rusos... pues se puede ser artista hoy en día - en la Hipermodernidad, cajón de sastre hedonista para muchos que no sirven ni para pintores de brocha gorda- sacándose metros de tela de una vagina sin fondo (si lo que saliese fuese un piano de cola o un koala con sombrero bailando claqué todavía lo entendería), como si fuese un pozo petrolífero Tejano o esa entrada que Verne situaba en Islandia para descender al centro de la tierra.
Y es que, como dice la canción, por estos lares hay demasiados artistas y deportistas.
La próxima semana comienza el festival Eros Galicia aquí en A Coruña y yo tengo que reconocer que el Porno me aburre soberanamente. Un amigo mío dice siempre que el follar está sobrevalorado. Pocas películas porno han visto estos ojos que incorporen con acierto los recursos que el erotismo humano tiene a su servicio. No hay en la mayoría de las pelis porno situaciones morbosas, insinuación obscena, dosis de lujuria y seducción administradas con talento e inteligencia erótica. Se nota que la mayor parte de la gente del porno son macarrazos y neumáticas recalentadas que apenas leen, pues muy poco en limpio han sacado del maravilloso y voluptuoso género erótico literario. Sólo con revisar un poco los clásicos hubiesen hecho numerosos avances y hallazgos. Demasiadas películas se olvidan de personajes y situaciones y se dedican únicamente a la gimnasia pélvica y a explorar cavidades rutinariamente, carentes de cualquier sensualidad, ritmo y refinamiento carnal.
Simples y fríos documentales para urólog@s y ginecólog@s suelen ser estas aburridas olimpiadas de lo venéreo.
En los años 70, cuando "Garganta Profunda" inaugura el género, todavía había cierta preocupación por los guiones y por recrear todo tipo de situaciones morbosas, lujuriosas y obscenas. El contexto era esencial. La búsqueda de la estimulación del cerebro del espectador, su órgano más erógeno. Cierto sentido de lo amateur y casero muy picante. Lo malo es su estética, que a estas alturas nos parece desfasada, que rechina: pubis poblados como la Amazonía, hippies gordos y velludos con bigote que parecen sacados directamente de Woodstock, damas con michelines y con los pechos caídos y aspecto de junkies, etcétera.
Pero es en los penosos 80-90 cuando aparecen los esteroides, la depilación brasileña, la cirugía para reducir y"aniñar" los labios genitales exteriores, las hiper- recauchutadas de labios como parachoques y pechos como los globos sonda que lanzan a las 22:00 horas desde el observatorio del Agra del Orzán. Se agota lentamente la imaginación. 120 minutos de transpirado metraje sin la más mínima inspiración y transición morbosa entre el previo y el acto en sí mismo. Llega la desmesura: miembros descomunales, pechos como balones de playa de Nivea; bukkakes, Gang-bangs de 300 vs una, dilatados y primerísimos primeros planos en los que se pueden ver incluso las operaciones de amígdalas de la susodicha. Los guiones se reducen a secuencias de orgías en un chalet y al lado de una piscina( lo de las piscinas es un género ya en sí mismo), en la que una manceba operada hasta los párpados y con unas uñas postizas tipo Morticia toma el sol en pelota picada mientras un gañán musculoso quita las hojas de la piscina... y claro, medio minuto después, sin transición de ningún tipo, lo que deshoja el gañán hipertrofiado es a la manceba, olvidándose de su trabajo en la piscina. Y con razón. O fontaneros con una sola herramienta, ya en la mano, que entran en una casa para reparar una inexistente avería y son recibidos a las cinco de la tarde por una madura en Intima Cherry... y antes de que uno se de cuenta ya están desnudos ambos e intercambiando con pericia profesional virus, parásitos y fluidos corporales de todo tipo.
Pero por fin que siempre nos quedarán algunas producciones Francesas e Italianas muy cuidadas y para sibaritas, con sus Doncellas con cofia en traje oscuro muy corto para deleite de sus señores, con sus intercambios morbosos, con sus damiselas viendo copular a través de una puerta entreabierta a sus tíos, con esos chóferes siempre dispuestos para saciar a sus señoras de traje de noche y collar de perlas, con sus partisanas libidinosas y sus guardianes nazis, etcétera... ¡¡ Oh la la France!!!
En España, siempre diferente, tenemos nuestras historias cutres de butaneros, pintores de brocha muy gorda y ama de casa sola, con nuestros Polis Díaz y Cármenes de Mairena en esas bizarras series z, todo más antierótico que el vídeo de Pedro J. recibiendo insultos enfundado en su corsé rojo. Cosos con títulos tan valleinclanescos y garbanceros como: " Fue a por trabajo y le comieron lo de abajo", " Vamos a la carga, con la cosa que se alarga" o " Ensalada de Pepino en el internado femenino".
Carandell y la España bizarra.
También me gustaría desmontar de paso ciertos mitos asentados en nuestros cerebros gracias al porno:
1- No todas las mujeres, lástima, son bisexuales y están dispuestas a formar tríos con la primera jamona que pase. No confundamos los deseos masculinos con la realidad femenina.
2- No todos los hombres tienen esos armatostes de equino. Si eres hombre, no te obsesiones con los tamaños y disfruta de la película. No sufras por poseer algo que con el tiempo sufrirá, indefectiblemente, mucho antes los efectos de la gravedad.
3- Si llamas a tu vecina madurita al timbre a las cinco de la tarde, ten en cuenta que probablemente no te reciba en lencería de encaje junto con una amiga suya que pasaba por allí, dispuestas ambas a hacerte pasar una tarde un poco más agradable de lo normal. Suele pasar más bien poco.
4- Y recordad que las orgías en el porno pueden resultar muy atractivas y estimulantes con esos cuerpos morenos, atléticos, perfeccionados con bisturí, depilados y totalmente maquillados... pero imaginaros ahora una de esas con un grupo de ingleses cuarentones con pelos en la espalda, pubis como el Mato Grosso, carnes que ceden, pechos caídos, olores indescriptibles, alguna ventosidad del esfuerzo coital, caras rojas y desencajadas, pliegues de todo tipo y michelines jamoneros... ya no mola tanto, ¿ verdad? La coreografía de "Siete Novias Para Siete Hermanos" es cojonuda cuando la llevan a cabo bailarines profesionales después de muchísimos ensayos... pero hecha por nosotr@s nos queda una cosa como más de Muchachada Nui o similares.
5- A las mujeres les gusta el Porno de vez en cuando en la intimidad, aunque todas digan lo contrario en público. Hay encuestas y datos empíricos sobre esto.
6- En las películas porno sólo se fornica compulsivamente. Apenas se cocina, o lee, o se limpia la casa... están todo el día a ello, pero la vida no es así , o como canta Javier Krahe:
" También habrá que saltar a la pata coja,
y habrá que coleccionar sellos de Nigeria,
no todo va a ser follar,no todo va a ser follar,
y habrá también que apretar una tuerca floja
y habrá que ir a trabajar,no todo va a ser follar,
por una miseria.
Y habrá también que llevar a arreglar el coche
y habrá que quitarle el polvo a la biblioteca,
no todo va a ser follar,no todo va a ser follar,
y habrá que cerrar el bar al morir la nochey habrá también que pagar,
no todo va a ser follar,
lo de la hipoteca."
Y si el porno sin más creatividad que la rutinaria gymkana venérea también te aburre, te recomiendo una nueva visión libidinosa de algunos clásicos eróticos que se están reeditando a 1 solo euro: http://www.elpais.com/corporativos/elpais/coleccionables/2009/cineerotico/
Saludos de Jim desde el país del vicio y el desenfreno. Ja.