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martes, 14 de julio de 2009

LA GENERACIÓN DEL CHAMPÁN

Se denomina Generación del Champán a esos directores de comedias norteamericanas de finales de los años 50 y 60: Stanley Donen, Richard Quine, Blake Edwards, Norman Jewison, Delbert Mann, etcétera. Comedias en las que los protagonistas de estas disparatadas guerra de sexos consumían en abundantes cantidades el espumoso elemento mientras discutían, se reconciliaban o aumentaban el progresivo enredo de las tramas durante una secuencia de intercambio telefónico fragmentada en dos cuadros.
Champán caro y teléfonos blancos o rojos. Comedias amables y repletas de glamour en las antípodas de la cruda radiografía social del Neorrealismo Italiano, de la revolución formal de la Nouvelle Vague o del aguerrido y combativo cine británico que filmaban Los Jóvenes Airados.

Uno, que es cinéfilo y cinéfago militante y a partes alícuotas, que ama el llamado Cine Clásico Norteamericano, la Nouvelle Vague, el Cine Mudo, el Neorrealismo Italiano, el cine "indie" contemporáneo, el underground más underground, etcétera, ha tenido siempre la suerte de poder disfrutar sin ningún tipo de prejuicios ni contradicciones internas de todo tipo de películas y géneros, ya que siempre he defendido que cada cosa tiene el tiempo y espacio adecuado para su disfrute, y que ello forma parte de los aprendizajes más importantes en la vida.
Mi Bergman no es excluyente de John Waters, ni mis idolatrados Howard Hawks, George Cukor, Berlanga, De Sica o Fellini lo son de Russ Meyer, Kevin Smith o de las comedias delirantes de Abrahams & Zucker.

Y estas comedias suaves y blancas norteamericanas de los cincuenta y sesenta forman parte de mis debilidades como espectador. Con un lenguaje cinematográfico sencillo y preciso, con un dinamismo formal y una agilidad narrativa a prueba de bombas H, estas películas románticas y sofitiscadas sobre la guerra de sexos poseen una vitalidad atemporal, una vocación por el disfrute y el entretenimiento sin complicaciones que cuenta con tales recursos y talento y adopta tal maestría narrativa que acaba trascendiendo, sin buscarlo, el simple pasatiempo.

" Si el Cine consigue que un individuo olvide por dos segundos que ha aparcado mal el coche, no ha pagado la factura del gas o ha tenido una discusión con su jefe, entonces el Cine ha alcanzado su objetivo"( Billy Wilder)
Y, claro, para sostener estas trepidantes tramas o nudos de endiablado ritmo, plagadas de equívocos, malentendidos y enredos apuntalados sobre esos diálogos ácidos, mordaces e inteligentes no sirve un reparto cualquiera, pues ya hemos visto muchas comedias aparentes y con un buen guión que se desinflan porque actores y actrices carecen de feeling entre ellos, de "presencia cómica", de esas dosis de optimismo vital y de personalidad burbujeante que se necesita para defender con maestría las disparatadas peripecias que los locos guionistas escriben para ell@s.
Y aquí entran en escena los magníficos Doris Day, Rock Hudson, James Garner, Kim Novak, Tony Randall, Thelma Ritter, etcétera, actores y actrices nunca lo merecidamente bien ponderados, como si la comedia fuese un género menor y no el más complicado de todos.
Esa química entre Doris Day y Rock Hudson en "Confidencias a Medianoche" o "Pijama Para Dos" es ciertamente irrepetible: funcionan con la sincronía de un diapasón, se complementan y refuerzan en pantalla con una naturalidad difícil de aprehender o aprender en estas escuelas modernitas de interpretación donde los profesores piden que te sientas como un zapato o un melón y que interiorices lo que el zapato o melón siente y lo hagas tuyo.
Y los secundarios como Ritter o Randall son de esos escoltas de lujo que garantizan que todo va ir a perfección y que por mucho que el desarrollo se embrolle y tergiverse, ell@s van a estar ahí como garantía de estabilidad, convicción y firmeza interpretativa.

El milagro del Cine se hace carne en producciones como "Me Enamoré de una Bruja", " Una Cara con Ángel", " No me mandes Flores", " Su Juego Favorito " Desayuno con Diamantes"( Ohhh, ese Moon River) o " Descalzos por el Parque".
El Cine elevado a la máxima potencia: entretenimiento, arte, cultura y espectáculo.
La Edad de Plata de la Comedia Romántica.

Saludos de Jim y Cine, Cine, Cine, más Cine, por favor, que toda la vida es Cine y los sueños Cine son.

8 comentarios:

Azra dijo...

Pelafustán, algunas no eran tan comedias, en la peli las noches de Cabiria recuerdas cuando ella es invitada por ese actor italiano y prueba por primera vez ese lujoso y dorado líquido?

Yo soy muy devota del gran Wilder, y como no de Jack Lemon, Jack Lemon y Shirley Mclain, o Jack Lemon y Walter Mathau,como más guste, porque para gustos los colorines. Quién no se divierte o entretiene con esas pelis?

Que vuelva la generación del champán por Dior y Bustamante!

Saludos.

Azra dijo...

Ahm se me olvidaba, Nino Manfredi el protagonista principal de El Verdugo, antes de hacer su primer trabajillo se pone un poco turbio de champán...XD

Anónimo dijo...

Os recomiendo siempre "brut nature", por el sabor y no da resaca.

Gran artículo. Estas pelis las echaban en la 1 los fines de semana después de comer, y lo cierto es que se veían facilmente.

He votado por Yola Berrocal.

Un saludo!

Jim Alegrías dijo...

AZRA: Dios, una de mis pelis favorias: Las Noches de Cabiria.
Esa Giulietta prostituta en estado de gracia.
"Dias de vino y rosas" tampoco es una comedia, aunque creo que en una fiesta están los dos bebiendo champán. No estoy seguro.

MIGUEL: Has hecho una buena elección.
Aunque la de Celia Blanco tampoco hubiese sido mala.

Por cierto, estas comedias sesenteras da la impresión, de tan dinámicas y vertiginosas, que están rodadas y protagonizadas en patines.

Saludos de Jim.

Pablo Arangüena dijo...

Lo diré claramente: después de pensar bastante en decantarme por Celia Blanco (si fuera ella podría practicar el sexo conmigo misma todos los días varias veces y no me aburriría nunca) he votado por Sánchez Dragó porque siempre he querido ser como él (ideologías aparte) cuando fuera mayor. Me molaba mogollón su programa "blanco sobre negro". Me acuerdo cuando fue el Panero que vive en un manicomio y dijo toda clase de cosas psicodélicas antes de hacerse sus necesidades por encima y anunciarlo. Absolutamente portentoso.

En cuanto al cine, hay algo muy sospechoso en los cinéfilos: Franco y Hitler lo eran, por ejemplo...

Azra dijo...

Uf claro Días de vino y rosas, como olvidarla, un Jack Lemon ajeno a las risas. Demasiado dura ,no?.
Si supongo que en una de esas ,entre sus licores y aguas adulteradas beberían champán.

Jim Alegrías dijo...

Pablo: " El Desencanto" es una obra maestra.
Radiografía de la Familia Panero. Más bizarros que los Munsters.

Por cierto, gran cinéfilo también fue José Stalin, y es el dictador ese coreano que lleva las gafas de Elvis.
Y Juan Manuel de Prada.
Los cinéfilos somos de carácter fuerte. De temperamento recio.


Azra: La secuencia del Invernadero de "Días de Vino y Rosas" todavía me aco_ _ na.
Impresionante.

Saludos de Jim.

TEMIS dijo...

me encantan estas comedias!! esa situación de malos entendidos absurdos que crecen como bolas de nieve y acaban explotando en situaciones disparatadas y graciosas. Desde luego el trío Day, Hudson y Randall, que sólo hicieron tres películas juntos, pero han pasado a la eternidad. Lástima de los guiones de ahora, que no tienen la calidad, el ingenio de los de antaño. Y el champán, por supuesto, no puede faltar nunca.