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miércoles, 16 de septiembre de 2009

LOS DOS ROMBOS, EL CLASIFICADO "S" DE LA TV.

-¡¡ Hala, a la cama, que esta película tiene los dos rombos y sólo es para mayores!!!

Ésta creo que era una de las frases más temidas y odiadas por aquellos niños y niñas de la generación de las Sony Trinitrón, de la Ruperta, la Mirinda y de las primeras teles con mando a distancia con cable.
Los vídeos Beta, que pesaban un poco menos que un Airbus A380, llegarían más tarde a nuestros salones de estar( y de ser) de paredes con papel estampado, sintasol marrón de motivos geométricos y muebles llenos de figuritas de cerámica de Avón que tu madre le compraba a la vecina que le traía el catálogo- con esos preciosos patos de jabón y los perfumes con frasco en forma de señorita con parasol y miriñaque- a casa.

Y los Dos Rombos también formaban parte de nuestro paisaje cotidiano. Algo tan idiosincrásico, tan nuestro, como la Carta de Ajuste o escuchar "el parte" en la radio a las dos .
O como la bailarina, el toro y el tapete de ganchillo sobre la televisión; las mesas camilla con brasero para el invierno o el "vuelve a casa por navidad" de turrones El Almendro. Lo queramos o no, éstas cosas también tienen su punto, su encanto, su fascinante atracción y forman parte de nuestra historia sentimental e iconografía patria.
Los dos rombos, también un rombo, venían a ser como una especie de clasificación de los contenidos por edades.
Así, todo el mundo podía ver sin remordimientos éticos o morales cosas como Había una vez un circo, La segunda oportunidad, El Hombre y la Tierra, Con las manos en la masa...
Un rombo se lo ponía el censor a alguna película de suspense y asesinato, por lo que tus papás decidían( si eran progres pasaban, pero si eran de misa de a una pues para cama a leer un Don Miki con la linterna debajo de las sábanas); y los dichosos dos rombos( Clasificada "S") ya salían en cosas de despelote, suecas acosadas en playas y saludables pechos( naturales, eso sí) ondeando al viento en pelis como " Portero de Noche", "Emmanuel", " La Caliente Niña Julieta" o " No desearás al vecino del quinto".

Aunque también hay que decir que nos hemos tragado auténticos bodrios enteros agazapados desde una puerta entreabierta que de otra forma hubiesen pasado desapercibidos, sin pena ni gloria. Lo que pasaba es que, claro, las preventivas y morales intenciones de los censores con estos polígonos eran inversamente proporcionales a los efectos que se esperaban obtener, pues la atracción que se sentía ante alguna película o programa en los que se perfilaran los dos rombos en la esquina superior derecha de la pantalla se multiplicaba exponencialmente por 20 solamente por culpa del magnético atractivo que los dichosos Dos Rombos ejercían sobre las mentes más calenturientas y curiosas.
Los Dos rombos como acicate, como estímulo y reclamo funcionaron a la perfección. Toda una lección de marketing.
Si en una peli se veían de perfil dos pechugas caídas de inmensas areolas marrones, unas sábanas moviéndose espasmódicamente con dos seres humanos debajo o un actor le decía a otro pene, follar o vagina... ya era motivo para, mínimo, poner a estos filmes en cuarentena y alerta roja ante el telespectador mediante el tercer grado de los rombos.

" Yo, Claudio", inmensa serie a reivindicar, llevaba los dos rombos... y lo entiendo desde la perspectiva del censor, pues tenía un alto contenido erótico-festivo, pero los dos rombos de " Los ángeles de Charlie" no sé muy bien a qué venían, pues lo máximo que allí se veía era a Sabrina Duncan en bata y toalla en la cabeza al salir de la ducha, entre caso y caso que le asignaba el misterioso Charlie.
Aunque igual aquellos vestiditos de Jill y Kelly Garret, dentro del contexto de la hambruna atrasada y de la antigua sociedad del recato, tienen su aquel, su morbillo.

En el magnífico ciclo "Cine de Medianoche" que los sociatas pusieron durante unos cuantos viernes a las doce de la noche en 1986 pude ver, pese a los rombos, que creo que todavía andaban por allí a esas alturas, espléndidas películas como " Deliverance", de Boorman, o " El Imperio de los Sentidos", de Oshima.
Grandes películas, aunque no precisamente para estimular mi lúbrica imaginación de aprendiz onanista adolescente.
Tuve que esperar a la llegada de la porno del plus de los viernes- aunque fuese codificada, si estirabas un poco los ojos con los dedos y te los ponías de chino, podías entrever cosas estimulantes por entre las rayas- para continuar perfeccionando esta sana afición.

¿ Por qué rombos?
Si juntáis ambos rombos queda una gran X.
Hoy en día le pondría dos rombos sin dudarlo al 90% de la morrallada que echan por TV.
Pero no por eróticos, insinuantes o voluptuosos, ojalá, sino por esos estériles, vergonzantes y estúpidos programitas con que inundan la parrilla estos profesionales de la chabacanería, la vulgaridad y... el vacío.
Mientras tanto, el milagro del DVD hecho forma. Series, películas y documentales sin soportar a presentadores modernetes y gilipollas, cortes publicitarios de 20 minutos y el resto de contenidos que avergonzarían a alguien con un 10% de cerebro sano, ya sea animal, vegetal o cosa.
Redes, Metrópolis, Muchachada Nui, Días de Cine o Callejeros se pueden grabar y así pasar después la publicidad a 8x.

Saludos de Jim desde mi batcueva.

4 comentarios:

xan de couzadoiro dijo...

como siempre jim, muy buen articulo

Azra dijo...

Jajajaja,que gratos recuerdos jim!era lo que había, historias para no dormir, dos rombos?
pues mis viejos recuerdo vagamente que me dejaron ver alguna.
Como dice mi vieja,es que estamos muy liberaos,,,si los abuelos levantaran cabeza!XD
Saludos Jim.

TEMIS dijo...

Los dos rombos estimulaban la imaginación. La pena fue cuando empezamos a ver que la ficción superaba la realidad. Si lo llego a saber, le digo a mis padres que me siguieran prohibiendo ver aquellas pelis "vetadas". Reivindico los dos rombos como patrimonio nacional!

Anónimo dijo...

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